El objetivo de la misma es brindar información orientativa que permita hacer un uso seguro para horticultores y garantice la inocuidad en los consumidores, minimizando el impacto ambiental. Por este motivo, se incluyeron los principios activos registrados, dosis recomendadas, tiempos de carencia, clase toxicológica -entre las características más relevantes- y de ninguna manera constituye recomendación alguna de uso de plaguicidas ni de marcas comerciales. La información presentada puede variar anualmente debido a nuevas resoluciones/disposiciones nacionales. Se sugiere revisarlas periódicamente en www.senasa.gob.ar.

En todos los casos, se debe consultar a un profesional Ingeniero Agrónomo, respetar las instrucciones del marbete y utilizar siempre elementos de protección personal para un uso seguro de insecticidas, bajo el cumplimiento de las buenas prácticas agrícolas (BPA). En este sentido, se pone énfasis en el monitoreo de plagas, el uso de prácticas preventivas, la rotación de insecticidas como base fundamental para el manejo sustentable de plagas con mínimo impacto ambiental.

Las dosis y clases toxicológicas mencionadas dependen del tipo de formulación, la concentración, el cultivo y la plaga objetivo. Por este motivo, un mismo principio activo puede presentar diferentes dosis. Las clases toxicológicas incluso pueden variar para el mismo principio activo bajo la misma concentración. Se mencionan aquí las clases toxicológicas más frecuentes en las formulaciones disponibles comercialmente.

Si el cultivo o sus subproductos se destinan a la exportación, deberá conocerse además el límite máximo de residuos del país de destino y observar el tiempo de carencia que corresponda a ese valor de tolerancia.

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