Juan Pablo de Lucca: “Alberto Castillo en algunas cosas era conservador y en otras un revolucionario”
El nieto de Alberto Castillo recuerda a su abuelo en el día de su 107 cumpleaños. En esta nota, de Lucca comparte detalles personales del carismático cantor: "llegaron a decirme que en los 50 había tres personas por las cuales se paraba el país: Fangio, Perón y Castillo”.
Del otro lado del teléfono está Juan Pablo de Lucca, pianista argentino radicado en Alemania hace ya varios años. El motivo de la charla es Alberto Salvador de Lucca, artísticamente conocido como Alberto Castillo**, quien nació el 7 de diciembre de 1914 en el barrio porteño de Villa Luro.
Juan Pablo de Lucca es pianista y está radicado en Alemania.
-¿Qué recuerdos tiene de Alberto Castillo abuelo? ¿Cuál es su anécdota más divertida?
-Mis recuerdos de Alberto Castillo son más que nada como abuelo: cumpleaños, navidades, vacaciones, cenas y fines de semana. En ese sentido, nunca participamos de su vida profesional. Para mí, él era simplemente mi abuelo. De hecho, hasta más tarde, no tuve noción alguna de lo que él representó. Cuando estaba con nosotros era un abuelo más.
-¿Cuándo tomó conocimiento de Alberto Castillo artista?
-Alberto Castillo como artista se me fue apareciendo gradualmente. La primera vez fue cuando él falleció y miles de personas asistieron al velatorio y acompañaron el cortejo fúnebre a Chacarita. Unos años más tarde empecé a viajar de mochilero por Argentina y Uruguay. Donde sea que estuviese, Caleta Olivia o Santa Lucía, Copahue o Santiago del Estero, siempre alguien me preguntaba: “de Lucca, sos algo del cantor de tangos?”. Al contestarles que era el nieto, empezaban a narrarme una historia personal o familiar vinculada a cómo y dónde lo habían conocido, cómo lo seguían de baile en baile, o cómo se iban en bici 40 kilómetros hasta el pueblo vecino para verlo actuar. Así, poco a poco, empecé a tomar conciencia de su relevancia dentro del panorama cultural argentino. Incluso alguien llegó a decirme que en los 50 había tres personas por las cuales se paraba el país: Fangio, Perón y Castillo.
Alberto Castillo junto a Osvaldo Pugliese.
-¿Por qué era considerado un cantor diferente? ¿Qué lo hacía tan querido y popular?
-Lo que yo creo que lo diferencia es su calidad vocal, afinación y personalidad. Él descubre una manera de frasear y de pararse delante de la orquesta que nunca antes se había usado. El cantor hasta entonces había sido una pieza más de la orquesta, al costado y cantando solo los estribillos. Alberto Castillo, en cambio, se empieza a mover en el escenario y a interactuar con los bailarines. Creo en parte que el pueblo lo adopta como ídolo al ver reflejado en él las aspiraciones sociales de la época: de hijo de inmigrantes a doctor, y luego estrella de cine. Su cercanía y familiaridad tampoco es actuada. Gente que ha compartido viajes con él me ha contado de cómo se sumaba a una ronda de mates en un taller mecánico o a una guitarrerada en la comisaría. Cuando él canta “yo soy parte de mi pueblo y le debo lo que soy, porque hablo con su mismo verbo y canto con su misma voz” no está actuando, sino que así es como él lo sentía.
Castillo convocaba multitudes. Rápidamente se ganó el cariño popular.
-¿Cuánto tuvo que ver su abuelo en que usted se dedicara a la música?
-Cuando decidí dedicarme a la música, yo tocaba rock. Él no tuvo que ver directamente con mi elección. El amor por la música me fue transmitido por mi padre y mi madre. En casa siempre se escuchaba mucha música de todo tipo. Pero probablemente él tenga algo que ver con eso también.
-¿Qué diría su abuelo sobre Juan Pablo de Lucca músico?
-¡Pfff! Difícil de decir. Por un lado, él no era parte de la “vanguardia tanguera”, como Piazzolla. Pero al mismo tiempo, cantaba repertorio de otros países y géneros y fue el primer cantor argentino que agregó percusión en el tango con la cuerda de candombe. Creo que en algunas cosas era conservador y en otras un revolucionario. Imagino que desde algún lugar me estará viendo, y algún día charlaremos sobre qué le ha parecido lo que hago.
Juan Pablo de Lucca comenzó tocando rock, hoy es un destacado pianista que reside en Alemania.
-A su abuelo le gustaba tocar con artistas jóvenes. ¿Cuál cree que sería su visión sobre las nuevas generaciones y las nuevas corrientes?
-Mi abuelo fue uno de los primeros músicos de su generación que entendió que el tango cambia. De la misma manera que él se diferenció de la masa de cantores que en el 40 seguían intentando imitar a Gardel, hoy las nuevas generaciones buscan su propia manera de expresarse a través de la música. El tango siempre refleja o anticipa una época. Parte de los artistas que hoy hacen tango apuntan a rescatar lo popular y lo festivo del género. Estoy seguro que mi abuelo sería parte de este grupo. También, hace varios años ya que la familia de Lucca fundó la Fundación Alberto Castillo. Desde ahí, buscamos generar nuevos espacios para la cultura popular rioplatense y transmitir su legado a las nuevas generaciones de músicos.
Castillo fue un verdadero suceso, irrumpió en una época donde los cantores querían imitar a Gardel.
Fotos: Gentileza Fundación Alberto Castillo y Juan Pablo de Lucca.