Tras la sanción de la ley en mayo de 1987, el 1° de junio de ese mismo año se promulgó la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos. Lograr este hito para la ciencia argentina fue producto de un trabajo sostenido de Abuelas de Plaza de Mayo, acompañado por abogades que colaboraban con los organismos de Derechos Humanos, miembros del gobierno y juristas cercanos al entonces presidente Raúl Alfonsín.

Las Abuelas buscaban utilizar su sangre para la identificación de sus nietes. Gracias a su lucha y el trabajo de prestigiosos científicxs se logró llegar a lo que se conocería más tarde como “Índice de Abuelidad”, un procedimiento que permite determinar la filiación de un niñe en ausencia de sus padres mediante el uso de la histocompatibilidad como método de laboratorio. La ciencia había escuchado el reclamo de la sociedad y estaba dando una respuesta, acompañando a las Abuelas durante más de 34 años e implementando en la búsqueda los distintos avances que fueron surgiendo en relación al ADN y la identificación de personas

Sin embargo, con el paso del tiempo se ha presentado un nuevo desafío que consiste en la identificación de les hijes de esos niños y niñas robadas que hoy son adultos: les bisnietes. En ausencia de la información genética de les nietes, la búsqueda de la próxima generación implica el desarrollo de nuevas herramientas estadísticas para la identificación. En palabras de la Dra. Mariana Herrera Piñero, directora del Organismo: “El trabajo de restitución de los nietos abre un espacio histórico en donde la ciencia se redime y recupera su función primordial al servicio de la humanidad. Hoy en día hay ya dos generaciones que desconocen su identidad de origen. Los nietos y los bisnietos aún no recuperados de nuestras Abuelas. A ellos seguimos debiéndoles una respuesta”.

Recientemente, el BNDG ha firmado un convenio con la Universidad Nacional de José C. Paz cuyo objetivo es analizar la capacidad de identificar bisnietes con el material genético disponible de los grupos familiares de nuestro Archivo. El avance en las tecnologías de secuenciación permite la obtención de grandes volúmenes de información genética, y es por ello que se pueden realizar otro tipo de análisis que aportan mayor potencia estadística con los mismos integrantes del grupo familiar. Estos nuevos métodos permiten el incipiente desarrollo de una nueva disciplina conocida como genealogía forense.

La búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo en trabajo conjunto con la ciencia argentina ha logrado la restitución de 130 nietas y nietos, pero aún falta mucho camino por recorrer. Por eso es importante seguir avanzando en estrategias que permitan a la ciencia y sus trabajadores un mayor compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Ver el video de los 34 años del Banco Nacional de Datos Genéticos.