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Alcohol en adolescentes y jóvenes: recomendaciones para las familias


Si en tu familia hay niños, niñas y adolescentes, es importante que les hables y expliques sobre los posibles daños del consumo de alcohol.

Muchas veces los distintos consumos se vivencian en los hogares, en el ámbito familiar.

En esta etapa de la vida es irreversible el daño que provoca el alcohol en el desarrollo del cerebro o sistema nervioso central.

Las bebidas alcohólicas no son un componente nutricionalmente necesario en la alimentación. Se recomienda no hacer acopio de bebidas alcohólicas en casa, pues puede favorecer el consumo.

Algunos consejos:

  • Es importante que acompañes a niños, niñas y/o adolescentes que estén a tu cargo, y conozcas sus intereses y actividades.

  • Podés intercambiar experiencias y sugerencias con otras familias para saber cómo fomentan los cuidados en otros espacios.

  • El ejemplo de las personas adultas en relación al consumo es importante: muchas veces, el inicio del consumo de alcohol en adolescentes está motivado por miembros de su propia familia o red de confianza.

  • No estimules el consumo de alcohol en adolescentes: da un mensaje claro acerca de los efectos del consumo y los daños irreversibles que provoca el alcohol.

  • Promové alternativas saludables: fomentá opciones para compartir momentos entre pares. Por ejemplo, conocé y probá deportes o disciplinas entretenidas, actividades lúdicas de ingenio y desafiantes, espacios culturales, salir a merendar en espacios abiertos, entre otras.

Cómo hablar con niños, niñas y/o adolescentes que están a tu cuidado

Brindá siempre información objetiva y veraz que ayude a la toma de decisiones saludables.

  • Disparadores: Los medios de comunicación resultan ser buenos disparadores a la hora de iniciar una charla sobre esta temática: ¡utilízalos como recurso! Otros disparadores pueden ser preguntas como: “¿Qué sabés del alcohol?”, “¿Conocés las consecuencias de su consumo?”, entre otros.

  • Suministrá información clara y en términos de enseñanza: los “sermones” o frases directivas no son bien recibidas y generan el efecto contrario. Hablá desde un lugar de amor, de acompañamiento y de escucha.

  • Habilitá un espacio de escucha y diálogo: demostrá empatía por lo que el/la joven está expresando, mostrá interés y realizá preguntas si algo de lo que dijo no fue claro para vos, a modo de evitar malas interpretaciones. Escuchá sin penalizar, hará que tus hijas e hijos sepan que pueden recurrir a vos ante cualquier dificultad.

  • Escuchá todo lo que tengan para decir, antes de emitir una opinión o respuesta: es común interrumpir ante algún dicho o relato con el que no se está de acuerdo y eso suele generar rechazo en la persona que está expresándose, lo que lleva a una pérdida de oportunidad para el diálogo.

Estrategia de disminución de riesgos y daños

  • No consumas en soledad ni con personas desconocidas.

  • No dejes a solas a nadie que haya consumido en exceso.

  • No consumas bebidas alcohólicas en ayunas.

  • No mezclar bebidas alcohólicas con otras sustancias (con cocaína aumenta el riesgo cardíaco, con éxtasis el de deshidratación).

  • Tomá mucha agua o jugos (líquidos dulces).

  • No te desabrigues ni mojes tu cuerpo.

  • No provoques el vómito. Si una persona vomita espontáneamente, ubicá el cuerpo hacia adelante o costado (evitá que se ahogue).

  • No manejes ni subas a un vehículo que maneje alguien que haya consumido.

  • Al día siguiente, volver a tomar lo mismo no sirve para evitar la resaca; es conveniente que tomes mucha agua.

  • El alcohol no se elimina del cuerpo por tomar café, té, ducharse con agua fría o vomitar.

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