Presidencia de la Nación

José Sacristán: "Pobre del pueblo aquel que maltrata a su cultura"

En la cúpula del Centro Cultural Kirchner el célebre actor español fue protagonista de una entrevista abierta realizada por Gabriela Radice.

José Sacristán fue ovacionado en la cúpula del Centro Cultural Kirchner, donde habló de su estrecho vínculo con Argentina, de la cultura, el amor, la memoria, sus orígenes, la actuación, y la muerte. El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, le entregó una placa como señal de homenaje y agradecimiento.

“Cuando tienes la suerte de llegar a un país -a 12 horas de avión de tu casa-, donde se habla tu idioma y con un entusiasmo inquebrantable por la cultura y el espectáculo, los cafés, las librerías, cuando te encuentras aquí como en tu casa, ya no se cómo manifestar mi agradecimiento. De hecho ¡no me quiero ir!”, dijo el actor español y bromeó sobre estar atento para no creer todo lo que dicen de él en nuestro país. “Después vuelvo a España y es un golpe muy duro”, compartió entre risas.

Sacristán hizo hincapié en la defensa de la cultura por encima de todo. “La diferencia entre labrar la tierra, sembrarla y recojer los frutos, y hacer feliz con una función de teatro, no es menos noble. El trabajo y la dignidad del trabajo. Pobre del pueblo aquel que maltrata a su cultura. Claro que hay gente que piensa que cuanto más imbéciles, cuanto más incultos, cuanto más necios, más manejables son las personas”, expresó.

Al referirse a los autores españoles Miguel Cervantes, Antonio Machado, y Miguel Delibes, Sacristán rescató que en todos ellos hay una especial mirada de la condición humana. “Hay una mirada de la condición humana que a la hora de traducirlo en relatos o en poesía, no solamente es la belleza de lo que está escrito, sino en qué medida a través de ellos nos conocemos mejor y procuramos - o deberíamos procurar- ser mejores”, dijo el actor.

¿Qué representa para vos interpretar la obra Señora de rojo sobre fondo gris?, le preguntó Gabriela Radice, que llevaba adelante la entrevista abierta sobre la obra que presentó en el Teatro San Martín, con la que salió de gira por Argentina y que este 1 de septiembre estrena en el Teatro Astros de la ciudad de Buenos Aires. “Señora de rojo sobre fondo gris es mi trabajo más personal porque también es la obra más personal de Miguel Delibes. Él nunca autorizó que esta obra se hiciera ni en cine ni en teatro por los pudores que sentía de preservar su intimidad".


"Se publicó la novela y yo quedé fascinado. Pero Miguel no autorizó a que nadie le pusiera cara a este personaje. Pasaron años, hicimos la adaptación y la obra con la autorización de sus hijos primero, y luego con su aplauso e incluso su agradecimiento", contó.

"Señora de rojo sobre fondo gris cuenta la historia de un hombre que pierde a la mujer amada contando sólo con 48 años. En la España donde Franco agoniza, con su hija y su yerno en la cárcel, es la crónica de ese tiempo contada por Miguel Delibes, despojada de toda retórica, expone los hechos que pasan en lo público, es una mirada sobre la España de aquel tiempo, que está como telón de fondo. Y en lo personal, el dolor de la pérdida del ser amado y al mismo tiempo como aliviado por la memoria esperanzada del amor".

"La noche del estreno uno de los hijos se me acercó para decirme que él era uno de los que se había opuesto a que esta obra se hiciera. “Si mi padre no quiso, ¿por qué vamos a querer nosotros?”, me dijo. Pero venía a darme las gracias porque esa noche había vuelto a ver a su madre", recordó Sacristán con emoción.

"Intento contar cómo, mientras somos amados y recordados, no desaparecemos del todo. Hay algo que permanece de nosotros en el amor y en la memoria de los demás", confiesa.


En cuanto a sus orígenes y su infancia, Sacristán mencionó que cuida muchísimo la atención y el respeto por el niño que fue. “Todo aquello que me remita a aquel tiempo, a mi gente, al campo y a mis ilusiones, sueños de querer ser, todo eso me sigue acompañando, está ahí permanentemente. No puedo prescindir de ellos. No hay mayor seriedad que la del niño cuando juega. A esa seriedad, a la profunda seriedad del juego sigo echando mano como cuando de niño me ponía una pluma en la cabeza y le hacía creer a mi abuela que era Comanche. Cada vez que me subo a un escenario me pongo las plumas y que se crean lo que no soy. Esa necesidad que tenemos de vivir otras vidas”, dijo.

"El juego es la cosa básica para mi. El juego en complicidad, en comunión con los demás. El personaje y la historia. La necesidad de contar esa historia. Mientras yo participe de este rito, mientras pueda ser el que proponga este encuentro, lo voy a seguir haciendo".

"Solos en la madrugada es una película que tuvo aquí en Argentina un impacto muy fuerte. Sacristán dejó en claro su punto de vista en relación al rol del artista. “El artista no puede escudar su responsabilidad como ciudadano en su trabajo. Que no piense que a través del discurso de una película se va a arreglar el problema de un país. No se arreglan con palabras los problemas que se generan por acciones determinadas. Hay un momento en el que el artista no le es suficiente a su sociedad. Tiene que tomar también un compromiso como ciudadano y no conformarse con lo que ha dicho en una película.”, expresó.

"Soy humanista, tengo fe ciega en la condición humana. Pero no creo que ningún artista piense que puede cambiar la historia. Hacer nuestro trabajo lo mejor que sepamos y, al mismo tiempo, como ciudadanos establecer el compromiso riguroso de estar y defender. Nunca desde la agresividad ni la descalificación".

Entre sus trabajos de aficionado y los de profesional, José Sacristán lleva casi 70 años actuando. “Hace tiempo que puedo elegir mi trabajo o, si no es elegir, al menos rechazar lo que no quiero hacer. Todos y cada uno de mis trabajos forman parte de mi vida. Quiero todos los trabajos que he realizado y me reconozco en todos, incluso en el peor de ellos. Porque todos y cada uno de ellos me ayudaron a pagar el recibo de la luz, el colegio de mis hijos y a comprar el pan”, expresó.

Como decía Fernando Fernán Gómez, mientras yo vaya durando, procuraré estar en mi puesto de trabajo.


El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, le entregó un reconocimiento. “Que esta placa simbolice esos aplausos y ese cariño de los argentinos y las argentinas. Gracias por tu talento, por compartirlo. En estos tiempos complejos que vive la humanidad, tener personalidades como la tuya, tenerte cerca, es muy importante para nosotros. Por eso muchas gracias de corazón. Que sigas trabajando con esa dignidad, con ese talento y con ese amor”, dijo Bauer antes de un gran aplauso.

“Como decía mi abuela Nati, momentos como este entran pocos en el kilo”, dijo Sacristán emocionado.

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