El alcohol es una droga. Es tóxico y genera graves daños.

No existe un consumo que sea protector o mejore la salud.

1. Evitá comprar alcohol para acopiar, ya que incrementa el consumo propio y el de los integrantes de tu hogar.

2. Buscá actividades que disfrutes: hobbies, actividades lúdicas o físicas. Tomar alcohol no es una forma de diversión o distracción.

3. No tomes alcohol para manejar tus emociones o el estrés ya que el efecto será el contrario: vas a aumentar la ansiedad, la depresión y las manifestaciones violentas de tus emociones.

4. Evitá los lugares donde sientas “presión social” por consumir alcohol.

5. Reemplazá el consumo por otras bebidas saludables sin alcohol.

6. Buscá ayuda profesional: Pedir ayuda es el primer paso para lograr una solución (Escucha y asistencia). Una red de profesionales especializados te acompañará para que no transites esto en soledad.

Es importante que no consumas alcohol cuando:

• Estás buscando o cursando un embarazo.

• Estás en período de lactancia.

• Vas a conducir un vehículo (Alcohol cero al conducir).

• Tenés a tu cuidado niños/as, adultos mayores y personas con algún padecimiento.

• En tu ámbito laboral o de estudio.

• Si sos menor de edad (niña, niño o adolescente).

¿Sabías qué le pasa a tu organismo cuando dejas de consumir alcohol?

• Mejora la salud integral de tu cuerpo.

• El sistema inmunitario se vuelve más eficaz.

• Reduce los riesgos de desarrollar enfermedades como vih/sida, tuberculosis, infecciones de transmisión sexual, diabetes, cáncer y enfermedades cardiacas y renales.

• Mejora el sueño y el estado de ánimo.

• Disminuye la posibilidad de padecer depresión, ansiedad, y otros padecimientos mentales.

• Se reducen las lesiones intencionales como violencia doméstica, interpersonal, de género y colectiva. También el suicidio o las autolesiones.

• Se reducen las lesiones no intencionales: como siniestros viales a causa de conductores/as ebrios/as y accidentes hogareños como quemaduras, intoxicaciones y asfixia.