No comprometas tu salud: prevención de la triquinosis, una zoonosis mortal
Tomar conciencia sobre la importancia de prevenirla permitirá a los consumidores comer carne de cerdo y sus productos derivados evitando riesgos para su salud.
Buenos Aires - El riesgo no lo vale. Si usted es el tipo de consumidor que disfruta de productos como el jamón, la panceta, la longaniza y el chorizo debe ser capaz de disfrutarlo sin comprometer su salud. ¿De qué manera? Informándose acerca de la triquinosis y realizando un consumo consciente y seguro de los alimentos de riesgo.
La triquinosis es una enfermedad transmitida por alimentos (ETA) producida por un parásito con forma de gusano (del género Trichinella spp) que se aloja en los músculos de los cerdos y otros animales silvestres, como el jabalí y el puma.
Cuando se consume carne con parásitos, estos se liberan en el estómago y migran hacia los músculos –incluyendo el corazón– donde se enquistan y pueden producir fiebre, dolores musculares, diarrea, vómitos, hinchazón de párpados y picazón entre los días 10 y 30. También pueden ocasionar potenciales complicaciones como encefalitis, neumonía, insuficiencia cardíaca y arritmias por inflamación del corazón, que incluso pueden llegar a la muerte.
Dado que no existe un tratamiento curativo –porque una vez que las larvas invaden los músculos generarán quistes activos por muchos años– es importante que ante la sospecha de sintomatología compatible con esta enfermedad se acuda al médico para realizar un diagnóstico temprano y se prescriba un tratamiento para aliviar el dolor muscular a base de analgésicos.
Por tal motivo, en el marco de la campaña “No comprometas tu salud”, desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) reforzamos la importancia de la prevención y el consumo seguro de productos porcinos de riesgo; además de las tareas sanitarias que realizamos en cuanto al monitoreo y control en criaderos de cerdo y la fiscalización de las faenas en frigoríficos donde se analiza el 100% de las carnes antes de liberarlas para consumo humano.
En este sentido, un consumidor consciente y responsable, que cuida su salud y la de su familia, debe:
-Consumir la carne de cerdo bien cocida, cocinándola hasta que desaparezca el color rosado y el jugo (entendiendo que el salado, ahumado o la cocción en microondas no matan al parásito).
-Adquirir los productos derivados y chacinados (como jamón, panceta, longaniza y chorizos) solamente en comercios habilitados y verificar que tengan rótulo en el que figuren los números de registro del producto y del establecimiento elaborador.
-No consumir productos de origen desconocido, sin etiquetas o adquiridos en comercios que no estén habilitados por una autoridad bromatológica local o provincial.
Los productos fabricados en establecimientos registrados utilizan carne de cerdo que ha sido analizada para verificar la ausencia de este parasito a través de la prueba de digestión artificial, la cual muchos municipios realizan de manera gratuita para los elaboradores locales.
Es importante tener en cuenta que el parásito no se ve a simple vista, no altera el aspecto y características de la carne y no cambia el sabor de los productos, por lo cual la mejor actitud es la prevención, tomando conciencia sobre la enfermedad para modificar las costumbres y prácticas culturales con el fin de garantizar la producción segura de productos y subproductos elaborados a base de carne de cerdo para poder realizar un consumo responsable y seguro.