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“Nadie sino el pueblo me llama Evita”: la muestra de Santoro en el Kirchner

La muestra, que se puede visitar hasta el 18 de diciembre en el Centro Cultural Kirchner, presenta cuatro de las obras más icónicas de Daniel Santoro sobre la figura de Eva Perón.

“Desde su instalación en el imaginario popular, el ícono de Eva Perón prolifera más allá de los avatares políticos, tolera las más violentas torsiones simbólicas y se resignifica a lo largo del tiempo”. Esta premisa -que se puede leer en el texto de sala- es el planteo principal de la exhibición de pinturas Nadie sino el pueblo me llama Evita, del artista plástico Daniel Santoro, que se exhibe hasta el domingo 18 de diciembre en la Sala S122 del Centro Cultural Kirchner.

Al cumplirse 70 años del fallecimiento de Eva Perón, la muestra indaga sobre el potente “anclaje icónico” de la figura de Eva Perón a través de cuatro grandes óleos de Santoro, quien publicó e ilustró numerosos libros sobre la iconografía peronista, entre ellos El manual del Niño Peronista, Mundo Peronista, Evita para principiantes, Rimbaud para principiantes, Los siete locos (para Página/12) y El manual del niño neoliberal.

Así, la primera obra que se ve al entrar a la sala, de frente a la puerta, es Eva Perón concibe la República de los Niños (2002) con el cuerpo tantas veces manipulado de Eva sobre una mesa funeraria, pero embarazada concibiendo ese proyecto tan feliz y protector que fue una ciudad pensada especialmente para la infancia.

Si se sigue la línea que propone el guion, aparece El guardapolvo nuevo” (2005), una obra que recuerda Primeros pasos de Antonio Berni. En el cuadro de Berni la niña muestra sus pasos de baile ante la mirada triste de su madre costurera; en la obra de Santoro, la niña luce frente a su madre un guardapolvo de tablitas reluciente mientras sobre la máquina de coser se puede ver el libro de Eva Perón, La razón de mi vida.

“La cita a Berni es una propuesta conceptual para dialogar con sus personajes. Inventé una mamá a Juanito Laguna que fuera una niña protegida en la ciudad infantil”, dice Santoro. “El guardapolvo funciona como un exoexqueleto que provee el Estado a los niños más desprotegidos".

De allí, que frente a ese cuadro se puede admirar Rescate de la mamá de Juanito Laguna frente a la costa de Chapadmalal (2011), donde la niña de guardapolvo blanco es rescatada para llevarla al centro turístico que fue un hito entre las acciones sociales del peronismo.

La última obra de la muestra es El saqueo de la ciudad justicialista (2001) haciendo referencia a los agravios e injurias que recibió Eva, pero que sigue firme frente a su obra.

Nadie sino el pueblo me llama Evita se puede recorrer hasta el 18 de diciembre, de miércoles a domingos, de 14 a 20 h. La actividad es gratuita y no requiere reserva previa.

Biografía de Santoro

Daniel Santoro nació en Buenos Aires en 1954. Estudió en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Trabajó como realizador-escenógrafo en el Teatro Colón entre 1980 y 1991.

En 1985 realizó numerosos viajes por Oriente exponiendo en diversos museos y galerías de arte. Llevó a cabo más de 30 muestras individuales en Argentina y en el extranjero. También publicó e ilustró numerosos libros, entre ellos, El manual del Niño Peronista, Mundo Peronista, Evita para principiantes, Rimbaud para principiantes, Los siete locos para Página/12 y El manual del niño neoliberal.

Entre los principales premios que recibió fueron: El premio Konex de pintura (2012); Primer premio de dibujo Salón de estudiantes (1977); Salón municipal Manuel Belgrano (1987); Mejor libro de arte por el Manual del niño peronista. Asociación Internacional Críticos de Arte (AICA) (2003); Primer Premio Dirección de Museo Fundación Banco Ciudad (1996).

Desde 2007 forma parte del Colectivo artístico Estrella del oriente, con el cual realizó numerosas acciones artísticas, entre ellas la película La ballena va llena junto con Pedro Roth, Roberto Plata, Juan Carlos Capurro, María Negro, Ana Aldaburu y el Tata Cedrón. Protagonizó junto a María Moreno La patria a cuadros y, con Fernández Mouján, Pulqui, un instante en la patria de la felicidad.

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