La Argentina exporta Kiwi de Mar y Sierras a España
Con sello de Identificación Geográfica y certificado Orgánico esta fruta argentina se posiciona en el mercado europeo por su excelente calidad. El INTA Balcarce junto con la Cooperativa Ecco Argentina ponen el foco en las prácticas de poscosecha para conservar la calidad del producto por más tiempo. A un año de la inauguración de la planta de frío y empaque, que contó con financiamiento de la Secretaría de Agricultura de la Nación, se concretó el primer envío al exterior.
Las condiciones agroecológicas del sudeste bonaerense permiten cultivar y cosechar un kiwi de pulpa verde excepcional. De hecho, un estudio realizado por el laboratorio de Calidad y Poscosecha de Frutas y Hortalizas del INTA permitió confirmar que, gracias al clima, al suelo y a determinadas prácticas de manejo, “los frutos resultan sabrosos cuando alcanzan la madurez de consumo, aun durante almacenamientos prolongados”. Gracias a esta característica diferencial, el kiwi de Mar y Sierra se exportará a España, con sello de Identificación Geográfica (IG) y certificado Orgánico. Esta noticia fue celebrada en un acto en el que participaron Juan José Bahillo -secretario de Agricultura de la Nación-, Sebastián Ianantuony -intendente de General Alvarado, Laureano Goycóa -presidente de la Cámara de Productores de Kiwi- y Alejandra Yommi -responsable del Laboratorio de Calidad del INTA-, entre otras autoridades y representantes del sector.
El envío corresponde a la Cooperativa Ecco Argentina, del Municipio de General Alvarado, que durante la cosecha 2022 almacenó y empaquetó más de 900 toneladas de esta fruta, dando empleo a 20 familias de la ciudad, y cuya planta de frío y empaque fue inaugurada hace un año gracias al aporte de $50.000.000 por parte de la cartera agropecuaria nacional.
El secretario Bahillo destacó “el profesionalismo, el trabajo, los sueños y la mística en el compromiso del sector cooperativo y el acompañamiento que se realiza desde el Estado en función de su desarrollo”.
Goycóa calificó la jornada como “inolvidable”. Y agregó: “Después de mucho trabajo y buena predisposición podemos enviar al mundo un kiwi de una calidad diferenciada y apreciada”.
Por su parte, el intendente de General Alvarado, agradeció la intervención de la Secretaría de Agricultura, de INTA, INTI y SENASA “por los conocimientos y el trabajo que hicieron a la par de los productores para que este sello sea una realidad y pueda ser distinguido”.
Adicionalmente, y en ocasión del embarque de kiwi a España, el secretario Bahillo anunció una segunda etapa del programa CoopAr con un aporte de $3.000 millones para impulsar la actividad cooperativa. También anunció un fondo rotatorio de $200 millones para las cooperativas del Municipio de General Alvarado.
El INTA Balcarce junto con la cooperativa Ecco Argentina ponen el foco en el monitoreo del cultivo, el control de la calidad de la fruta en el empaque y las prácticas de poscosecha para conservar la calidad del producto por más tiempo. Una estrategia que permite ganar mercados en contraestación.
Participaron también del acto el jefe de gabinete de la SAGyP, Juan Manuel Fernández Arocena; el subsecretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, Luis Contigiani; el director nacional de Agregado de Valor, Pablo Morón; y el ministro de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez.
Kiwi con Identificación Geográfica
Tanto las Indicaciones Geográficas (IG) como las Denominaciones de Origen (DO), son herramientas de diferenciación otorgadas por la Subsecretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional para el reconocimiento de una calidad diferenciada existente. En esta oportunidad, el INTA participó en la elaboración del manual de procedimiento de la Indicación Geográfica de este producto frutal, en colaboración con la Cámara de Productores de Mar del Plata, quienes hicieron la presentación para solicitar la IG a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
El kiwi que se produce en la costa atlántica es de la variedad Hayward y se caracteriza por sus frutos grandes, de pulpa verde, muy nutritivos y rico en compuestos antioxidantes. Sin embargo, más allá de las características propias de la variedad, el clima y el suelo del sureste de Buenos Aires le aportan un diferencial único que, gracias a un sello de Indicación Geográfica, permite distinguirlo en el mundo.
“Las condiciones agroclimáticas diferentes y muy propicias de esta zona del país permiten que la fruta almacene alta materia seca y altos valores de grados brix, ambos muy relacionados con la cantidad de azúcares que tiene la fruta”, señaló Yommi quien aclaró que “esos aspectos son los que distinguen esta fruta de otras zonas, a pesar de ser la misma variedad”.
En el sudeste, el kiwi alcanza el nivel de SST mínimo de 6,2 °Brix a los 172 días posteriores a la plena floración, aproximadamente para el 6 de mayo, marcando el inicio de la cosecha. El mínimo contenido de materia seca del 16 % se logra antes, a partir de los 155 días de plena floración, alrededor del 20 de abril. Esto quiere decir que las condiciones climáticas y agronómicas de la zona permiten que el fruto siga acumulando materia seca durante casi 20 días más, cuando alcanza los SST mínimos para la cosecha (que para la IG se eleva a un promedio mínimo de 6,5°Brix). En este sentido, el laboratorio de Calidad y Poscosecha de Frutas y Hortalizas del INTA Balcarce tiene un rol central en el servicio de análisis de madurez.
El alto contenido de materia seca está vinculado con la producción en zonas marítimas, debido a que se dan condiciones muy adecuadas para el buen desarrollo del fruto y con la madurez de consumo, lo que aporta más sabor y un adecuado balance entre el sabor dulce y ácido. Pero esto no se logra de un día para el otro. De hecho, desde hace 20 años el INTA trabaja junto con los productores de la región en ajustar las tecnologías de manejo de la plantación para conseguir altos rendimiento y alta calidad de fruta, que lo hace distintivo de otras zonas.
“Primero nos enfocamos en ajustar el manejo del cultivo y luego nos enfocamos en el proceso de cosecha y, por último, en las tecnologías de manejo de la poscosecha de la fruta”, señaló Yommi quien agregó: “Con el correr de los años se fueron ajustando junto con los productores algunas tecnologías de producción, para poder conseguir lotes con alto rendimiento, con alta calidad de fruta, y algunas prácticas vinculadas con la conservación refrigerada y también de atmósfera controlada para conservar la fruta y la calidad durante el mayor tiempo posible”.
Y es justamente esta necesidad de mantener la calidad de la fruta durante más tiempo lo que habilita el acceso a nuevos mercados, como Europa y Asia. Sin embargo, para que eso suceda es necesario un aumento de la producción nacional. “Actualmente el kiwi es una de las cadenas frutícolas de mayor crecimiento relativo en la Argentina y, por las que se proyecta un sostenido aumento del área productiva en el corto y mediano plazo”, expresó Yommi quien destacó el aumento del consumo de esta fruta a escala nacional e internacional y la oportunidad que eso representa para los productores de la región.