Sobre el uso de tests de detección de anticuerpos para COVID-19
Por qué se recomiendan para estudios de investigación epidemiológica pero no para el diagnóstico de la enfermedad.
Las pruebas de detección del virus SARS-CoV-2 mediante técnicas de amplificación de ácido nucleico (NAT), como la RT-PCR en tiempo real, son el método recomendado para el diagnóstico de la infección por COVID-19.
Por otro lado, las pruebas serológicas detectan anticuerpos presentes en la sangre cuando el organismo está respondiendo o ha respondido a una infección específica, como COVID-19. Esto quiere decir que detectan la respuesta inmune del cuerpo a la infección causada por el virus pero no detectan el virus en sí mismo.
Por esta razón, los tests serológicos no reemplazan el diagnóstico de la infección por COVID-19 mediante la detección del ácido nucleico del virus.
Los llamados “tests rápidos” son pruebas serológicas simples capaces de detectar la presencia de anticuerpos IgM y/o IgG específicos para SARS-CoV-2 sobre soportes cromatográficos. Las ventajas de estos tests residen en la rapidez con las que se obtienen resultados (entre 10 -15 minutos) y que no requieren de equipamientos adicionales.
En respuesta a la gran demostración de interés manifestado por estos tests rápidos para detectar anticuerpos o antígenos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento donde estableció que, en base a la evidencia actual, no se recomienda el uso de pruebas rápidas de detección de anticuerpos para el diagnóstico de COVID-19. Sin embargo, promueve la continuidad de su estudio para establecer su utilidad en la vigilancia de la enfermedad y la investigación epidemiológica, tal como en la evaluación del desarrollo de la pandemia, la rápida identificación de zonas comprometidas y la progresiva adquisición de inmunidad colectiva. Mirá el documento
El grado de intensidad de la respuesta inmune depende de varios factores; como la edad, el estado nutricional y la presencia de ciertos medicamentos o infecciones que inhiben el sistema inmunitario. Hasta la fecha, los estudios sugieren que la mayoría de los pacientes desarrollan respuesta de anticuerpos en la segunda semana después del inicio de los síntomas, es por ello que un resultado negativo de una prueba de detección de anticuerpos no descarta la infección por COVID-19.
Una prueba diagnóstica inadecuada podría pasar por alto pacientes con infección activa o categorizar falsamente a los pacientes con la enfermedad cuando no la tienen, lo que obstaculiza los esfuerzos de control de la enfermedad.
En conclusión, el uso de los tests rápidos de detección de anticuerpos IgM y/o IgG se recomiendan en entornos de estudios de investigación epidemiológica y no deben utilizarse en el diagnóstico de la infección por COVID-19, ni para la toma de decisiones clínicas.
Referencias bibliográficas:
1- OMS, Advice on the use of point-of-care immunodiagnostic tests for COVID-19, Scientific Brief
2- FDA, Coronavirus (COVID-19) Update: Serological Tests, Statment