Con jornadas de reflexión y debate sobre temas prioritarios en la agenda estudiantil, el programa Generación Museos reunió a mil jóvenes en un macroencuentro multidisciplinar en el Centro Cultural Kirchner. La celebración es el resultado de dos años de actividades que permitieron a centros de estudiantes y organizaciones juveniles del AMBA conocer, repensar y dar nuevos sentidos a los patrimonios culturales de museos e instituciones culturales, bajo la premisa “Imaginar pasados para accionar futuros”.

Perder el miedo a participar en política, crear centros de estudiantes donde no los haya, habilitar espacios para hablar de salud mental en las escuelas, tomar conciencia sobre un uso responsable de las redes sociales o medir las acciones que resulten nocivas para el medio ambiente fueron algunas de las propuestas presentadas por lxs jóvenes, que surgieron luego de un día de talleres participativos en torno a tres grandes temáticas: derechos humanos, con el acompañamiento de la agrupación Nietes, Angela Urondo, Macarena Gelman e Identidad Marrón, salud mental, con el Consejo de Adolescentes sobre Salud Mental y la Dirección de Adolescentes y Juventudes como facilitadores, y urgencia ambiental, junto a referentes de la Escuela Agroecológica de Constitución.

Con el resultado del intercambio plasmado en afiches, una amplia representación estudiantil se subió al escenario del Auditorio Nacional el pasado sábado 9 de septiembre y puso en común estas ideas frente a pares de centros de estudiantes llegados de Quilmes, Ituzaingó, La Plata, Ensenada, Lomas de Zamora, Avellaneda, Berazategui, San Fernando, Tigre, San Isidro, CABA, Malvinas Argentinas, Lanús, Hurlingham, Moreno y Almirante Brown.

“Nunca den espacio a miradas autoritarias que les digan que su opinión no sirve, la mirada de cada une es fundamental para construir”, los alentó el ministro Tristán Bauer al escuchar y recibir sus inquietudes.

También se dio lugar a un repaso de las acciones del programa, impulsado por la Secretaría de Patrimonio Cultural, que entre 2021 y 2023 reunió a 3000 jóvenes del metropolitana de Buenos Aires en 100 encuentros celebrados en instituciones culturales. “En el Cabildo jugamos a ser personajes de época e imaginamos cómo pensaban desde un esclavo hasta una dama antigua, en el Museo de Arte Decorativo nos cuestionamos por qué se había borrado la historia de los trabajadores y solo se guardaba la de la familia rica. En el Centro de Arte Sonoro salimos por radio en vivo, en el Conti mantuvimos viva la memoria a través del arte y armamos nuevas redes de pensamiento, y en la Manzana de las Luces nos vinculamos con las organizaciones de estudiantes de antes. En el Oriental escribimos nuestras propias historias sobre objetos milenarios y en el Udaondo de Luján pudimos crear deidades propias e imprimir boletos de tren como se hacía antes”, enumeraron Federico Baggio y Florencia Stáffora, educadores del programa.

Paula Dorrego, del equipo de coordinación, destacó que este encuentro multitudinario en el CCK es reflejo de la integralidad de Generación Museos: “Es la combinación del debate político sobre las temáticas que ellos propusieron, llenando de alegría los espacios culturales del Ministerio con la herramienta que les brindó el Estado y siendo protagonistas. Demostraron nuevamente que las juventudes, lejos de ser lo que los medios de comunicación nos dicen, son presente, son empatía y están comprometidas con el crecimiento de la cultura y de nuestro país”.

Valeria González, secretaria de Patrimonio Cultural, reforzó por qué es tan importante para el Ministerio de Cultura convocar a jóvenes para la construcción de pensamiento colectivo: “Todo pensamiento real es necesariamente colectivo, uno como individuo puede repetir estereotipos, pero si hablamos de pensamiento solo se puede pensar con otres”.

¿Qué herramientas de cambio tenemos?

Términos como democracia, militancia, representación y racismo centraron el debate juvenil sobre los derechos humanos. “Nos preguntamos si lo conceptual de la democracia es tangible en la realidad y si lo que se nos presenta hoy como sistema democrático se mantiene después de sucesos como la reforma anticonstitucional de Jujuy o el intento de magnicidio, y nos preguntamos: ¿qué herramienta de cambio tenemos?", planteó Santiago. A lo que sumó Rodrigo: “La marcada desigualdad social es una realidad, pero organizarse, como el estar acá hoy, es posible”. E invitaron a pensar la política como una herramienta de cambio y de transformación social y colectiva.

En voz de Violeta, de Lomas de Zamora, se planteó el sesgo en la representación. “Quiénes nos representan a los que venimos de una cultura indígena, quién da la cara por nosotres: ¿es gente marrón? Son cosas para pensar. Sí, hay lugares para la gente blanca y heteronormativa, pero, ¿se da un espacio para todos nosotros? Es importante que no nos saquen la pertenencia”.

“También hablamos sobre el adultocentrismo. En el momento de hablar nosotros sobre política ante adultos, nos dicen: ‘vos no hablés de política porque no sabés, no viviste cosas’, pero yo no creo eso. Tengo 17 años y me considero una persona que sabe y que puede debatir -sumó Abril, de Almirante Brown-. También hablamos de que sin memoria, no hay democracia, por eso tenemos el compromiso y la obligación de que la democracia sea buena y justa para todes. No le tengamos miedo a la política y juntxs vamos a construir un futuro y un presente mejor”.

En términos de salud mental, las nuevas generaciones se preguntan si realmente se les escucha. “¿No sienten a veces que en la escuela no se le presta la atención que merece a la salud mental? ¿O que en la calle o en las instituciones la gente le pide a uno que sea algo que no es? ¿O que faltan espacios de expresión para sentirse uno mismo? ¿No creen eso?”, reflexionó Nazareno, de Lomas, recibiendo un “sí” unánime del auditorio abarrotado de jóvenes. Y continuó: “Yo no soy yo sin el otro y la comunidad es realmente importante para cambiar el mundo. La juventud es un presente cambiante y tiene una continuidad espontánea. Aprender no es simplemente tener una pregunta y responder como una máquina, sino estar con el otro. Comprometámonos con esa lucha, para que la salud mental y el estar bien no sea una condición sino un derecho”, opinó.

Guadi, de Almirante Brown, se refirió a la falta de un uso consciente de las redes sociales: “¿Cómo saber qué cuidados tenemos que tener en las redes sociales, quién nos advierte? ¿Sabemos qué problemáticas traen, quiénes las manejan?”. La joven mencionó problemáticas como el acoso o la violencia presente en estos espacios, al tiempo que se preguntó cómo hacen ellos para procesar estas dinámicas sin apoyos externos. “La salud mental es comunitaria, no hay forma de pensarla si estamos aislados de nuestra sociedad. Por eso en nuestro afiche pusimos propuestas claves: queremos participar de un ámbito sano, saludable, de gente que nos acompañe. La escuela debe estar a disposición del estudiantado en todo momento. Y en la ESI se debe tratar la salud mental como un tema principal en el crecimiento de las juventudes, y también hablamos de un abordaje federal, de una construcción igualitaria sin importar el lugar donde nacemos”, dijo ante el aplauso de la sala. En este camino, la comisión propuso generar espacios voluntarios de escucha y participación para hablar de asuntos como “cuerpos disidentes, noviazgos violentos, adicciones y consumos problemáticos en espacios que sean para jóvenes pero también para docentes, porque queremos docentes formados”. Y, también, crear una red de cuidado comunitario y digital para estar comunicados y conformar comunidad.

La comisión de medio ambiente recorrió palabras clave como naturaleza, progreso y extractivismo. “La definición formal de naturaleza dice que es toda aquella cosa ‘que se encuentra en el medio que no es intervenida por el ser humano y que se genera o se produce a sí misma’, pero nosotros somos parte de la naturaleza, estamos siendo excluidos de esa definición, por eso es importante que repensemos esta idea de lo que hacemos. Si destruimos los cimientos del rancho, no va a quedar nada. Fijémonos en el ambiente y en la naturaleza para mejorar”, planteó Jeremías. A lo que Coni sumó: “También vimos lo que era el extractivismo, que algunos, como yo, no lo teníamos tan claro hasta ayer. Es la extracción masiva de los recursos naturales, como el petróleo. También está la deforestación, problemas para reciclar, sembrar o compostar en los barrios, o la producción de basura de las empresas”. En cuanto al progreso, concluyeron: “Si producimos en masa para satisfacer las necesidades del mundo, ¿por qué siguen habiendo tantas necesidades insatisfechas?”.

El poder de la palabra

La palabra de los jóvenes no solo fue protagonista arriba del escenario: también se trasladó a los shows de Soui Uno y de Akim88, que antes de lanzarse a sus fraseos celebraron ser parte del encuentro, y a talleres de expresiones urbanas como freestyle, beatbox y breakdance.

“Les contamos a los chicos que el beatbox es un arte escénico y vocal en el que tratamos de imitar ritmos, sonidos y música con nuestro aparato fonador, y cómo componer y prepararse para una batalla profesional: cómo agarrar el micro, la presencia escénica, cómo controlar los nervios… Todo lo que nos hubiese gustado que nos explicaran a nosotros cuando empezamos”, explicaba Jona, músico a cargo del taller junto a Pipi Kush, mientras se veía a algún joven practicando en una esquina. En otra sala, una dupla tomaba el micrófono y lanzaba sus beats frente a la emoción de sus compañeros, mientras otros se dejaban ‘tatuar’ con stickers en un stand las tres estrellas del Mundial, la cara de Messi o pañuelos blancos. Además, hubo un stand Hablemos de todo con información sobre salud sexual, organizado por el Instituto Nacional de Juventudes.

“El espíritu de Generación Museos se resume en la posibilidad de abrir espacios de expresión y debate para desarmar conceptos y rearmarlos -sintetizó Fede Baggio-. Nuestra propuesta siempre fue escuchar, pero no para dar nuestras respuestas como adultos, sino para ser catalizadores de la discusión, ser la levadura de los debates para que los jóvenes imagen sus futuros posibles”.

En este sentido, Valeria González concluyó: “A veces coyunturas apremiantes como las económicas nos hacen perder de vista que la política no tiene que ver con la supervivencia sino con qué vidas son dignas de ser vividas”.

Foto de portada: Daniel Duhau