Presidencia de la Nación

Palabras del jefe del Estado Mayor General del Ejército con motivo de conmemorarse el 210° aniversario de la creación del Ejército Argentino

El general de brigada Agustín Humberto Cejas hizo uso de la palabra al conmemorar los 210 años de historia del Ejército Argentino

Hoy, al cumplirse 210 años de la creación del Ejército Argentino, izamos la enseña patria en cada lugar donde hay un Soldado. Lo hicimos en Tartagal y en Rospentek, en Las Lomitas y en La Matanza, en Chipre y en Bernardo de Irigoyen y hasta en nuestra lejana Antártida.

Este nuevo aniversario lo celebramos en circunstancias especiales. En esta formación no están físicamente las tropas ni sus comandantes. Todos ocupan sus puestos de trabajo, en los hospitales militares, en sus unidades o desplegados como parte de la Operación General Belgrano. Pero los pocos soldados formados frente a mí representan nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro.

Respetamos la distancia social, pero hay una que ninguno de nosotros respeta en este día y es la distancia espiritual. Porque un soldado está siempre cerca de sus subalternos y de sus camaradas, y más cerca aún cuanto más compleja es la situación.
Ahora nuestro uniforme incorpora el barbijo y nos cuesta a todos poder intercambiar expresiones. Sin embargo, en cada recorrida de estos días por diferentes cuarteles de la Fuerza, he percibido miradas que expresan a veces mucho más que las palabras y los gestos: un genuino orgullo por lo que se está haciendo para apoyar a la población. En todas ellas, pude descubrir futuro. ¡¡Un futuro siempre mejor!!

Esta pandemia que vive el mundo y que nos hace modificar tradiciones y costumbres tan nuestras, indudablemente, en poco tiempo solo va a ser un recuerdo del momento histórico que nos tocó protagonizar. Pero las fotos de soldados con barbijo que inundan las redes sociales y los medios de comunicación, y los infinitos gestos de apoyo de la gente nunca se borrarán de nuestras retinas y serán una guía para el futuro.
Estamos formados a escasos metros del histórico palomar de Caseros, jalón perpetuo de la batalla que dio comienzo a la unión de la República y que, poco tiempo después, permitiría la sanción de la Constitución Nacional, cuyo preámbulo es, aún hoy, el faro que nos ilumina hacia nuestro destino de grandeza.

Formación del 29 de mayo de 2020

Hoy somos un ejército vigente, formado en los valores sanmartinianos, consustanciado con el respeto al ordenamiento jurídico que delimita nuestra misión y orienta nuestras actividades, con el respeto irrestricto por el orden constitucional y por los tres Poderes del Estado. Todo ello nos permite ser conscientes de las lecciones aprendidas de nuestro pasado, estar orgullosos de nuestro presente y ser optimistas de nuestro futuro.

¡SOMOS EL EJÉRCITO! Fue la frase que marcó el inicio de mi gestión a fines del mes de febrero. Cuando la imaginé pretendí resumir en esas tres palabras mucho más que un simple slogan.
Intenté que sea interpretada en dos dimensiones diferentes: una que refleja autoestima y dignidad, y transmite la idea de respeto y valoración profesional hacia los integrantes de una institución que nació con la PATRIA en 1810.
Simultáneamente, otra dimensión que busca reforzar el sentimiento de integración, el sentido de pertenencia y el orgullo de ser soldados que formamos parte de una organización notable como el Ejército Argentino.

Nunca pensé que en tan solo tres meses el destino nos tenía preparado un vertiginoso desencadenamiento de eventos cargados de incertidumbre en un escenario imposible de dimensionar e imaginar y que estamos transitando a paso seguro.
Es precisamente en este punto, donde “SOMOS EL EJÉRCITO” adquirió un tercer significado, porque de pronto esta Fuerza bicentenaria quedó en la primera línea, apoyando, junto a otros, a la NACIÓN TODA, con sus 50.000 integrantes.

AHORA LA FRASE TAMBIÉN SE PUEDE SINTETIZAR EN:
¡SOMOS EL EJÉRCITO!! Y ¡¡ESTAMOS CERCA DE NUESTROS COMPATRIOTAS COMO SIEMPRE, TENDIÉNDOLES NUESTRA MANO Y TRANSITANDO ESTE DIFÍCIL MOMENTO JUNTO A ELLOS, PORQUE SOMOS IGUALES Y PORQUE TENEMOS LOS MISMOS SENTIMIENTOS Y LA MISMA PREOCUPACIÓN POR EL PRESENTE Y LAS MISMAS INCERTIDUMBRES POR EL FUTURO!

Trompeta del Regimiento de Granaderos ejecutando Silencio Militar

También en aquel discurso de inicio de gestión, a fines de febrero y días antes de que tomáramos conciencia de la fuerza con la cual las palabras “PANDEMIA” y “COVID19” invadirían nuestras vidas, expresé que:
¡SOMOS EL EJÉRCITO! implica que somos los soldados de la PATRIA y la PATRIA son los 45 millones de argentinos, la PATRIA es la gente a la que acompañamos como primera respuesta del Estado ante una emergencia, la PATRIA es EL TERRITORIO del OCTAVO país en extensión del mundo, que protegemos con nuestro amplio despliegue territorial, como una gran fortaleza de la organización y que va desde LA QUIACA HASTA LA ANTÁRTIDA…
APENAS QUINCE DÍAS DESPUÉS DE AQUEL MOMENTO, ESE PÁRRAFO SE CONVIRTIÓ EN UNA TANGIBLE REALIDAD.

Ante la crítica situación provocada por la pandemia, el Gobierno nacional desplegó todos los recursos de la Nación y encontró en las Fuerzas Armadas una de sus herramientas idóneas, por su probada capacidad para gestionar situaciones de emergencia, a partir del profesionalismo de sus integrantes, la flexibilidad de sus organizaciones y una distribución geográfica que asegura llegar a todos los rincones de la Patria.
Cuando se inició esta emergencia sanitaria y para enfrentarla de la mejor manera, el Ejército reorientó el limitado presupuesto de funcionamiento con que comenzó el año y, simultáneamente, se priorizó, en el mismo sentido, la planificación para la aplicación de los refuerzos presupuestarios que en el mes de febrero había solicitado la gestión anterior.

En este sentido, quiero expresar nuestro agradecimiento a usted, señor Ministro, extensivo a su equipo de trabajo en las áreas de Gestión Administrativa y de Planeamiento Operativo y Servicio Logístico de la Defensa, por entender y acompañar la idea de que no solicitamos refuerzos presupuestarios para gastos superfluos o diferibles para tiempos mejores, sino que, por el contrario y con el máximo realismo, buscamos adiestrar, alistar y sostener al Ejército Argentino en las mínimas condiciones imprescindibles para responder eficazmente a los requerimientos asociados al cumplimiento de nuestra misión, tal como lo estamos haciendo en estos momentos.
Esas mínimas condiciones implican la asignación de recursos para mitigar el riesgo inherente que conllevan las múltiples actividades que desarrollan nuestros jóvenes soldados, para las que se requiere de ADIESTRAMIENTO, a fin de mantener la cadena de conocimientos y para que, como producto de la REPETICIÓN, nuestro personal pueda resolver con éxito en circunstancias difíciles.

Momento en que el general Cejas dirige la palabra

Para poner un fusil en manos de un nuevo soldado o certificar a un suboficial que hace guardia en cualquier cuartel, se requiere munición, que hoy escasea, y para fortalecer la imagen que se proyecta del soldado se necesitan uniformes.
Todo esto que parece obvio en los últimos años fue debilitándose por sucesivas restricciones presupuestarias, quizás basadas en la errónea idea de que existen contingencias que nunca atravesaremos y dificultades que nunca nos alcanzarán.

Hoy podemos ver cómo hasta lo más impredecible sucede, y también podemos pensar que se avecina un mundo con situaciones más volátiles y actores con diferentes grados de racionalidad, lo cual aconseja “agregar alguna cerradura adicional” a esta casa tan valiosa y envidiable que tenemos como país.
Actualmente, en la Operación General BELGRANO, junto con nuestros soldados, comparten la primera línea trabajadores sociales, sacerdotes, pastores, voluntarios y referentes locales, quienes desarrollan una encomiable acción solidaria, que es necesario reconocer y felicitar. Sin la mano maestra y el cariño de innumerables cocineras, y sin la voluntad y el ingenio de muchos ocasionales colaboradores, seguramente nuestra tarea hubiera sido más difícil. Por ello, nuevamente, gracias por trabajar en conjunto.

Emociona pensar en soldados con tanta vocación, con tanto desinterés y con tanta solidaridad, sólo justificados por el orgullo y el voluntario deseo de cumplir con la misión impuesta.
Soldados a quienes agradezco su abnegación, persistencia, sacrificio y humildad, compensando las carencias que, tanto en los cuarteles como en sus casas, padecen desde hace muchos años, por el solo afán de servir a la Nación.
Nos enorgullece que los argentinos comprueben diariamente de lo que es capaz su Ejército. Esta valoración nos compromete a redoblar los esfuerzos y simultáneamente nos indica que estamos en la dirección correcta, actuando con responsabilidad social, profesionalismo, ética pública y compromiso institucional.

Hemos convocado de la situación de retiro a médicos, enfermeros militares, ingenieros y especialistas en comunicaciones. Esta acción es una evidencia de la disponibilidad permanente de nuestros RETIRADOS que siguen teniendo estado militar, y que, como expresé al asumir, siguen haciendo sus aportes previsionales y son parte de la organización, listos para ser convocados.
ELLOS, JUNTO A NOSOTROS, SOMOS EL EJÉRCITO, y hoy más que nunca trabajaremos por su bienestar, junto a usted, señor Ministro, porque confiamos en que la revisión de las leyes de Personal Militar y de Reestructuración de las Fuerzas Armadas que se iniciará próximamente siempre será para mejorar la situación actual.

Agradezco el trabajo mancomunado del Ministerio de Defensa, de nuestros camaradas del Estado Mayor Conjunto, de la Armada y la Fuerza Aérea, así como también de los miembros de las Fuerzas de Seguridad y Policiales. El presente nos permite ratificar una vez más que fortalecer la acción militar conjunta y la cooperación interagencial genera la sinergia para ser más eficientes en el cumplimiento de nuestra misión.
También quiero expresar mi agradecimiento:
• A los Ejércitos de los países amigos.
• A nuestros retirados que se han ofrecido voluntariamente para aportar su valiosa experiencia y conocimientos.
• A las empresas, organizaciones y fundaciones que nos apoyan con generosidad.
• Al personal docente y civil de la Fuerza.
• A nuestras familias, que, con su presencia y acompañamiento, son la contención y el refugio que los soldados necesitamos para sobrellevar la dureza de esta profesión.

Nuestro permanente homenaje a quienes cayeron en cumplimiento del deber en el país o en misiones de paz.
Muy especialmente quiero recordar a nuestros veteranos de la Guerra de Malvinas. Su valor y su abnegación los hacen acreedores del perpetuo reconocimiento de los argentinos.

En esta tarde, ruego a la Virgen de la Merced que interceda ante Dios nuestro Señor para que mantengamos nuestros valores éticos con modestia, austeridad y vocación de servicio, a fin de lograr nuestros objetivos, que solo tienen por destinatarios al Ejército Argentino, a la sociedad que integramos y a la Nación a la que servimos.

Los valores que poseen nuestros hombres y mujeres, y la actitud que exteriorizan en su trabajo diario, tanto en la primera línea de las calles y escuelas como en los cuarteles, apoyando, manteniendo y relevando a sus camaradas, así como en las distintas instalaciones sanitarias, son los atributos más salientes de su accionar.
Enorgullece saber que ustedes arriesgan su salud y la de sus familias y superan los naturales temores sin cuestionarse por qué…
Solo lo hacen porque se los formó en VALORES y con ACTITUD de soldados y AHORA RESPONDEN SIN PEDIR NADA A CAMBIO.
¡LOS VALORES Y LA ACTITUD ESTÁN INTACTOS!

Por eso nuevamente repito: ¡SOMOS EL EJÉRCITO! ¡SOMOS EL EJÉRCITO ARGENTINO!
¡VIVA LA PATRIA!

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