Desde el 30 de agosto, 40 jóvenes de entre 18 y 26 años se encuentran en el Centro Cultural Kirchner intercambiando experiencias, profundizando sobre práctica orquestal y ensayando para brindar un concierto en el Auditorio Nacional el sábado 2 de septiembre a las 19 h.

Todas y todos son beneficiarios de la Beca Marta Argerich, que impulsa la formación y el perfeccionamiento de las y los jóvenes que integran distintas orquestas juveniles y desarrollan su trabajo en barrios populares del país. Provenientes de las provincias de Santa Cruz, La Rioja, Tucumán, Mendoza, Entre Ríos, La Pampa, Río Negro, Córdoba, Chaco, Buenos Aires, y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las y los jóvenes iniciaron su ciclo formativo en febrero. A partir de entonces han recibido capacitación en temáticas como técnica vocal y canto, música argentina y latinoamericana, análisis de arreglos y escritura musical, y técnica especializada del instrumento; han profundizado en la práctica orquestal bajo la dirección del Maestro Carlos Álvarez, y también transitaron una formación de manera virtual.

Santiago, Milagros, Laila, Camilo y Nicolás están expectantes de lo que sucederá el sábado en el Auditorio Nacional. Nunca tocaron en un lugar tan grande y con un repertorio tan variado. "El repertorio está muy bueno, tenemos variedad y suena muy lindo. Hicimos una primera prueba y se me puso la piel de gallina, me encantó cómo sonamos y todos nos impresionamos de cómo salió la primera vez", cuenta Laila Brizuela, guitarrista, becaria e integrante de la Orquesta comunitaria Enrique Angelelli de La Rioja.

Algunos por herencia, otros por contagiarse de amigos y amigas en el barrio, por curiosidad o por probar, estos jóvenes deciden hoy transitar el camino de la música.

A los 12 años Santiago Contreras, chelista, integrante de la Orquesta del Barrio de la provincia de Santa Cruz, supo que se quería dedicar a la música: "Me di cuenta de que me quería dedicar a esto aunque no sabía todo lo que implicaba. Venía medio negado a la música clásica pero después probé y me sumé a la orquesta porque conocí un grupo de instrumentistas de chelos que hacían música popular. Hoy sueño con formar parte de una orquesta profesional, aunque la idea de ser solista también me llama la atención".

Camilo López, charanguista, integrante de la Orquesta Popular Rolando "Chivo" Valladares de Tucumán se siente abierto a cualquier propuesta. "Me gusta la idea de enseñar, de ser concertista, de hacer música. Vengo de la experiencia de esta orquesta en la que todos unidos sonamos maravilloso. Me gustó mucho el profesionalismo y también la personalidad y el cariño recibido por todos los compañeros durante estos meses", cuenta.

-¿Qué experiencias rescatan de estos meses de formación? ¿Qué les posibilita ser parte de las Becas Marta Argerich?

-Nicolás Reyes, percusionista, integrante de la Orquesta Popular Rolando "Chivo" Valladares de Tucumán: es muy importante vivir esta experiencia, tocar en una sala tan grande como el Auditorio Nacional y pensar en que otros chicos puedan tener las mismas posibilidades que nosotros de aprender y vivir estos encuentros".

-Santiago: Me gusta que hay mucha profesionalidad y mucho respeto en la orquesta. Ensayamos un montón y si alguno necesita parar, nadie se lo toma a mal, descansamos y seguimos.

-Laila: el compartir con otros chicas y chicos es maravilloso, las charlas que se dan, reírse un rato, pasarla bien. Y además, en lo técnico, en lo teórico te nutre de mucha información para crecer como músico, para poder enseñar en el día de mañana. Es muy linda la experiencia en todos los sentidos y también las personas que trabajan en el programa, el director es muy bueno, los coordinadores, todos. Cada uno de nosotros esta muy agradecido por la oportunidad, quizás un montón de chicos ponen el empeño en practicar, hacerlo una y otra vez pero con una beca como estas se dan otras oportunidades. Nosotras tenemos muchas ganas de seguir apoyando esta beca para los que vengan después.

Camilo: creo que es importante luchar y darlo todo para que esta beca siga existiendo, se vuelva a repetir todos los años, que una nueva generación de becarios pueda vivir esta experiencia.

Milagros Tula, violinista, integrante de la Orquesta Infantil y Juvenil de Mendoza, aprendió a leer y tocar el violín casi a la vez y le gustaría participar en una orquesta sinfónica. Nos cuenta que después de seis meses desde que empezó la formación esta la primera vez que se ven todos cara a cara y que fue muy emocionante encontrarse. "Igual, todos los viernes hicimos reuniones virtuales así que cuando llegamos acá ya éramos todos familia, fue como si nos conociéramos de toda la vida", agrega Santiago.

Rolando Goldman, además de músico y docente, es el impulsor y coordinador del Programa Social de Orquestas Infantiles y Juveniles. Conoció a Marta Argerich en una serie de conciertos que dio como charanguista en 2010 en la Academia de Santa Cecilia y fue quien le propuso a la pianista que sea “madrina” de las becas y de las orquestas infanto-juveniles. Martha Argerich, la gran pianista argentina, inició su carrera internacional a los 14 años, en 1953, gracias a una beca del gobierno argentino que le permitió estudiar en varios países de Europa.

"Estamos celebrando un encuentro donde participan todas y todas los becarios de la Beca Marta Argerich. La experiencia de ser parte de la orquesta y de la beca modifica centralmente la vida de estos chicos y chicas para bien, también modifica las de su entorno social, de sus amigos, de sus familias. Y entre ellos de manera colectiva generan un espacio social, cultural y artístico muy valioso. A partir de una política pública del Estado en el terreno de la cultura es que se pueden llevará adelante estos espacios y estas convocatorias para que jóvenes de los barrios populares, que tengan la intención de ser profesionales, directores, profesores de las orquestas infantiles y juveniles existentes o de otras que vayan a crearse en el futuro, lo puedan realizar", cuenta Goldman