Este sábado 9 de julio, no solo se celebra la independencia argentina sino también un triple homenaje a Mercedes Sosa en el Centro Cultural Borges, a 87 años del nacimiento de la más popular de las cantoras argentinas.

A partir de las 19 h, el festejo incluye el bautismo del auditorio del tercer piso del nuevo CCBorges con su nombre, y se inaugura la muestra fotográfica Mercedes, de Pupeto Mastropasqua, que complementa ya la expuesta La voz de la tierra, con un recorrido biográfico por su vida. Además, su nieta, la cantante Araceli Matus, presenta su disco debut Matuseándose en el Auditorio Astor Piazzolla. La entrada es con reserva.

“No sé si está bien decirlo, pero los 9 de julio me traen bastante tristeza, en realidad, porque extraño mucho a mi abuela”, aclara por si hace falta Araceli. “Para la familia, solía ser un doble festejo porque era celebrar su día de nacimiento y también la independencia de nuestra patria. Hay miles de anécdotas del cumpleaños de Mercedes, pero diría que lo más lindo es que iba mucha pero mucha gente en un clima muy tranquilo. Todo el mundo estaba ahí comiendo empanadas, tomando un vinito. La visitaban muchos artistas, músicos, pintores, escritores, periodistas, bailarines. Esto generaba un clima súper groso”, relata.

Araceli, nieta de Mercedes y del gran guitarrista y compositor Oscar Matus, creció rodeada de música. Empezó a los catorce años a tocar los teclados y a cantar coros en distintos grupos. A los diecisiete, en el Teatro Ópera de Buenos Aires, cantó en público por primera vez con su abuela Mercedes Sosa.

Matuseándose, que presenta este sábado en el marco del homenaje, fue arreglado y producido por Norberto Córdoba junto con Rafael Franceschelli. “Mi tiempo está bastante ocupado por cuestiones que tienen que ver con mi abuela, Mercedes”, explica Araceli, también presidenta de la Fundación Mercedes Sosa. “Pero yo no soy Sosa, soy Matus. El disco lo pude terminar cuando ya había fallecido mi papá y matuseando, así como verbo, es algo que usábamos mucho con él”, cuenta sobre el nombre del disco.

Con un repertorio ecléctico -donde se nota la influencia de las bossa nova y el jazz- el disco incluye una versión de la zamba “Mi canto es distancia”, que su abuelo sacó en 1967, con producción y arreglos de Rodolfo Mederos. “Es una de las composiciones de mi abuelo que más me gustan desde que era muy niñita. Así que me di el gusto de grabarla. Además con Nora Sarmoria en el piano, de la cual soy fan. Me parece que es una de las mejores pianistas de música popular en la Argentina”.

“Llevar adelante la muestra La Voz de la Tierra– la primera de las exposiciones sobre Mercedes inauguradas- y otros proyectos con el Ministerio de Cultura de la Nación es muy bueno y sobre todo en el Borges, un lugar tan céntrico, lindo, gratuito. Es muy bueno que la ciudad de Buenos Aires tengo un espacio así”, señala sobre el trabajo conjunto que el Centro Cultural viene llevando adelante con la Fundación.

“¿Qué significa para mí hoy ser la nieta de mi abuela? Eso, es mi abuela. Me tocó una abuela hermosísima, no muy común y que amo. Por otro lado también es cierto que es alguien muy importante para la cultura en general, no solamente de Argentina sino de bastantes lugares. Eso es algo difícil dimensionar”, responde.

Mercedes, por Pupeto Mastropasqua

La muestra fotográfica de Juan "Pupeto" Mastropasqua, reúne más de cincuenta fotografías que el reportero gráfico tomó en distintos recitales, sobre todo en Mar del Plata, desde principios de los años 60. Tal vez una de las imágenes más conocidas es el retrato que ilustró la tapa del disco Homenaje a Violeta Parra, en 1971.

”Mastropasqua supo captar sobre el rostro de la 'Negra' Sosa 'el instante decisivo' que tanto predicaba Henri Cartier-Bresson. Estas fotografías nos sitúan frente a una sucesión de momentos diferentes, seleccionados entre los recitales realizados por Mercedes en distintos momentos de su vida”, nos dice en el texto curatorial Walter Santoro.

“Pupeto” empezó su carrera como artista plástico y luego trabajó incansablemente a favor de la difusión de la cultura local de Mar del Plata como gestor y administrador, además de fundar espacios vitales. Fue creador de la Escuela de Artes Visuales, de la Escuela de Pensamiento Contemporáneo, del Cine Arte Universitario y del departamento cultural de la UCIP, además de programador del teatro Diagonal.

La fotografía es, también, su gran pasión. Trabajó, entre otros medios, para La Prensa, La Nación y La Capital, y retrató a importantes artistas como Mercedes Sosa, el Indio Solari, Astor Piazzolla y Juan Carlos Castagnino. Tal vez por todo eso opina que llamar a la fotografía como un arte “es muy discutible”. “Puede llegar a ser un elemento de expresión muy importante”, afirma y señala: “Principalmente es documento, información sobre un momento de expresión que en los artistas, como es el caso de Mercedes, es más importante como registro”.

-¿Por qué la elección del blanco y negro para retratar la figura de Mercedes?

-El blanco y negro para mí - la excepción es una serie que hice de Vinicius de Moraes en Playa Chica al amanecer- es más sugerente. Con Mercedes, funciona además como expresión de nuestra tierra. Es muy difícil un uso expresivo del color, en mi opinión, porque al agregar información se pierde intensidad expresiva.

-¿Cómo describirías las fotos que le tomaste a Mercedes?

-Algo que me hicieron notar es que reflejan la gracia de los movimientos de Mercedes en sus primeras etapas. También, su belleza cuando se acompañaba con la caja, a veces. y muchas más, con el bombo. Ella y el bombo se complementan. Es como Piazzola con el bandoneón: un acompañamiento necesario; reflejo de la tierra. El bombo y la voz de Mercedes forman una relación perfecta.

-¿Qué opinaba Mercedes de tus fotos?

-Le hice llegar muchas fotos. Siempre me dedicó palabras de agradecimiento porque, la verdad, en esa época no tenía buenas fotos que con claridad mostraran toda la expresividad que ella ponía en las canciones y en sus recitales. Tres de mis fotos son tapas de sus discos.