FORMOSA - El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) fortaleció los controles sanitarios a productos de origen vegetal en las localidades formoseñas de Clorinda y Tatané y en la misionera San Vicente, con el fin de verificar la inocuidad de los alimentos que consume la población.

En Formosa, agentes del Organismo realizan controles rutinarios junto con personal de Gendarmería Nacional en la Ruta Nacional N° 11 a la altura de Fermín Rolón, en Clorinda y de Tatané en el departamento de Misión Laishí. En los operativos se fiscalizan los transportes que transitan en sentido norte-sur y sur-norte.

Desde la segunda quincena de marzo hasta la fecha en Formosa se han redactado 8 actas por diversos motivos como: adulteración de Documentos de Tránsito Vegetal electrónicos (DTV-e), falta del Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) y rotulado de la mercadería (indispensables para su trazabilidad), DTV-e inválidos para circular y, últimamente, se detectó mercadería de dudosa procedencia como lo atestiguan los envases y etiquetas.

En este marco el Senasa detectó en Tatané un embarque de mamones frescos procedentes de la República de Brasil –según consta en sus etiquetas y envases– que circulaban de manera ilegal por territorio argentino.

Se trata de un cargamento compuesto por 60 cajas de papaya (mamón) procedente de Laguna Naineck con destino a la ciudad santafesina de Rosario, de las cuales solo 20 cajas contaban con su DTV-e obligatorio, por lo que el personal del Senasa permitió que la mercadería con respaldo sanitario continuara su transporte a destino y la destrucción de las frutas sin documentación, para resguardar la sanidad de la producción vegetal argentina y la salud de los consumidores.

Asimismo, en la localidad misionera de San Vicente, departamento Guaraní, personal de Gendarmería Nacional interdictó 30 cajas de papaya (mamón) y 30 cajas de mangos de origen brasilero que circulaban sin el aval aduanero correspondiente, por lo que dio intervención al Senasa, que determinó su destrucción al no contar con documentación sanitaria que ampare su circulación.