Después de un minucioso proceso de trabajo de restauración y puesta en valor, se presenta por primera vez al público el Baño Pompeyano del Palacio Errázuriz Alvear, hoy Museo Nacional de Arte Decorativo. La Sala fue diseñada por Carlhian y Sergent en 1916 conforme a los cánones del estilo Directorio (1795-1799), una estética transicional ubicada entre los estilos Luis XVI e Imperio, inspirada en los hallazgos de las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano.

El espacio restaurado, representativo de la última fase del neoclasicismo francés, se encuentra dividido en dos sectores: seco y húmedo.

Hugo Pontoriero, curador del Museo, explica: “El vestidor, con boiserie policromada, entelados y parquet de roble, contrasta con la sala de baños, con solado de mármol y muros estucados. La cúpula combina follajes de hiedras y laurel, imbricados en simetría con medallones de Pegaso y cartelas con el rostro alado de Perseo. También decoran la cúpula una greca perimetral y grutescos pompeyanos –composiciones constituidas por personajes mitológicos, animales y guirnaldas, enlazados simétricamente, a modo de arabescos–”.

Por su parte, la sala de baño incluye una bañera lateral, compartimentos para inodoro, un bidet y un lavabo doble con tapa de mármol verde campan. Diversas puertas y biombos espejados –inclusive uno plegadizo sobre la ventana– generaban un "salón de espejos", de acuerdo con la función inicial del vestidor.

Agrega Pontoriero: “En las vitrinas de la antecámara y del entrepiso se exhibirán periódicamente diversas colecciones de artes aplicadas del Museo de Arte Decorativo, que fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional –la máxima catalogación patrimonial– en el año 1997”.

Los interiores de estos ambientes presentan una amplia variedad de materiales seleccionados y adquiridos en Francia. Las técnicas decorativas fueron ejecutadas por artesanos y artesanas locales, quienes realizaron distintas pinturas, como estucos y pinturas símil mármol, así como los diseños pompeyanos de la cúpula.

Mariana Astesiano y Graciela Razé, referentes del Equipo de Conservación y Restauración del Museo de Arte Decorativo, puntualizan: “La propuesta de rehabilitación tuvo como primer objetivo erradicar todos los riesgos potenciales de deterioro (por ejemplo, las fuentes de humedad) y restaurar los diferentes materiales que componen este salón, registrando las técnicas decorativas de principios del siglo xx. Las intervenciones se basaron en los planos existentes, en los análisis de los materiales constitutivos de la cúpula y en los decapados de las pinturas para devolver una lectura integral según los cánones estéticos de la época”.

Para concluir, Marina Cañardo, directora del Museo, resume: “La familia Errázuriz Alvear, según el gusto por la Antigüedad propio de las clases altas de comienzos del siglo xx, encargó a un decorador francés un baño para la dueña de la casa. Y esta historia llega hasta nuestros días, cuando el equipo del Museo trabaja para volver disfrutable este lugar que permite imaginar los acontecimientos que aquí se entrecruzan. Un nuevo espacio poblado de historias para soñar entre todos y todas”.

Fotos: gentileza Hugo Serra.