Durante un sobrevuelo realizado en el marco de un proyecto de investigación que monitorea poblaciones de aves en la laguna Mar Chiquita, un equipo de la Administración de Parques Nacionales (APN), Manomet Conservation Sciences y Aves Argentinas descubrió una colonia nidificante de flamenco andino o parina grande (Phoenicoparrus andinus) dentro del Parque Nacional Ansenuza, lo que representa un importante hallazgo para el área protegida y la región por involucrar a la especie de flamenco con mayor vulnerabilidad a nivel mundial.

El flamenco andino, una de las tres especies de flamencos que pueden observarse en la laguna Mar Chiquita durante la temporada invernal, se caracteriza por su distribución restringida a los humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Durante el otoño e invierno migra desde los humedales altoandinos hacia las llanuras, alcanzando provincias como Córdoba y Santa Fe. Se distingue por su gran tamaño, su característico pico amarillo con negro en la punta y una franja rojiza en la base, sus patas amarillas con articulaciones y dedos rosados, así como por sus tonalidades rosadas en el plumaje.

La laguna Mar Chiquita, conocida también como Mar de Ansenuza, forma parte de un humedal de alrededor de un millón de hectáreas de extensión que representa nada menos que el mayor lago de agua salada de Sudamérica y el quinto más grande del planeta. Junto con los Bañados del Río Dulce, reúne el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en la Argentina.

Además, se trata de un sitio clave para la conservación de la biodiversidad a nivel global. Fue incluido en la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras, designado como Sitio Ramsar por su importancia como humedal de valor internacional, reconocido como Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA) e incorporado a la red de Lagos Vivientes.

Por su importancia a nivel internacional y ser hábitat de especies migratorias que incluso llegan desde el hemisferio norte como el caso de los faloropos, resulta sumamente importante gestionar el humedal mediante la construcción de alianzas estratégicas que trasciendan las fronteras e involucren a diferentes actores que llevan adelante acciones de conservación en este sentido, tal como evidencian este tipo de esfuerzos conjuntos.