Los centros de estudiantes fueron los protagonistas del multitudinario cierre de "Generación Museos" en Tecnópolis
Más de 1800 jóvenes de centros de estudiantes secundarios del AMBA participaron de la jornada de cierre del Programa, que une organizaciones estudiantiles con los museos.
“Somos seres políticos”, “decidimos dejar de ser un ente individual para construir lazos sociales y humanos en la escuela”, “no van a poder detener al movimiento estudiantil”. Las voces de los jóvenes se multiplican y recorren el microestadio de Tecnópolis, donde 1800 integrantes de centros de estudiantes de 14 distritos celebraron el cierre anual de Generación Museos: un Programa dedicado a trazar puentes entre las organizaciones juveniles y las instituciones públicas.
A lo largo de este año y a través de acciones culturales, la iniciativa que promovió la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura llevó a cabo conversatorios, encuentros y talleres en museos nacionales. La exitosa propuesta, que tendrá su continuidad en 2023, festejó su objetivo de contribuir al fortalecimiento de la organización estudiantil como una vía de construcción colectiva de ciudadanía.
De San Fernando a Ensenada, de Moreno a Tigre, jóvenes de todo el AMBA fueron copando el microestadio: allí los recibía un video que recopilaba experiencias compartidas en museos como La manzana de las luces, el CCK, el Museo Nacional del Grabado o el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. “Generación Museos nos da mucha importancia a les pibes”, decía una chica desde la pantalla mientras las voces del audiovisual se cruzaban con las de los jóvenes de las butacas. “Ahí aparecí yo”, gritó un adolescente al reconocerse en las imágenes.
Federico Baggio y Florencia Stáffora, del equipo de educadores del programa coordinado por Mercedes Elgarte, abrieron la jornada entre gritos de emoción y aplausos cuando se nombraba a cada agrupación.
“Si juntes nos organizamos, podemos lograr lo imposible”, destacó Baggio, que propuso un juego para romper el hielo: pronunciar la palabra “eco” cuando alguno se identificara con las frases que mencionaba. “¿Quienes vinieron para conocer Tecnópolis?”, recibió algunos “ecos” más bien tímidos, que se intensificaron ante el “quiénes vinieron para tener día libre en el colegio” y se volvieron enérgicos frente al “quiénes están acá porque creen en los centros de estudiantes”.
Referentes del movimiento estudiantil, espacios de juventud e instituciones tomaron a continuación la palabra en el conversatorio ¿Qué historias queremos contar? La comunidad estudiantil escribe su historia, moderado por Christopher Loyola.
En el intercambio participaron el presidente nacional de la RENACE, Axel Giménez; la vicepresidenta de la agrupación, Luisina Komar; y la presidenta del centro de estudiantes del Colegio Mariano Acosta e integrante de la Red, Carla Andrade. También Gonzalo Ontivero, secretario de Bienestar de la Federación de Estudiantes Secundarios (FES) de Mendoza; Ayelén López, directora de Juventudes de la Provincia de Buenos Aires; Florencia González de Langarica, especialista en museos, y Valeria González, secretaria de Patrimonio Cultural de la Nación.
Para el cierre, el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, comparó Generación Museos con Tecnópolis, que antes de ser un hecho, fue un sueño. “Las ideas son muy importantes pero, más importante es llevarlas adelante”, remarcó, e insistió en la importancia de este programa: “Los museos son fundamentales: en ellos está nuestra memoria, historia, pasado y futuro. De ahí el valor de este programa, que vamos a seguir manteniendo, con más fuerza y más convocatoria”.
“En algún momento me gustaría que me cuenten el secreto sobre qué fuerza incalculable mueve sus corazones para, desde un equipo tan pequeñito, haber llegado a esto”, remarcó Valeria González al dar repaso al trabajo realizado por el equipo de Generación Museos, del que también forman parte la coordinadora territorial Paula Dorrego, Sofía Piantino y la artista y comunicadora visual Julieta Fradkin. Ante la pregunta del encuentro: “¿Qué historias queremos contar?”, la secretaria de Patrimonio Cultural, Valeria González, compartió: “Un patrimonio nacional debe comprometerse a incluir nociones diversas acerca de lo que es valioso conservar y recordar. Vincular los museos con las organizaciones estudiantiles era una apuesta no solamente a escuchar sus preocupaciones e intereses sino a dejarse transformar por lo que les importa a les jóvenes. Esto implicaba un modo de relación distinto a las clásicas visitas guiadas a los museos con las escuelas, pero no tiene nada de oposición a la institución escolar, del mismo modo que no la tienen las propias organizaciones estudiantiles, aun cuando eso quieren hacernos sospechar ciertos discursos del orden”.
También remarcó el potencial de la vinculación de los museos con los centros de estudiantes como espacios iniciáticos de la vida política: “Otra palabra también adulterada por las derechas, como si la política fuera un virus que afecta a la sociedad”, y citó a Albert Camus en La Peste: “Hay algo que se aprende en medio de las pestes: que hay en los seres humanos más cosas dignas de admiración que de desprecio, esa capacidad que a veces tienen los seres humanos, aún en los momentos de mayor dificultad, de sentir el dolor ajeno como propio. Y algo así es la invitación Generación Museos: abrir los patrimonios de los museos para preguntarles qué historias eligen contar ustedes, cómo quieren narrar los pasados para que estos les den fuerza para sostener lo que les importa en el presente”.
Ayelén López, directora de Juventudes de la Provincia de Buenos Aires, celebró que Generación Museos fuera una política pública y apeló al potencial de estos espacios para el debate de “lo que no se habla en casa y que se puede analizar en términos históricos”.
Los representantes de la RENACE plasmaron en sus discursos que los jóvenes quieren ser escuchados y ser protagonistas en la construcción colectiva. Axel Giménez hizo referencia a la historia de la Red y sus preocupaciones vinculadas a los pibes que quedaron fuera del sistema. Luisina Komar reforzó la idea apuntando a ciertos logros del trabajo colectivo, como la solución de carencias de conectividad y los reclamos de justicia digital educativa. Carla Andrade, del Acosta, destacó la relevancia de la movilización estudiantil en el contexto de las últimas movilizaciones. “Hace mucho tiempo que venimos diciendo que con hambre no se puede estudiar”. Ante el aplauso de los presentes, la dirigente estudiantil también resaltó el valor de Generación Museos: “Lo recreativo es algo súper necesario en el estudiantado; no teníamos ninguna actividad que nos otorgara el Ministerio de Educación [de la Ciudad] y nos encontramos con este programa y volvieron las risas y esas ganas de irse de excursión con les compañeres. Teníamos algunos museos muy cerca y jamás los habíamos visitado”. Andrade dedicó duras críticas al Gobierno de la Ciudad por lo que aseguran una falta de respuesta a sus necesidades.
Sin embargo, advirtió: “No van a poder detener al movimiento estudiantil. No lo lograron jamás y no lo van a lograr ahora. Ahora hay un movimiento estudiantil muy fuerte”. Desde las gradas le respondieron con un “tiene razón”, a lo que la líder estudiantil concluyó: “Nosotros construimos otra política: luchamos por el otro, militamos para que el de al lado no pase hambre y pueda tener los libros para estudiar. ¿En lugar de discutir políticas anti-toma, por qué no discuten políticas estudiantiles? Vamos a seguir pensando un proyecto de educación para nosotros y para los que vienen atrás”.
Ecos de las luchas
Mientras la jornada seguía con un picnic y la recorrida por Tecnópolis, frente a uno de los espejos de la exposición de Abuelas de Plaza de Mayo Identidad, la búsqueda continúa, una joven se detuvo a peinarse. A su lado, otra observaba los retratos de nietos apropiados durante la última dictadura cívico-militar. “Está exhibición nos sirve para poder reflexionar sobre todo lo que nos falta en la lucha por los derechos humanos. Está buenísimo el concepto de los espejos, lo estábamos hablando con los chicos, esto de las fotos que se ven y las que no, porque son desaparecidos que no están o bebés que todavía no se encontraron”, contó Ángela Salinas, de Lomas de Zamora.
Hacia el final del día, Dylan Barrios, de la CA número 1 de Hurlingham y su compañera, Milagros López, comentaban cómo Generación Museos había habilitado charlas que no se daban en sus casas: “Como lo que sucedió en La noche de los lápices”, ejemplificó ella. Tomás Máscolo, presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Secundaria número 18 de San Isidro, coincidió. “En nuestra visita al Museo del Grabado pudimos rememorarlo para que no vuelva a ocurrir nunca más. Es fundamental un programa así, porque nos da voz a los estudiantes y nos permite conocer nuestra historia”.