Presidencia de la Nación

Sobre el accionar de la SDH en los casos de violencia institucional

La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación sostiene como eje principal de sus políticas la lucha contra la violencia institucional en cada una de las provincias de nuestro país.

En el caso del asesinato de Luis Espinoza, la delegación tucumana de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación estuvo presente desde el primer momento al lado de la familia de Luis Espinoza, participó del operativo en el que finalmente apareció su cuerpo, permaneció en constante contacto con la abogada de la familia y remitió una nota formal a la fiscalía interviniente para garantizar el acceso de la familia al expediente, promoviendo la separación de los policías responsables por parte del gobierno provincial. No es un hecho menor que los responsables del hecho estén identificados, hayan sido detenidos y separados de la fuerza.

En el caso de violencia contra una familia Qom en Fontana, Chaco, la Secretaría se mantuvo en permanente conversación con el Gobierno provincial y apoyó la decisión de separar a los responsables. A la vez celebra que la Provincia se presente como querellante en la causa judicial, además de brindar apoyo a la familia.

La Secretaría de Derechos Humanos mantuvo también su presencia al lado de las familias de Florencia Morales y Franco Maranguello, muertos en dos comisarías de la provincia de San Luis. La delegación provincial mantuvo contacto con los abogados de las familias para interiorizarse sobre el avance de las investigaciones judiciales. Se remitieron notas a los juzgados actuantes, manifestando interés por la resolución de los casos. Así mismo, el Director Nacional de Politicas contra la Violencia Institucional solicitó al Gobierno provincial información sobre los hechos y las medidas adoptadas.

La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación actuó en estos tres casos gravísimos, así como en muchos otros que no tomaron notoriedad. Se trata de un arduo y constante trabajo llevado a cabo por la Dirección Nacional de Políticas contra la Violencia Institucional, posible gracias al compromiso de lxs trabajadorxs de un área que fue diezmada durante la última gestión.

La lucha contra la violencia institucional no debe ser una lucha oportunista sino una posición democrática inquebrantable. Para ser realmente efectiva, debe ser transversal: debe incluir a todo el arco político, tanto al oficialismo como a la oposición.

En una Argentina para Todxs no hay lugar para la violencia institucional.

Denuncias

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