Homero Manzi, el poeta que dejó su impronta en grandes tangos
El 1 de noviembre se cumple un nuevo aniversario del nacimiento del creador de obras emblemáticas de nuestra música ciudadana. Se destacó como poeta, guionista, director de cine, periodista y político.
Un 1 de noviembre de 1907 nació en Añatuya, provincia de Santiago del Estero, Homero Nicolás Manzione, conocido popularmente como Homero Manzi. A los nueve años comenzó a vivir entre los barrios de Boedo y Pompeya, donde creció con el sonido del tango. Los primeros poemas los escribió en su juventud. Llevó su poesía a las letras del tango, logrando una gran popularidad.
Se considera que su aporte fundamental a la música rioplatense fue el rejuvenecimiento y la jerarquización de la milonga, como el caso de Milonga sentimental y Milonga del 900 (interpretadas por Carlos Gardel), un género que cohabita con el tango como testimonio de su origen.
Sur (con música de Aníbal Troilo), Barrio de tango, Malena (con música de Lucio Demare), Che bandoneón, Desagravio, Fuimos, Mañana zarpa un barco, Mi noche triste son algunos de los tangos que integran su gran lista de temas, junto a inolvidables valses y candombes.
Se destacó también como periodista y guionista cinematográfico. Es memorable su adaptación de la novela La guerra gaucha, de Leopoldo Lugones, para la película homónima de 1942, dirigida por Lucas Demare.
Realizó los guiones de películas como Nobleza gaucha (1937), Pampa salvaje (1966), Con la música en el alma (1951), Escuela de campeones (1950) y Todo un hombre (1943), entre otros destacados films. Como director se destacó en Pobre mi madre querida (1948) y El último payador (1950), codirigidas con Ralph Pappier.
En 1942 fundó la productora Artistas Argentinos Asociados, que se convertiría en uno de los pilares de la cinematografía nacional. En 1948 fue elegido presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC).
Homero Manzi expresaba: “tengo dos caminos: ser hombre de letras o hacer letras para los hombres”. Jamás publicó un libro. Entre ser hombre de letras y hacer letras para los hombres, había optado por esto último.
Falleció en Buenos Aires, el 3 de mayo de 1951, a la edad de 44 años, víctima de un cáncer. Anibal Troilo, su gran amigo, le dedicó su tango Responso.