Poda invernal de durazneros en la Norpatagonia
En esta publicación de divulgación técnica destinada a productores frutícolas se describen los aspectos básicos de la poda invernal del duraznero en la Región Norpatagónica, con foco en plantaciones adultas orientadas al mercado para consumo en fresco. A tal fin se detallan los distintos tipos de yemas y ramas de esta especie, así como los diferentes cortes que se realizan para lograr producciones regulares y de calidad comercial.
Cabe destacar que las observaciones y recomendaciones que se describen son de carácter general, dependiendo siempre de la variedad, desarrollo vegetativo, estado nutricional, sanitario y edad de la planta, del sistema de conducción y de la disponibilidad de control activo de heladas, entre otros factores. El cultivo de durazneros en los valles irrigados de la Norpatagonia abarca una superficie de 1.009 ha, las que junto a otras 482 ha de pelones suman en su conjunto 1.491 ha (SENASA, 2020). Su producción en la región presenta una serie de características distintivas, entre las que destacan:
• Elevada calidad organoléptica de sus frutos.
• Preponderancia de variedades de media estación o tardías.
• Incidencia de heladas tardías que condicionan los rendimientos y la regularidad de cosecha cuando no se cuenta con sistemas activos de control.
• Carácter de cultivo complementario a los frutales de pepita.
• Limitada vida poscosecha en comparación con manzanas y peras.
• Orientación al consumo fresco destinado al mercado interno.
Como con cualquier otro frutal, el conocimiento de su hábito de fructificación permite orientar la poda invernal. En este sentido, se resaltan los siguientes aspectos principales:
A. La producción de fruta se da en madera que desarrolló la temporada anterior, siendo las mejores ramas cargadoras las de vigor intermedio, provistas de yemas de flor de buena calidad, con ángulo de inserción abierto y con poca o nula presencia de ramas anticipadas.
B. Su alta tasa de diferenciación floral, por lo que el número de flores que se forma cada año es suficiente para asegurar una buena cosecha, incluso debiendo eliminarse gran parte de ellas.
C. Su sensibilidad al sombreado y las dificultades para regenerar nuevos brotes una vez que la parte inferior de la planta o el interior de la copa comenzó a “pelarse”.
D. La elevada capacidad de fructificación propia de la especie, que constituye una herramienta clave para contener el crecimiento de la planta.
Atendiendo estas características, las intervenciones principales para la poda del duraznero se basan en:
1. Eliminar la madera que produjo fruta el año anterior, evitando que la carga se aleje de las ramas estructurales, generando fruta de menor calidad.
2. Promover la formación de nuevas ramas que fructifiquen la temporada siguiente, ubicadas cerca de las ramas principales.
3. Ralear las ramas en exceso, muy vigorosas o mal ubicadas, que sombreen el interior de la copa y la parte inferior de la planta.
4. Elegir las ramas mixtas (Imagen 1) por su capacidad de dar fruta de buena calidad, por sobre otro tipo de ramas como brindillas, ramilletes de mayo y chupones.
Puede descargar el trabajo completo desde Repositorio Institucional - Biblioteca Digital