El nuevo montaje de Durmiendo con el enemigo, texto sobre la prostitución del manifiesto Teoría King Kong que en la temporada pasada fue dirigido por Lorena Vega, propone en esta ocasión una renovada mirada performática sobre el discurso de Virginie Despentes.

"La aparición de la Teoría King Kong fue un estallido que revolucionó el panorama francés por la potencia de sus ideas y su peculiar visión de la posición femenina en el contexto histórico del siglo XXI. En ella, Virginie Despentes se planta de un modo personal y contundente frente la sexualidad, las cuestiones de género, la discriminación, los prejuicios sociales, la jurisprudencia que rodea a la prostitución, el lugar del porno, el fantasma de la violación y todas las versiones de un machismo que aún subsiste y persiste. La gracia de este breve texto, que no proviene de un planteo académico, es el clamor de una mujer brillante y valiente que se atreve a hacer públicas sus experiencias con humor y desparpajo".
Alejandro Maci.

Victoria Roland es actriz, directora, docente de actuación y Licenciada en Teatro de la Universidad Nacional de Córdoba. Se formó con diversos profesores de Córdoba, Buenos Aires y el extranjero en actuación, técnicas de danza contemporánea, puesta en escena, dramaturgia, narrativa y canto. Coordinó cursos y seminarios de entrenamiento en actuación en la Universidad Nacional de Córdoba, en el Centro Cultural Rojas, en el Teatro Municipal General San Martín, en el área de Extensión de Artes Dramáticas de la UNA y en el Estudio de Soledad Villamil. Desde hace más de catorce años coordina, de manera independiente, talleres de actuación, entrenamiento, investigación y montaje teatral, en diversos espacios culturales. Con una amplia trayectoria en la actuación y en la dirección teatral creó, junto a Juan Coulasso, la compañía teatral La Mujer Mutante.

En diálogo con la directora del montaje actual de la obra hablamos sobre la vigencia de las temáticas abordadas por Despentes.

-¿Cómo es tu relación con el texto de Despentes? ¿Habías trabajado previamente algo suyo?

-Leí Teoría King Kong hace algunos años y fue un impacto muy fuerte para mí en aquel momento. Hay muchas frases e ideas de las que recuerdo tener la sensación que se me quedaron como pegadas en el cuerpo. Si bien el texto ya tiene varios años y uno podría decir que hay cosas que se siguieron pensando y que el feminismo ha sido un movimiento muy fuerte en estos últimos años, la sensación es que se está produciendo un pensamiento que se renueva todo el tiempo y es ahí donde el texto ya nos puede quedar un poco viejo. Sin embargo, el poder que tiene a mí me hizo pensar en cosas que no había pensado de ese modo, sobre todo en relación a la hipocresía con la que se tramita el tema de la prostitución, de la pornografía y todos estos pedidos contradictorios que se nos hacen como mujeres, que son imposibles: vestirte como una puta pero no ser una puta, casarte y a la vez, en ese sistema de matrimonio volverte una puta. O que la sociedad te vende todo el tiempo lo pornográfico como algo excitante y luego eso se penaliza. Se genera entonces este lugar imposible en estos sistemas que se vienen sosteniendo hace muchísimo tiempo porque no hay voluntad de que se anulen. Ciertas cuestiones dejan en las sombras, lo cual contribuye a que las mujeres, que somos el género en desventaja digamos, padezcamos las consecuencias de que eso esté en la clandestinidad.

Recuerdo cuestiones muy provocadoras del texto que me parecieron bastante impactantes, como por ejemplo una frase que está en la obra, que dice que nunca nadie fue tan amable con ella como un cliente, que luego en una cita normal y corriente, las cosas son más confusas y complejas. A mí me pareció increíble eso cuando lo leí porque era entender que en la prostitución tienen un código de vinculación mucho más claro. Las relaciones entre géneros, si lo dejamos librado a lo que nos sale naturalmente, suelen ser violentas, complicadas, llenas de confusiones y sobreentendidos. Desenmascarar esos lugares me parece algo muy potente.

Algo fundamental a mencionar sobre el texto es que trabaja sobre dos experiencias muy transversales para pensar el feminismo: la violación y la prostitución. La autora las vive en carne propia, atravesada por experiencias fundamentales acerca de lo que significa ser mujer en esta sociedad. Despentes escribe desde la experiencia directa y no desde un lugar académico. Creo que ese ha sido el gran impacto que ha tenido el libro, que ella narra desde la experiencia directa. Ahí me parece que es donde el texto tiene una contundencia muy radical. Después ella realiza una serie de asociaciones que son bastante complejas y hasta retorcidas sobre cómo haberse prostituido por haber sido violada le permitió transitar y superar sus traumas.

Su relación con la prostitución o con el porno son muy incómodos, muy poco políticamente correctos por lo menos en el momento en el que aparecieron. Le da una vuelta de tuerca a un pensamiento feminista para mí claramente punk, que es lo más interesante y te pone en un lugar extraño porque es muy difícil tomar posición. Son pensamientos bastante complejos y muy experienciales a través de los cuales me parece que el mayor poder que tienen es esa incomodidad, una incomodidad que te permite pensar. Te obliga a estar muy activa en tu pensamiento a medida que lo vas leyendo.

Yo particularmente vengo de dirigir Beya durmiente (Dj Beya), una obra basada en Le viste la cara a Dios, de Gabriela Cabezón Cámara, que es una novela sobre la trata, así que para mí fue una experiencia muy loca haber hecho dos obras súper enmarcadas dentro del pensamiento feminista y la idea de poder mover zonas oscuras e invisibilizadas desde una perspectiva feminista. Haber podido meterme en la profundidad del mundo de la trata y poder estar ahora trabajando con este texto que defiende el ejercicio legal de la prostitución para mí fue muy enriquecedor porque generalmente son posturas que se contraponen o se polemizan entre sí. Me parece que es importante conocer las realidades sobre los distintos tipos de mujeres y de experiencias a las que nos podemos ver sometidas en este mundo.

-¿Cómo fue el trabajo con Valeria y Felipe a partir de la versión de Alejandro Maci? ¿Qué decisiones estilísticas tomaste para que palabra y música llegasen a ensamblarse adecuadamente?

-El trabajo con ambos fue espectacular porque pude unir dos mundos. Felipe Barrozo es un guitarrista de nuestro rock nacional de gran virtuosismo y trayectoria. Yo tenía mucho interés en darle esa potencia punk rock que tiene el manifiesto de Virginie, siento que ahí está su gesto. Me parecía que Vale por un lado tenía que trabajar esta idea de artista punk con un estilismo desbordado. La idea es desdeñar todos los objetos fetichistas de las mujeres como los tacos y los corpiños. Hay todo un trabajo ahí con estos objetos en la puesta. Para mí era importante desnaturalizar un objeto esencial para la prostitución, casi de tortura como son los tacos. La potencia actoral de Vale tiene que ver con este desparpajo y esto de capocómica, de payasear, desarmar los sentidos comunes, de hacernos ver el absurdo de las cosas. Me parecía interesante combinarlo con la música de rock y el punk del texto. Quise empoderarla a ella en el escenario para hacer ruido, amplificar el sonido, algo que creo que es justamente lo que sucede con el texto de un manifiesto feminista como este.

-¿Hubo alguna modificación con relación a la puesta anterior dirigida por Lorena Vega?

-Con respecto a esto justamente algo muy interesante del ciclo es la idea de que lo puedan hacer diferentes artistas, diferentes actrices, trabajando en diálogo con diferentes directoras y en nuestro caso también con un músico. El que haya varias versiones de un mismo texto nos permite verlo desde distintas perspectivas. Me parece importante ver cómo se combinaban todos esos elementos que mencioné antes y el tipo de actriz que es Vale Lois. Me parece que ella es una gran actriz de ficciones, muy lúdica, sumamente expresiva, con muchos matices, muy virtuosa y considero que genera esa potencia femenina sumada a la del manifiesto, así como con el rock, que lo trae Felipe.

Todo este mundo que trae Vale genera un diálogo de igual a igual entre una potencia actoral y una literaria. La gran Valeria Lois le dio al texto toda esa potencia que ella tiene como actriz y capocómica. El humor tiene esa cuestión de desenmascarar como lo tiene esta energía punk que trae el manifiesto, es todo irónico y más que proponer te desarma esas ideas anquilosadas, hipócritas o de doble moral.

Considero que lo más interesante del teatro es que puede hacer otra cosa con los textos literarios, que los puede llevar a otro lugar, puede hacer que esas palabras se transformen en cosas nuevas y aparece el monstruo del espectáculo que ya no es ni el texto ni nosotros sino algo que vaya más allá. Me parece que tiene que ser necesariamente algo distinto a leerlo en tu casa, de lo contrario no tiene sentido. Creo que si uno desea hacer algo escénico con este texto tiene que pasar otra cosa: tiene que haber una combustión que genere la experiencia del espectáculo donde la relación entre los cuerpos, las imágenes, la escenografía e iluminación, le otorguen una materialidad al espacio logrando un sistema donde estas palabras resuenen de otra forma.

Hay que generar todo un dispositivo en la que todas las capas del espectáculo se potencien unas a otras y dialoguen entre sí. Creo que eso también complejiza la lectura, permite que haya personas que se conecten con sus diferentes aspectos: la música y la vibración rockera del espectáculo; la puesta en escena o los matices y sutilezas de Vale al sentarse sobre una montaña de zapatos a contar algo. Cuando el espectáculo tiene varias capas hay formas distintas de entrar a ese texto, que es uno de los objetivos principales de este trabajo. Nos llaman para que le demos vida a un texto literario y lo volvamos un texto performático.

-¿Qué respuesta esperan del público ante un texto tan potente?

-La respuesta que añoro es que esas ideas entren de forma experiencial, vibracional, de estar ahí, de escuchar, de reír, de este agite sensorial con relación a las palabras. Hay como un desafío técnico que ingresen desde lo sensorial pero que al mismo tiempo lleguen con claridad porque se trata de un manifiesto. Hay ideas que se transmiten y lo interesante es que los espectadores hagan lo que quieran con ellas pero que se agite el pensamiento y que te vayas sin saber qué pensar, incómodo. Esto es algo que te pone en movimiento y te hace abrir una inquietud que está bueno dejar abierta y si tenemos suerte el espectador seguirá explorando sobre estos temas y preguntándose cosas.

Las funciones del mes de marzo serán el viernes 4, sábado 5 a las 22 h y el domingo 6 a las 21:30 h. El espectáculo contiene escenas y lenguaje adulto.

Las entradas son gratuitas y se reservan por Alternativa Teatral hasta dos ubicaciones por persona), a partir del domingo previo a cada función.

El ingreso a la platea de la explanada se realizará con el protocolo que rige para la actividad teatral.

Portada: Crédito: Ailén Garelli