“Tenemos la oportunidad de poner trabajo argentino en cada una las evoluciones tecnológicas hacia la transformación de nuestra matriz energética”
Liliana Molina Tirado se suma a “Tecnólogas que transforman”, el ciclo de videos que destaca los logros de las mujeres del INTI, para contarnos cómo trabaja en una de las líneas estratégicas del instituto: la generación y almacenamiento de las energías renovables en todo el país, y distintas iniciativas pioneras en la región como la certificación de hidrógeno verde, uno de los combustibles del futuro, o el desarrollo de tecnología nacional hacia la movilidad eléctrica.
De chica tuvo que insistirle a su papá, ingeniero Químico, para que la dejara cursar en un colegio técnico, ya que se lo consideraba un ámbito de varones. Hoy Liliana Molina Tirado es subgerenta de Energía y Movilidad del INTI y se especializa en uno de los ejes estratégicos de la institución como es la transformación de nuestra matriz energética. Desde allí, trabaja en diferentes iniciativas para la generación y almacenamiento de las energías renovables de manera articulada con las empresas y el Estado Nacional.
Ingeniera Química, su recorrido profesional estuvo marcado desde los inicios por el cuidado del ambiente. Como becaria en el Instituto Nacional del Agua, trabajó en el tratamiento de los efluentes industriales. Ya en el INTI, desde el área de Celulosa y Papel, se enfocó en el tratamiento de los efluentes de la industria papelera y posteriormente se abocó al aprovechamiento de los recursos energéticos en cuatro áreas centrales para la actual política tecnológica del instituto: energías renovables, almacenamiento de la energía, movilidad y eficiencia energética.
“En Argentina tenemos condiciones climáticas y geográficas muy favorables para convertir nuestros recursos en energía. Eso nos da una ventaja respecto a otros países. Contamos con beneficios naturales para promover la energía fotovoltaica en el norte y en Cuyo; los biocombustibles sólidos a partir de residuos en la región Centro, NEA y NOA; y la energía eólica por la calidad de los vientos en la Patagonia. Como tecnólogas y tecnólogos, desde el INTI adaptamos la tecnología a las necesidades de cada región, promoviendo el contenido nacional”, destaca Molina Tirado, quien además comenta que el instituto puso en marcha diferentes acciones hacia la movilidad eléctrica, como también la certificación de hidrógeno verde que en un futuro será un complemento de los combustibles tradicionales y permitirá reducir su uso extendido.
“Hay muchos recursos para explotar y promover el protagonismo de las energías limpias en la matriz energética. La movilidad eléctrica es importante pero también lo es la generación y almacenamiento de las energías renovables y el uso eficiente de la energía en la industria y hogares para logar un impacto a nivel ambiental en la disminución de los gases de efecto invernadero”, reflexiona.
La industrialización del litio es un eje estratégico del INTI que, en sintonía con las políticas del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, sus especialistas traducen en aportes concretos con tecnología local. Como experta en el tema, Molina Tirado señala que el organismo trabaja articuladamente con otros actores públicos y privados en el incremento de contenido nacional en las baterías de litio que se emplean tanto en autos, bicicletas y monopatines, como en el almacenamiento de energías renovables. Otras acciones en la transición a la movilidad eléctrica que destaca son la reconversión de los vehículos a través de procesos seguros y eficientes y la fabricación y ensayos de seguridad de componentes esenciales que hasta el momento se importan. A su vez, comenta que desde el INTI se acompañará en la implementación de la Ley de Movilidad Sustentable que actualmente se encuentra en el Senado para su tratamiento.
“El mundo está yendo a la electromovilidad. Hay países que ya han apostado a eso. En Argentina estamos haciendo los primeros pasos. Es necesario trabajar en la normativa de tránsito, en la infraestructura de los cargadores y la interfase cargador-batería y en la reconversión de los vehículos a la modalidad híbrida. Hay que pensar en tener un sector del transporte limpio ya que junto con la industria agrícola es una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero. Tenemos un sector automotriz importante y requerimos adecuarnos a las nuevas fuentes de energía a futuro”, asegura la especialista.
La certificación de hidrógeno verde, que se obtiene a partir de la electrólisis del agua, y que en un futuro se complementará con los combustibles fósiles, es una de las iniciativas más recientes en las que trabaja la tecnóloga desde el área de almacenamiento de la energía del INTI. “El hidrógeno es el vector de energía que se viene. En un futuro vamos a exportar energía a través de la venta de hidrógeno”, asegura, y comenta que actualmente el instituto promueve su gestión, almacenamiento y traslado de manera segura “ya que la molécula de hidrógeno puede captar mucha energía, pero también liberarla rápidamente. Además de asistir a la industria podemos colaborar en darle confianza al usuario en la seguridad y confiabilidad del producto con nuestro aval técnico”, agrega.
Molina Tirado afirma que “es importante ver la oportunidad de poner trabajo argentino en cada una de estas etapas y evoluciones tecnológicas que está haciendo el país hacia la transformación de nuestra matriz energética”, tarea que se potencia con la reciente conformación del Comité Ejecutivo de Energías Renovables del instituto, integrado por las principales cámaras y empresas del sector.
A la hora de reflexionar acerca de su desarrollo profesional en la institución, la experta asegura que el INTI le dio la posibilidad de ir explorando y explotando sus capacidades, integrando conocimientos desde que ingresó para trabajar en temas ambientales hasta la actualidad, impulsando las líneas estratégicas en energías renovables del organismo con el apoyo de todo el equipo de trabajo con presencia federal.
Acerca de su rol como tecnóloga sostiene que “se trata de llevar y acomodar las nuevas tecnologías a la vida cotidiana. Como funcionarios públicos, tenemos la posibilidad de llegar a todas las economías y a todos los sectores, cualquiera sea su escala o impacto económico, para incorporar las evoluciones tecnológicas y a la vez dar respaldo y confianza a los usuarios”.
Afirma que los condicionantes de género en el ámbito laboral persisten, a pesar de haber un progresivo cambio cultural: “Las mujeres siempre tuvimos que trabajar el doble para que se nos reconozca la mitad, pero hace diez años esto se viene revirtiendo y los varones están asumiendo roles que antes recaían exclusivamente sobre nosotras. El INTI y mis compañeros de trabajo me ayudaron a compatibilizar los roles de cuidado de mi hija e hijo y mi crecimiento profesional”, concluye.