Esteros del Iberá
Lagunas, esteros y bañados mezclan sus aguas en estas 3.900.000 hectáreas de poca profundidad, testimonio del paso del río Paraná hace unos 8 mil años. Se trata de uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo.
Una porción de los 1500 mm de lluvia anuales que recibe regresa al cielo o fluye hacia el Paraná medio a través del río Corriente, único desagüe del sistema.
Con una flora abigarrada, la fauna no se queda atrás, incluyendo a especies en peligro como el ciervo de los pantanos.