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Esta bella residencia puede ser considerada con justicia como uno de los paradigmas porteños de la estética Beaux-Arts, tan excelente –y abundantemente– representada entre nosotros. Fue encargada en 1912 por Daniel Ortiz Basualdo y su mujer, Mercedes Zapiola, al arquitecto francés Paul Eugène Pater, autor de otras importantes obras dentro de la misma corriente, como el magnífico Tigre Club –hoy Museo de Arte de Tigre–, realizado
en sociedad con su compatriota Luis Dubois.

Es de destacar que exactamente dos décadas después el mismo Pater sería coautor, junto con Alberto Morea, de otro notable edificio ubicado en Avenida Alvear 1402 y Libertad, enfrente del palacio aquí expuesto, pero esta vez se trataría de una de las más tempranas obras de la arquitectura moderna local, en su vertiente de inspiración náutica; una indudable prueba del oficio de Pater y de su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos.

Volviendo al Palacio Ortiz Basualdo, cabe señalar que su lógica funcional es la del modélico hôtel particulier francés: una planta baja que reúne los accesos y locales auxiliares, una planta noble con los espacios de recepción de gran aparato, un segundo piso reservado a las habitaciones privadas y una mansarda destinada al área de servicio; todo ello volcado en el molde de un edificio compacto organizado mediante un cuerpo cilíndrico central coronado por una cúpula recubierta de pizarra que culmina en una linterna ejecutada en zinc, elemento que enfatiza tanto la esquina cuanto la neta simetría de las alas laterales. En los interiores destaca el hall central, con sus pisos de preciosos mármoles policromos y sus boiseries con pilastras corintias, que da paso a la gran escalera de honor.

Entre los espacios de recepción del piano nobile –la sala de música con sus chinoiseries, el comedor de gala– sobresale el espléndido salón de baile, cuya impecable decoración Luis XV brilla en la boiserie dorada, los paños espejados, la chimenea de mármol blanco, los bronces, las arañas de cristal y las bellas pinturas alegóricas en el medallón del cielorraso, cuya temática mitológica refiere a la mejor tradición ornamental del XVIII francés.
Muy apropiadamente, el palacio es actualmente la sede de la Embajada de Francia.

Textos: Alberto Petrina.
Fotos: Luis Picarelli


Ubicación:

Provincia: Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Dirección: Arroyo 1060/96

Declaratoria: Decreto N° 262/1997
Categoría: Bien de Interés Histórico Artístico Nacional

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