A menos de una semana del anuncio de la última restitución, Abuelas de Plaza de Mayo comunicó el encuentro con un nuevo nieto, el 132
La noticia se dio a conocer en una conferencia de prensa que se realizó en la sede que la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo tiene dentro del predio de la exESMA. Allí, Estela de Carlotto, su presidenta, fue la encargada de compartir los detalles.
“Nos volvemos a encontrar para dar a conocer la resolución de un nuevo caso, el 132. Esta mañana el juzgado federal Nº1 de Tucumán confirmó al nieto 132 que no es hijo de la familia que lo crió como propio en Tucumán, dueña de una finca en la que trabajaba su madre, Mercedes del Valle Morales, detenida desaparecida en mayo de 1976, en la misma provincia”, informó Estela de Carlotto en una conferencia de prensa que se realizó esta tarde en la Casa por el Derecho a la Identidad, la sede que las Abuelas de Plaza de Mayo tienen en el predio de la exESMA.
Juan José, como se identificó al nieto 132 y que participó del encuentro virtualmente, había iniciado la búsqueda de su identidad en 2004 acompañado por el nodo Tucumán de la Red por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). Juan José desconocía que no era hijo de quienes lo criaron, hasta que sus hermanos de crianza (ya fallecidos los apropiadores) se lo confirmaron y le entregaron su DNI original. Con toda esa información se dirigió a la CoNaDI para indagar sobre su origen biológico.
Luego de la investigación documental, y gracias a los estudios de ADN del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), en 2008 pudo constatar que Mercedes del Valle Morales era su madre biológica. Mercedes fue secuestrada, junto a parte de su familia, el 20 de mayo de 1976 en Monteros, Tucumán. Su hijo, con apenas 9 meses, estaba el día del operativo en el que también secuestraron a sus abuelos, Toribia Romero de Morales y José Ramón Morales. Cuatro días después secuestraron a sus tíos José Silvano Morales, Juan Ceferino Morales y Julio César Morales, todos se encuentran desaparecidos.
Fue una tía abuela materna, Máxima Rita Romero de Morales, quien con el retorno de la democracia denunció ante la CoNaDeP la desaparición de toda su familia. Gracias a esa información, la CoNaDI pudo dar con la poca familia que quedaba y derivó el caso al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) quien confirmó el vínculo. Con la certeza de que era hijo de una mujer desaparecida, en 2008, el nieto también dejó su perfil genético en el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Como consecuencia, en 2010, el EAAF logró identificar los restos de Mercedes del Valle Morales en el Cementerio Norte de Tucumán. Juan José pudo realizar una ceremonia y despedir a su madre, desaparecida con apenas 21 años. En ese tiempo además inició contacto con su familia materna que también participó de aquella emotiva despedida.
Carlotto dijo además que “faltaba saber quién era el padre del joven y constatar si había sido víctima de apropiación, para ello debíamos probar si su padre era quien crió al niño inscribiéndolo como propio”. Para ello debía exhumarse el cuerpo del alegado padre y comparar con el ADN del nieto.
La investigación a cargo de la Oficina Tucumán de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, a cargo de Pablo Camuña, y la Fiscalía N° 1 de Tucumán se enfocó en la exhumación del cadáver del hombre que lo crió.
Ante la recepción del informe del BNDG, esta mañana el Juzgado Federal de Tucumán informó al joven que no es hijo de quien lo crió y confirmó que efectivamente fue víctima de sustracción, ocultamiento y sustitución de identidad en el marco del terrorismo de Estado.
La causa seguirá abierta para continuar con la investigación sobre el papá de Juan José.
Al finalizar, Carlotto afirmó que “esperamos que esta conferencia contribuya a que quienes tengan algún dato sobre Mercedes del Valle Morales y quien fuera su compañero la acerquen a Abuelas, CoNaDI o al nodo de la Red por el Derecho a la Identidad de Tucumán”.
“A pesar del dolor que traen cada una de estas historias, junto a la constatación de la trabajosa tarea que sigue siendo reconstruir cada paso que la dictadura quiso borrar, seguimos celebrando la vida con la alegría que nos da la conquista de la verdad. Por un 2023 con más encuentros, con más verdades e identidades”, agregó Carlotto.
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, resaltó que “la madre trabajaba con quien lo apropió. Esto demuestra que más allá de las organizaciones, las patronales que tenían los vínculos con los sectores de poder también denunciaban a esos trabajadores organizados”. A continuación, celebró que “cerramos un año inimaginable” y que “como secretario de Derechos Humanos no había podido estar en una conferencia de prensa anunciando una restitución y sabemos que es parte troncal de la política de Derechos Humanos de este país poder devolver las identidades. Tenemos expectativas muy grandes de poder seguir encontrando a los nietos que faltan”.
Carlotto comentó que toda la familia del nieto 132 fue desaparecida y asesinada. Y señaló: “estamos nosotros acá, las Abuelas, la CoNaDI, el Banco de Datos, los antropólogos forenses y todos nosotros para darle el abrazo que necesita”.
En la conferencia también estuvieron presentes Claudia Carlotto, directora de la CoNaDI; el fiscal Pablo Parenti; Abel Madariaga y Buscarita Roa de Abuelas, además de nietos, nietas, familiares de víctimas del terrorismo de Estado y referentes en materia de derechos humanos.
Aún se buscan a más de 300 hombres y mujeres de cerca de 45 años, nacidos entre 1975 y 1983. Necesitamos que la sociedad aporte la información que conozca para la búsqueda de los nietos y nietas que faltan. Quienes puedan aportar datos, deben comunicarse con la CoNaDI llamando al 0800-222-266234 o enviando un mail a [email protected].