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Yodo, nutrición y salud


La sal está compuesta básicamente por 2 minerales: cloro y sodio, importantes para mantener el balance de agua de nuestro organismo, la actividad muscular y nerviosa. Pero también, a partir de la Ley 17.259 de 1967, debe contener yodo.

El yodo es un nutriente indispensable para el funcionamiento de la glándula tiroides. Es esencial para el desarrollo saludable de las personas y los animales ya que ayuda a formar el cerebro, corazón, músculos, tracto digestivo y hormonas.

¿Qué ocurre si no consumimos el yodo que necesitamos?

La deficiencia de yodo afecta el crecimiento y desarrollo, el metabolismo y la fertilidad. Las consecuencias de los denominados Desórdenes por Deficiencia de Yodo (DDI) son dificultades en el aprendizaje, bajo peso y talla, trastornos del desarrollo, hipotiroidismo y bocio, entre otros problemas de salud.

Aproximadamente el 40% de la población mundial se encuentra con riesgo de deficiencia de yodo. Argentina es uno de los países donde persisten estas deficiencias en mayor o menor grado, constituyendo un grave problema de salud pública en todo el país.

¿Por qué la sal de mesa es enriquecida con yodo?

Dado que la disponibilidad de yodo no está garantizada en el ambiente, se debía buscar una estrategia para asegurar su consumo en toda la población.

Investigaciones realizadas entre los años 1960 y 1990 demostraron que el uso y consumo de sal fortificada con yodo corregía y prevenía los desórdenes por deficiencia de este nutriente. En 1990, a partir de la 43° Asamblea Mundial de la Salud y la Cumbre Mundial a favor de la infancia de las Naciones Unidas, se promueve la universalización de la sal yodada.

Es así que debemos consumir yodo cada día en pequeñas cantidades. La cantidad diaria recomendada expresada en microgramos/día es:

  • Niños < 6 años: 90 μgr
  • Niños > 6 años y adolescentes: 150 μgr
  • Adultos: 100-300 μgr
  • Embarazo y lactancia: 250 μgr
Conservación de la sal en el hogar

El yodo es una sustancia volátil, para que no se pierda -desde que es agregado por las empresas salineras hasta que llega a nuestra mesa- es importante atender a las siguientes recomendaciones:

  • Conservar la sal yodada en un envase opaco y cerrado herméticamente, sin el agregado de granos de arroz, orégano u otras especies (absorben el yodo disponible).
  • Guardarla en un lugar seco y al resguardo de la luz, lejos de fuentes de calor y humedad, idealmente en alacena o armario que sea de uso exclusivo para alimentos.
  • Usar saleros con tapa.
  • Comprar sal en mínimas cantidades y chequear que sea de reciente envasado.
Consumir sales adecuadamente yodadas en su justa medida

El consumo habitual de sal en exceso es perjudicial para la salud: aumenta la presión arterial a cualquier edad y contribuye a las enfermedades del corazón. Por tal razón, no deben superarse los 5 gramos por persona (1 cucharadita), considerando la propia de los alimentos y la agregada durante su preparación.

Por otro lado, la deficiencia de yodo es la principal causa prevenible de discapacidades neurocognitivas y motoras de origen nutricional.

Por eso, es fundamental promover el consumo moderado de sal adecuadamente yodada.

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