“Tratamos de devolverle la coherencia al Código Penal”
El fiscal salteño integra la Comisión Redactora del texto normativo y cuenta los principales cambios que contendrá el anteproyecto de ley.
Es el actual procurador general de la provincia de Salta. Pablo López Viñals encabeza el Ministerio Público Fiscal en la ciudad del norte del país en un sistema penal acusatorio similar al que pretende virar la Justicia Nacional con la reforma del Código Penal de la Nación y la sanción del Código Procesal Penal Federal. También integra la comisión de reforma del Código Penal que impulsa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, con especialistas de todo el mundo jurídico.
-¿Es necesaria la reforma del Código Penal?
-Es muy necesaria una reforma integral del Código, porque ha habido muchos manoseos. Hoy es un conjunto de normas sin demasiada coherencia. También hay otros motivos para reformarlo, como la incorporación de jurisprudencia y doctrina en normas como la reclusión. Así como en temas más modernos, como la inclusión de la perspectiva de género o la protección ambiental, que los legisladores en 1921 no tuvieron en cuenta.
-¿Cómo se busca el consenso en la comisión que integra?
-Se trabaja muy bien desde el punto de vista del diálogo con integrantes de distintos ámbitos, como jueces, fiscales y abogados. Se intercambian ideas y en general logramos los consensos. Y, si no se puede, dejamos la postura en disidencia.
-¿Por qué se decidió armar un Libro Tercero?
-Se pretende aglutinar la norma que viene de la normativa internacional y para que en el Libro Segundo queden las leyes especiales, como la Ley de Drogas (23.737), que no están en el actual Código Penal.
-¿Qué aspecto destaca de la reforma?
-Primero, tratar de devolverle la coherencia al Código Penal, porque está rodeado de leyes especiales. Y, en segundo lugar, la modernización, por la modificación de la vida social en torno a las nuevas tecnologías, que nos atraviesan.
-¿La idea de la comisión es que haya un cumplimiento efectivo de las penas?
-Sí, creo que lo más importante es destacar que no existe la pena de reclusión. Se deja concentrada la pena privativa de libertad con la prisión. Y algo más importante es que modernizamos la forma de cuantificación de la pena sobre la base del artículo 41, como la peligrosidad. En el nuevo Código Penal innovamos, poniendo criterios de selección de la pena con factores agravantes que incidirán en la cuantificación de la pena.
-¿Qué significa?
-Por ejemplo, que, ante la comisión de cualquier hecho delictivo en un contexto de violencia de género, se genera un agravamiento de la pena del imputado.
-En las penas de prisión, ¿qué cambios se introducen con respecto a los posibles métodos alternativos a la prisión que tengan los condenados?
-Lo que quiero dejar en claro es que, en esta reforma, las alternativas a las penas de prisión no son tan amplias. Las comisiones anteriores proponían una amplia posibilidad de cambiar la pena de prisión por otros regímenes. Nosotros mantenemos las condenas de ejecución en suspenso para los delitos menores.
-¿Cómo explica este concepto a la ciudadanía?
-El imputado, para obtener estos métodos alternativos a ir a la cárcel, tiene que haber cometido un delito de hasta tres años de prisión, ya que no es viable en delitos graves. Esos métodos son el trabajo comunitario o la novedad de los días-multa, sólo si no hay que reparar un daño a la vida. Se calcula una multa por día de acuerdo con la cantidad de días que le corresponde estar preso. El magistrado interviniente podrá combinar las penas de días-multas, con penas de restricción de libertad y trabajo comunitario. Siempre hablando de delitos menores.
-¿Qué novedades hay en materia de cibercrimen?
La sextorsión o la llamada pornovenganza van a incorporarse como figuras penales en el nuevo Código Penal. Así como algunos ajustes y actualizaciones en lo que tiene que ver con la innovación tecnológica.