Índice de abuelidad, el avance científico que permite reunir familias desde hace más de cuatro décadas
En el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, recordamos el trabajo realizado por un equipo internacional de genetistas utilizado para determinar la filiación de un niño en ausencia de sus padres mediante el análisis de material genético de sus abuelos.
El 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia, es una fecha en la que se conmemora y busca mantener vivos en la reflexión y memoria social los acontecimientos producidos en la última dictadura militar que tuvo lugar en nuestro país entre 1976 y 1983.
Apenas iniciada la búsqueda de los familiares desaparecidos, muchas personas se enfrentaron al problema de identificar a sus nietos e incitaron a la comunidad científica internacional a desarrollar técnicas para hacerlo. Fue así que un gran número de científicos asumieron la tarea y la responsabilidad de hallar a esas personas, comprendiendo que la genética era una vía posible para complementar la información aportada por la antropología forense.
Gracias a los avances desarrollados por la genetista Mary Claire King y a la colaboración de un grupo de científicos, a mediados de 1980 se logró la formulación de un índice de abuelidad a pedido de la organización Abuelas de Plaza de Mayo. Este índice establece la posibilidad de parentesco entre un nieto y sus abuelos a partir del análisis del material genético.
El análisis consiste en el estudio de secuencias de ADN (marcadores genéticos) que se encuentran en los cromosomas humanos. Los resultados de este tipo de exámenes son lo suficientemente precisos como para confirmar o descartar un vínculo genético, ya sean de paternidad, abuelidad, etcétera.
El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), institución autónoma y autárquica que actualmente depende de la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, fue creado en 1987 con el propósito de garantizar el archivo público y sistemático de material genético y muestras biológicas de familiares de personas secuestradas y desaparecidas durante la dictadura.
Desde su puesta en funcionamiento, el Banco ha colaborado en el esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad vinculados con el terrorismo de Estado, y ha ayudado en la búsqueda e identificación de individuos nacidos en cautiverio al cotejar muestras de ADN.