Evolución del cultivo de soja en Entre Ríos y en Santa Fe
Un estudio realizado desde el INTA Paraná, durante 2010-2021, demostró que la superficie con soja, como cultivo de segunda, creció hasta un 40 % en todos los distritos analizados de ambas provincias. En cuanto a sus rindes, determinaron que llegaron a ser hasta un 78 %, de los obtenidos con soja de primera.
Con el objetivo de analizar lo que sucedió en los últimos 11 años con el cultivo y los rendimientos de la soja de segunda, especialistas del INTA Paraná y del INTA Oliveros, se dedicaron al estudio de su evolución en diferentes distritos de Entre Ríos y Santa Fe. Resultados preliminares determinaron que la superficie de soja de segunda creció hasta un 40 % y los rindes alcanzaron hasta un 78 %, ambos en comparación con la soja de primera.
Diego José Santos –investigador del INTA Paraná y quien lideró el estudio– señaló que, debido a su fecha de siembra no muy tardía, “los rendimientos de la soja de segunda son buenos, tanto en Entre Ríos como en Santa Fe. De hecho, en el último trienio rindieron un 76, 77 y 78 % respectivamente, en comparación con la soja de primera”.
Durante la década analizada, el estudio registró una marcada caída del área total sembrada con la oleaginosa en Entre Ríos, al igual que en Argentina. El descenso no fue tan claro en Santa Fe.
En esa línea, Santos indicó que “el crecimiento de la proporción sembrada con soja de segunda en muchas regiones es una señal positiva, en comparación con soja de primera, como único cultivo primavero/estival, ya que la soja de segunda sobre un cultivo de invierno aumenta la captación anual de los recursos naturales, e incorpora, la mayoría de las veces, rastrojo de gramíneas al sistema”.
La soja como cultivo de segunda es considerada más sustentable, ya que permite obtener dos cosechas en una misma unidad de superficie, en un mismo año. Además, permite la rotación con trigo, lo que reduce la aplicación de agroquímicos para el control de malezas, al igual que la aplicación de fertilizantes.
Desde 1980, la soja es el cultivo anual para granos que más creció en la Argentina, tanto en superficie como en rendimiento y producción. Esta expansión fue posible gracias a la facilidad de cultivo y la seguridad de venta del grano. Sin embargo, en los últimos años, el área de cultivo declinó, mostrando rendimientos promedio variables, muy sujetos al clima, y con una tendencia de crecimiento ya no tan clara.
De acuerdo con Juan Enrico, investigador del Grupo Manejo de Cultivos, Suelos y Agua en la Estación Experimental Agropecuaria Oliveros –Santa Fe– esto pudo deberse a “la eliminación de retenciones a la exportación de cereales que, posiblemente haya impulsado el crecimiento de su superficie, cambiando la relación de cultivo de soja de primera o de segunda”.
Respecto al estudio realizado, Santos explicó que “para todos los ciclos agrícolas desde 2010/11 hasta 2020/21 se analizó la superficie de siembra y los rendimientos de soja de primera, de segunda y total, en base a información suministrada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación”.
“Para ello, se consideraron tres escalas, los datos nacionales, los de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos y los de los principales departamentos”, detalló Santos, y agregó: “Además de la superficie total con soja (ha), se calculó su proporción en porcentaje sobre la superficie total de tierra firme de cada distrito, variable a la que denominamos ‘intensidad sojera’ como indicador de la importancia del cultivo en cada lugar”.
Asimismo, explicó que “para caracterizar al cultivo ‘soja de segunda’ en cada distrito, se calcularon dos variables derivadas, el porcentaje de superficie sembrada como soja de segunda sobre soja total y el rendimiento porcentual de la soja de segunda en relación con la soja de primera.”
De esta manera, identificaron que la proporción de superficie sembrada con soja de segunda, escasa en 2010, se duplicó durante el período analizado, llegando a ser, en la Argentina, 30 % de la soja total. En Santa Fe, algo más del 40 % es hoy soja de segunda, mientras que en Entre Ríos, esa proporción llega al 45 %.
El diagnóstico realizado por el equipo de especialistas del INTA propone reflexionar sobre las prácticas de cultivo, de utilidad para asociaciones de productores y profesionales, y para la actividad pública a cargo del ordenamiento y la prospectiva del uso de la tierra y los recursos, tanto a nivel departamental, como provincial y nacional.