Pescadores artesanales organizados mejoran sus productos y ventas
Beneficiarios del programa ProHuerta, formalizaron la conformación una Red de Comercio Justo, compuesta por más de 40 emprendedores en Concordia.
La Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación, a través del INTA y la Coordinación Entre Ríos de la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial, junto con el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, acompañaron la conformación una Red de Comercio Justo, compuesta por más de 40 emprendedores y 200 productos alimenticios en Concordia, Provincia de Entre Ríos.
El proyecto ejecutado por las áreas de la cartera agroindustrial nacional asistió a más de 20 familias de pescadores que comenzaron a elaborar milanesas, filets, empanadas, hamburguesas y otros productos que venden de manera directa, en el desarrollo de esta Red, que desde diciembre cuenta con un local propio habilitado.
Para ello, incorporaron el equipamiento necesario para avanzar en procesos de agregados de valor y comercialización y de materiales para la mejora de un espacio de elaboración comunitario, con la correspondiente asistencia para la habilitación el espacio.
Además participaron de talleres de buenas prácticas de manufactura para garantizar la venta de alimento seguro a los vecinos de Concordia. En este sentido, el próximo desafío es fortalecer el trabajo de captura y poner en marcha un sistema comunitario de abastecimiento de insumos de pesca que les permita continuar creciendo.
Cabe señalar que en Concordia, viven 75 pescadores artesanales registrados, para los cuales esta actividad constituye la única fuente de sustento, que en ocasiones se complementa con el trabajo en la cosecha de citrus y arándano.
En este sentido, la gran mayoría vende su producción a acopiadores e intermediarios a un costo muy bajo, lo que implica una mayor extracción de peces que, a largo plazo, atenta contra la sustentabilidad de la actividad.
Frente a este contexto, pescadores e instituciones locales trabajan de manera conjunta, desde hace años, para identificar sus principales problemas y organizarse para solucionarlos, apostando al agregado de valor, generando productos elaborados y vendiendo de manera directa a sus vecinos en un puesto colectivo de venta.