Presidencia de la Nación

Por unanimidad, Parlamento INADI aprobó una ley sin etiquetas

Con la aprobación de un proyecto de ley para prevenir y erradicar la discriminación por aspecto físico, culminó la cuarta edición del Parlamento Federal Juvenil del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Reunidos en el recinto de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, las y los 96 jóvenes provenientes de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, seleccionados para participar de esta experiencia luego de presentar un ensayo sobre temas relativos a la discriminación, elevaron sus manos y votaron por unanimidad para consagrar “el respeto irrestricto de la dignidad e intimidad de las personas, el reconocimiento de la igualdad y el rechazo a toda forma de discriminación por aspecto físico, hostigamiento, violencia y exclusión en las relaciones de la comunidad”.

En la apertura de la sesión, que fue presidida por los diputados Maximiliano Abad y Gabriela Besana, el interventor del INADI, Claudio Presman, se dirigió a los parlamentarios: “Hoy viven la experiencia única de ser diputados y de tener la potestad de hacer una ley que intente cambiarle la vida a la gente. Desde el INADI, escucharlos a ustedes es el insumo que necesitamos para lograr un cambio cultural y construir una sociedad más inclusiva”.

Luego fue el turno de las argumentaciones de las/os jóvenes, que con palabras certeras expresaron sus opiniones y reflejaron la diversidad de sus realidades pero mirando hacia un mismo horizonte: decirle “no” a la discriminación, los prejuicios y los estereotipos. Micaela, de Buenos Aires, fue una de las primeras en exponer: “La apariencia física es el principal motivo de exclusión. Esto ocurre porque los medios de comunicación y las publicidades nos hacen creer que para ser aceptados debemos cumplir con un paradigma de belleza”. Frente a esta situación, propuso: “Tenemos que empezar a ver a las personas de una forma más humana y a aplaudir de pie las diferencias”.

Por su parte, Alexis, de Catamarca, preguntó: “¿Qué se considera buena presencia?”. “Somos un país mestizo, hay muchos aspectos físicos diversos. Pero hay gente que huye de su propio aspecto tratando de parecerse a otros. Quizás es el momento de valorar quiénes somos y reconciliarnos. Tenemos que tener orgullo de ser norteños, cuyanos, patagónicos, litoraleños. Somos argentinos. Es un desafío enamorarnos de nuestros auténticos rasgos y valores”.

Catalina, de Corrientes, analizó: “El aspectismo es real y nos envuelve a todos”, y sostuvo que la educación y el papel de los medios de comunicación son sus causas. Frente a esto, propuso: “Debemos encontrar juntos el camino posible para prevenir la exclusión, debemos pensar antes de emitir un comentario que sea un estigma sobre los otros. Pero esto no debe ser solo una imposición legal si no una transformación cultural. Lo único que nos iguala es el hecho de ser todos distintos”. Y en este sentido coincidieron Gianella, de Santa Fe: “Tenemos derecho a vivir una vida sin etiquetas”; Lucía, de Chubut: “Debemos alejarnos de la hegemonía”; Ludmila, de Mendoza: “La principal causa de la discriminación es la ignorancia”.

Mientras tanto, Aldana, de Chubut, reveló que en su pueblo “el 70 por ciento de los estudiantes sufrieron discriminación por aspecto físico"; Abril, de Córdoba, cuestionó el incumplimiento de las 12 leyes de talles existentes, y Fátima, de La Pampa, se preguntó “¿Qué es ser normal? Nosotros cada día creamos y alimentamos los estereotipos sociales que generan baja autoestima y trastornos alimenticios. Como diputada, lucho por una sociedad más justa e inclusiva”, porque “la diversidad es belleza”.

También Giovanna de Jujuy se refirió a “las personas que no se ajustan a los cánones de belleza impuestos” recordando que en su provincia, “si sos moreno y tenés ropa vieja o capucha la gente te tilda de ladrón”. Entonces se preguntó: “¿Por qué tenemos que seguir un modelo? Ser todos iguales es antinatural, incluso es aburrido”.

Ya entre los últimos oradores, el discurso de Priscila de La Rioja recibió un cerrado aplauso: “Hubo quienes me dijeron que si me seguía vistiendo de esta forma que a mí me gusta y me hace sentir cómoda y feliz, no iba a llegar a ningún lado. Pero yo les digo: nunca dejen que nadie les diga que tienen que cambiar para llegar lejos. La razón por la que hoy estoy sentada aquí es porque nunca dejé de ser yo misma. Nadie cambió al mundo siendo como todos los demás”.

El enriquecedor debate cerró con el agradecimiento de Presman, por la “enseñanza increíble” que dejaron las y los integrantes del Parlamento Juvenil INADI y el compromiso de trabajar por una nueva ley antidiscriminatoria. Fue el corolario de cuatro jornadas plenas de actividades legislativas, culturales y educativas, que incluyeron visitas a la Casa Rosada, la sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Legislatura porteña, el Museo de las Islas Malvinas y el Espacio Memoria y Derechos Humanos; encuentros con el jefe de Gobierno de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y los artistas y embajadores INADI Jey Mammon y Guido Morán y talleres a cargo de ONUSida y el Instituto de la Juventud (INJUVE) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, además de una charla con UNICEF como parte de la campaña #NoDaCompartir, contra el acoso en las redes sociales.

Las y los jóvenes volverán a sus provincias, “con mucha emoción y ganas de seguir trabajando”, como dijo Jesús de Neuquén; dispuestos a “desempacar conocimientos positivos”, en palabras de Tamara de Chaco y “transformados en su forma de ser por esta experiencia”, según Agustín de Santa Cruz.

Luego de la actividad parlamentaria, por la tarde, los/as jóvenes asistieron a un taller de INADI y UNICEF, de la campaña “#NoDaCompartir, frená el ciberbullying” y por la noche, se realizó una cena de despedida, con entrega de diplomas a los/as parlamentarios/as, en manos del titular del Instituto, Claudio Presman.

De esta manera, se cumplió el objetivo del encuentro organizado por el INADI para estudiantes secundarios de entre 15 y 18 años, en pos de impulsar una ciudadanía participativa por una sociedad más diversa e inclusiva.

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