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Luis Felipe “Yuyo” Noé cumple 90 años

Pintor sobresaliente, teórico y docente. Integró el grupo Nueva Figuración, movimiento que transformó la pintura argentina en los años sesenta. Su notable producción lo llevó a obtener el Premio Nacional Di Tella en 1963 y la Beca Guggenheim en dos oportunidades. Su obra forma parte de importantes museos y colecciones de la Argentina y del mundo.

“Yo creo que el mundo es muy complejo; y el arte es una manera de defenderse y entenderse con esa complejidad”, dice Luis Felipe “Yuyo” Noé cuando le preguntan qué es el arte en la serie de entrevistas Pensamiento de artista realizada por el Museo Nacional de Bellas Artes, que se pueden ver en el canal de Youtube de la institución.


“Es cómo uno, en su espíritu, se entiende con el contacto que lo rodea”, agrega el pintor argentino nacido en Buenos Aires el 26 de mayo de 1933. Hijo de Beba Ruiz y Julio Noé, quien fue un destacado intelectual argentino y “un hombre de la cultura”, como lo definió su hijo “Yuyo”, apodo que lleva desde la infancia.

En 1951, “Yuyo” Noé empezó a cursar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y, ese mismo año, ingresó al taller de pintura del maestro Horacio Butler, en el que se formó durante un año y medio.

“Introducción a la esperanza” de Luis Felipe Noé.
“Introducción a la esperanza” de Luis Felipe Noé.

Tres años más tarde, dejó la facultad y empezó a trabajar en el diario El mundo, en el que, al año siguiente, se hizo cargo de la crítica de arte. Hasta 1961, también trabajó en la sección política de los periódicos El nacional, La razón y La prensa.

A nivel personal, se casó con Nora Murphy en 1957, con quien tuvo dos hijos: Paula y Gaspar. La luna de miel con Murphy fue en la Quebrada de Humahuaca. Ese viaje fue clave, ya que escribió un artículo y realizó dibujos sobre los paisajes del lugar, que se publicaron en la revista El hogar, que se convirtieron en su presentación como dibujante. Ese mismo año, también, expuso el cuadro La costurera en el Salón Nacional de Bellas Artes.

Dos años después, tiene su primera exposición individual, en la galería Witcomb, clave también, ya que en la inauguración nace la amistad con Alberto Greco, Rómulo Macció y Jorge de la Vega.

En 1960, su padre, Julio Noé, le ofrece a Yuyo un sector de lo que había sido la fábrica de sombreros fundada por su abuelo, para usar como taller, en el barrio porteño de San Telmo, en la calle Independencia entre Bolívar y Defensa. Al poco tiempo, Greco y Macció se instalaron allí, ya que había un gran espacio disponible; mientras que De la Vega pintó algunas obras grandes en ese lugar.

Deira, Macció, Noé, De la Vega. Foto Sameer Makarius.
Deira, Macció, Noé, De la Vega. Foto Sameer Makarius.

Al año siguiente, Noé les propone a los amigos hacer una muestra para superar la oposición entre figuración y abstracción. “La intención no era formar un grupo, sino crear un movimiento”, se aclara en la biografía de Yuyo en la Fundación Luis Felipe Noé. De esta manera, Macció, De la Vega y Noé invitaron a Ernesto Deira, al fotógrafo figurativo y pintor abstracto Sameer Makarius y a la pintora Carolina Muchnik a formar un movimiento que superase la división entre figurativos y abstractos. De ahí surge la muestra se llamó Otra Figuración, que se realizó en la galería Peuser en 1961.

Luego de que terminara la exposición, Noé viaja en barco a Europa con una beca del gobierno francés, en compañía de De la Vega. Más tarde, viajan a París Nora Murphy con su hijita Paula para reunirse con Yuyo, y luego se suman Deira y Macció, así todos se reúnen en la capital francesa. Es durante ese viaje que los cuatro artistas toman conciencia de que formaban un grupo y a partir de entonces empiezan a exponer en muestras compartidas identificándose colectivamente como Deira, Macció, Noé y De la Vega, quien figuraba último porque decía que su apellido real era solamente “Vega”, por lo que le correspondía ese lugar, según el orden alfabético.

En 1962, de regreso en Buenos Aires, el grupo se instaló en un taller nuevo, en la calle Carlos Pellegrini entre Charcas (hoy, Marcelo T. de Alvear) y avenida Santa Fe. Poco después presentaron dos exposiciones y luego fueron convocados por Jorge Romero Brest, entonces director del Museo Nacional de Bellas Artes, para exponer en la institución en 1963.

Luis Felipe Noé en la inauguración de la muestra “Mirada prospectiva” en 2017 en el Museo Nacional de Bellas Artes. Foto Silvina Frydlewsky.
Luis Felipe Noé en la inauguración de la muestra “Mirada prospectiva” en 2017 en el Museo Nacional de Bellas Artes. Foto Silvina Frydlewsky.

Ese fue un año decisivo, ya que además de la muestra en el Bellas Artes, fueron invitados al Premio Torcuato Di Tella, en el que Noé recibió el Premio Nacional de Pintura y Macció fue reconocido con el Premio Internacional.

El premio Di Tella consistía en una beca que le permitió al artista trasladarse adonde quisiera: Noé eligió la ciudad de Nueva York, donde se quedó desde abril hasta diciembre de 1964; allí compartió taller con Liliana Porter, el uruguayo Luis Camnitzer y el venezolano Gabriel Morera.

La última exposición del grupo se hizo en 1965, en la Galería Bonino, con el mural de Deira, Nueve variaciones para un bastidor bien tensado, instalaciones de De la Vega, Nigromante y Noé El ser nacional y dos cuadros de gran formato de Macció.

Tras recibir la Beca Guggenheim, a finales de 1965, Noé regresó a Nueva York, esta vez, junto a su familia. Y volvió a Buenos Aires en 1968. Empezó un período en el que dejó la pintura. Con algunas personas, decide poner en funcionamiento un bar. De la Vega le sugirió el nombre Bárbaro y el bar al rápidamente se convirtió en lugar de encuentro de figuras de la cultura de las décadas del sesenta, setenta y ochenta.​

Durante su período sin pintar dio clases de dibujo y pintura. Entre 1971 y 1973 lo hace en la Escuela Panamericana de Arte, y entre 1973 y 1976, en su casa taller, en Pueyrredón y Corrientes, en el barrio porteño de Balvanera. En 1975 retoma la pintura con una exposición.

Tras el golpe de Estado de 1976, se va a París y luego estuvo viajando, hasta que en 1987 se asienta definitivamente en Buenos Aires.

Más recientemente, en 2009, representó a la Argentina en la Bienal de Venecia.

Noé fue uno de los distinguidos con el Premio Nacional a la Trayectoria Artística 2019.

Sus reflexiones sobre estética fueron volcadas en numerosos libros y ensayos, entre ellos Antiestética, que lo instalaron también como un referente y un crítico agudo de los cánones artísticos contemporáneos.

Como uno de los artistas más importantes de su era, ha realizado numerosas exposiciones, muchas de ellas retrospectivas, en prestigiosas instituciones de la Argentina y el exterior. Su obra forma parte de importantes museos y colecciones de la Argentina y del mundo.

En 2017 creó, junto con su familia, la Fundación Luis Felipe Noé. Actualmente reside en Buenos Aires, continúa pintando y escribe el que será su próximo libro, Asumir al caos. Arte y vida.

Homanaje a Yuyo Noé en sus 90 años

Junto con la Fundación Luis Felipe Noé y diferentes instituciones culturales, el viernes 26 de mayo celebramos al artista en su noventa aniversario. Durante el festejo, en distintas pantallas de la Ciudad de Buenos Aires se proyectarán retratos, obras y frases de su pensamiento.

A las 18:30 h, la fachada del Centro Cultural Kirchner es la primera estación de un recorrido del que el propio artista formará parte.

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