Se controlaron más de 600 transportes en rutas del norte de la provincia de Buenos Aires
Agentes del Senasa corroboraron la habilitación de los vehículos y las condiciones higiénico-sanitarias de los alimentos.
CHIVILCOY, (Buenos Aires) – En el primer bimestre del año, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realizó 22 inspecciones en rutas y controló 622 transportes con productos y subproductos de origen vegetal, sustancias alimenticias y animales en pie.
Los controles fueron realizados por personal del Centro Regional Buenos Aires Norte del Senasa en rutas nacionales y provinciales, en puntos estratégicos de circulación en jurisdicción de las localidades bonaerenses de San Nicolás, San Pedro, Alsina y Zárate.
Entre las infracciones detectadas figuran: habilitación vencida del camión- jaula, falta del los documentos de tránsito Vegetal (DTV) y Electrónico (DT-e), carencia de Libreta Sanitaria Equina, de caravanas en los bovinos transportados e incumplimientos de las exigencias técnicas-sanitarias en acoplado con bovinos y cerdos en pie.
También se inspeccionó el sistema de frio de los vehículos, según el tipo de alimento y las características de la caja, así como los acoplados de los camiones con animales vivos, corroborando que en cada uno de los casos se cumpla con la normativas de bienestar animal, por ejemplo, la correcta ubicación de las aberturas laterales en el transporte.
En algunos casos y ante la inconsistencia de la documentación presentada, se decomisó y destruyó la mercadería (chacinados, carne de cerdo y de bovino), por ser transportados sin cumplir con las exigencias sanitarias manifestadas por el Decreto 4238/68 del Poder Ejecutivo Nacional y el Código Alimentario Argentino, con el fin primordial de preservarla salud de los consumidores.
En cada uno de los puntos de control, el Senasa contó con el apoyo y la colaboración del Comando de Patrulla Rural, la Policía de Seguridad Vial y la Policía municipal.
Con este tipo de acciones, el Senasa busca acompañar y concientizar a cada uno de los integrantes de la cadena agroalimentaria (productores, tenedores, intermediarios, transportistas, comerciantes y consumidores), sobre el necesario resguardo de la sanidad animal y vegetal y la inocuidad de los alimentos.