El satélite SAOCOM 1A lleva dos componentes fundamentales desarrollados por CNEA
Permitirá obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica y horario. La CNEA desarrolló dos componentes fundamentales para la misión: los paneles solares, que le brindarán energía al satélite, y la Antena Radar de Apertura Sintética, encargada de tomar los datos de la Tierra.
Tras largas horas de ansiedad y emoción, se concretó de manera exitosa el lanzamiento y puesta en órbita del Satélite Argentino de Observación con Microondas SAOCOM 1A, desarrollado y fabricado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en colaboración con la CNEA, INVAP y VENG, entre otras instituciones del sistema científico-tecnológico argentino.
A las 23:21 horas del domingo 7 de octubre, el satélite partió hacia el espacio en el cohete Falcon 9 Block 5 de la empresa SpaceX, desde la Base Vandenberg, ubicada en California (Estados Unidos). Una comitiva de especialistas argentinos -entre los que se encontraba el vicepresidente de la CNEA, doctor Alberto Lamagna- viajo hasta allí para presenciar el lanzamiento y ajustar los últimos detalles.
El lanzamiento fue transmitido para todo el país por la Televisión Pública y proyectado en el Centro Cultural de la Ciencia C3, donde se celebró la Noche Espacial, a la asistieron gran cantidad de investigadores, técnicos, especialistas y público en general. Como parte de los festejos también se realizaron actividades temáticas y un Café Científico, en el que disertó el doctor Julio Durán, del Departamento de Energía Solar de la CNEA.
Durante su charla, el doctor Durán comentó que la CNEA tuvo la importante responsabilidad de desarrollar dos componentes fundamentales del satélite. Por un lado, los paneles solares, que fueron especialmente diseñados para satisfacer la demanda de energía eléctrica de la plataforma satelital y de todos sus subsistemas. “Su buen funcionamiento, luego del lanzamiento y despliegue, determinan el éxito de la misión satelital. Para ello, se desarrollaron técnicas de soldadura, integración y ensayos, ya que los requerimientos de la industria espacial son muy altos”, detalló el especialista de la CNEA.
Por otro lado, la CNEA también se encargó de la fabricación del instrumento principal del satélite: la Antena Radar de Apertura Sintética. Los trabajos incluyeron el desarrollo de la estructura, los mecanismos de despliegue y los módulos radiantes de este instrumento activo que trabaja en el rango de las microondas y permite la obtención de imágenes con las que los satélites SAOCOM podrán cumplir su función de observar el planeta. También se desarrolló en la CNEA el MSGE, que son grandes dispositivos para ensayar la Antena en condiciones similares al espacio e integrarla en Tierra.
Durante el lanzamiento la antena se mantuvo plegada y se abrió una vez que el satélite alcanzó su órbita gracias a los mecanismos de retención-liberación, que también fueron creados por el equipo de la CNEA. “La superficie radiante de la antena desplegada es de unos 35 metros cuadrados, con una estructura de más de 3 metros de altura y 10 metros de longitud”, precisó Durán.
Sobre el SAOCOM 1A
El SAOCOM 1A fue concebido por la CONAE para proveer datos en cualquier condición meteorológica, tanto de día como de noche, a través de microondas en banda L. Estas características le otorgan capacidades de observación especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas. También posee aplicaciones en agricultura como medir humedad de suelo, índices de vegetación y control de plagas; aplicaciones hidrológicas, costeras y oceánicas; aplicaciones en nieve, hielo y glaciares; en estudios urbanos, de seguridad y defensa, entre otras áreas de interés estratégico.
Asimismo, su puesta en funcionamiento permitirá atender las necesidades de información de los sectores socio-productivos considerados en el Plan Espacial Nacional, e integrar en forma operacional el Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE), resultado de la cooperación vigente con la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Una vez en su órbita, el estado del satélite fue controlado por el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE, ubicado en Falda del Carmen (Córdoba). Desde allí, y durante toda su misión, se mantendrá la comunicación con el SAOCOM 1A y se enviarán las instrucciones para la captación de información.
La constelación SAOCOM 1 está compuesta por dos satélites idénticos, denominados A y B. En 2007 se inició la ingeniería básica del satélite y en 2013 comenzó la construcción del modelo de vuelo del SAOCOM 1A, que finalizó el año pasado. En tanto, la fabricación del SAOCOM 1B empezó en 2015 y continúa en curso.