El INAM presenta la tercera edición del Boletín de Género
El Observatorio Nacional de Violencias Contra las Mujeres, del Instituto Nacional de las Mujeres, elaboró la tercera edición del Boletín de Género, que da cuenta de diversos aspectos que actúan como condicionantes en la vida de las mujeres. El objetivo es generar información sobre la situación de las mujeres y sobre las desigualdades existentes entre éstas y los varones, a partir de los datos que recoge el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
A partir del análisis de los datos de la EPH referidos al Primer trimestre de 2018, el Observatorio Nacional de Violencias Contra las Mujeres, analiza principalmente los datos socio demográficos generales de la población relevada, a la vez que caracteriza la situación socio laboral de las mujeres, dando cuenta de algunas de las inequidades y restricciones que enfrentan para lograr su autonomía.
Asimismo, se analiza la categoría de jefatura de hogar discriminada por género, por considerar que los hogares se constituyen en espacios generizados donde operan diferentes recursos y oportunidades, que inciden sobre la toma de decisiones y estrategias a implementar en la vida cotidiana de las personas.
Teniendo en cuenta los indicadores principales del mercado laboral, las tasas de actividad y de empleo de los varones supera ampliamente a las de mujeres. Sin embargo, la tasa de desocupación tiene un comportamiento inverso, registrando un porcentaje más elevado en mujeres.
Si se considera la distribución de ingresos, se observa una situación desfavorable de las mujeres respecto de los varones. Mientras las primeras se concentran en los deciles de menores ingresos, los segundos se concentran mayoritariamente en los últimos, es decir entre los de mayores ingresos dentro de la población.
En cuanto a la población “inactiva”, la mayoría de las mujeres se encuentran jubiladas aunque persiste un importante número que declara dedicarse al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, especialmente en edades reproductivas. En tanto un porcentaje muy bajo de los varones declara estar en la misma situación.
Al caracterizar la población según la jefatura del hogar, se aprecia que 4 de cada 10 personas que ocupan esa posición son mujeres. A su vez, si se tiene en cuenta el nivel educativo, se constata que las mujeres jefas con nivel universitario superan a los varones universitarios (22% y 19,8% respectivamente).
Más de la mitad de los hogares unipersonales, monomarentales y monoparentales tienen jefatura femenina (55,1%). De manera contraria, en los hogares nucleares completos predomina la jefatura masculina respecto a la femenina (45,6% y 16% respectivamente).
La participación laboral de las mujeres jefas de hogar se ve afectada por el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. En tal sentido, se observa que a medida que aumenta la edad de los/as hijos/as se incrementa la participación de las mujeres en el mercado de trabajo, a diferencia de lo que ocurre con los varones.
En tanto, se analizó de forma especial las brechas de ingreso, de lo cual se desprende que las mujeres tienen en mayor proporción que los varones, más de un empleo. No obstante la brecha salarial resulta mayor para las ocupaciones consideradas secundarias.
La cantidad de horas semanales dedicadas a la ocupación principal resulta menor en mujeres respecto a varones, teniendo posiblemente relación con la mayor cantidad de horas que ellas dedican al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
En relación a la calidad del empleo, las mujeres se encuentran insertas en mayor medida que los varones en empleos no registrados, impactando esto fuertemente en las diferencias salariales.
Además, se observa que existen sectores de la economía ocupados mayoritariamente por mujeres. En su gran mayoría estas actividades se encuentran relacionadas con servicios educativos, trabajo de cuidado y servicios de limpieza, tales como ocupaciones de la salud y la sanidad, tareas de docencia, ocupaciones de los servicios sociales, comunales, políticos, gremiales y religiosos, trabajo de limpieza doméstico y no doméstico, enfermería, atención de las personas y cuidado.
En cuanto al nivel educativo alcanzado por varones y mujeres de 24 años y más, no se observan diferencias significativas entre mujeres y varones, excepto para quienes no han terminado el secundario y quienes poseen la titulación universitaria. En el primer caso son los varones quienes superan en casi 4 puntos porcentuales a las mujeres, mientras que en el segundo caso las mujeres representan el 22.3 % y los varones el 17.4% -circunstancia que no siempre encuentra correlato a la hora de analizar la inserción laboral de las mujeres-.
El Observatorio de Violencia contra las Mujeres – creado por la Ley 26.485 art. 12- está destinado al monitoreo, recolección, producción, registro y sistematización de datos e información sobre la violencia contra las mujeres. Asumimos el desafío de brindar información válida y fiable acerca de las distintas formas que asume la violencia contra las mujeres, con el objetivo de poder ofrecer insumos para el diseño e implementación de políticas públicas que tiendan a la prevención, sanción y erradicación de la misma.