Presidencia de la Nación

Día Nacional de la Danza

La efemérides recuerda a los nueve bailarines del Teatro Colón que murieron en un accidente aéreo el 10 de octubre del año 1971.

El Día Nacional de la Danza rinde homenaje al género como un medio de expresión cultural de los pueblos. En cada movimiento, los bailarines expresan emociones y trasmiten al público diferentes sensaciones.

El 10 de octubre de 1971 un avión, que se dirigía de Buenos Aires a Chubut, sufrió un accidente en el que perdieron la vida nueve bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón, entre ellos, los primeros bailarines y figuras populares Norma Fontenla y José Neglia.

José Neglia, Carlos Schiaffino, Carlos Santamarina, José Zambrana y Rubén Astanga (fila superior, de izquierda a derecha); Sara Bochkovsky, Norma Fontenla, Margarita Fernández y Marta Raspanti (abajo). Imagen Archivo Teatro Colón

El elenco, que viajaba con el fin de presentarse en el Teatro Español de la ciudad de Trelew para realizar un espectáculo a beneficio, lo completaban Antonio Zambrana, Carlos Schiafino, Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Rubén Stanga, Sara Bochousky y Marta Raspanti, quienes también fallecieron.

Al cumplirse un año del accidente, en 1972, se inauguró un monumento en la Plaza Lavalle, de la Ciudad de Buenos Aires, en honor a la pareja de bailarines.

Bailarines y bailarinas integrantes del Ballet Folklórico Nacional y la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, dependientes de la Dirección Nacional de Elencos Estables de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Capital Humano, recuerdan el despertar de su vocación por la danza y comparten una reflexión acerca de la conmemoración de la fecha.

Federico Santucho - Ballet Folklórico Nacional

Federico Santucho

"Mi primer encuentro consciente con la danza fue a los nueve años, cuando mi madre me ofreció una bicicleta a cambio de bailar. Ese momento, aunque motivado por algo tan simple como un objeto deseado, terminó siendo una puerta hacia un mundo que moldearía mi vida. Empecé con el folclore, un legado familiar ya que mi madre tenía una escuela de danzas folclóricas en Anguila, un pequeño pueblo en La Pampa. Con el tiempo, descubrí el tango, que despertó una profunda pasión en mí, y luego entendí que todas las técnicas y formas de movimiento y arte enriquecen mi personalidad como artista. Lo que empezó como un acuerdo casual se transformó en una vocación que, al crecer, también me permitió canalizar mis inquietudes políticas y creativas. La danza se convirtió no solo en una forma de expresión, sino también en una herramienta para abordar temas que me preocupan en lo social y cultural. Y por sobre todas las cosas gracias a la danza, hoy tengo una hermosa familia".

"El Día Nacional de la Danza, para mí, tiene un gran valor desde lo cultural más que lo ideológico. Es un día de celebración, un espacio de encuentro con otros artistas, donde compartimos inquietudes, experiencias y, sobre todo, la pasión por este arte. Es una oportunidad para reconectar con viejos amigos con los que he compartido momentos inolvidables. Sin embargo, también es un recordatorio de los desafíos que enfrentamos como bailarines, especialmente los independientes. Los derechos laborales siguen siendo una lucha pendiente, y es urgente crear un mercado y un circuito cultural que visibilice nuestros proyectos y permita acceder a fuentes de financiamiento. Así, aunque lo celebro con alegría, también lo veo como una ocasión para reflexionar sobre el trabajo que aún queda por hacer en nuestra comunidad".

Mariangeles Reggiardo- Ballet Folklórico Nacional

Mariangeles Reggiardo. Foto: Mariano Longo

"Integro el Ballet Folklórico Nacional Argentino desde hace casi 16 años. Comencé a bailar a los cinco años, en mi ciudad natal, Amstrong (Santa Fe), por diversión, junto a mi hermana. Continuamos Danzas Folklóricas Argentinas, casi en paralelo con el colegio. Luego eso fue variando, también la formación fue adquiriendo otras disciplinas. Ya en la adolescencia y un poco más grande, la idea de que quería que esto fuera mi forma de vida, estaba más firme".

"Hoy, como integrante de un elenco estable de danza, vivo el Día Nacional de la Danza como una celebración y con agradecimiento a esta profesión. Es fundamental darle a la danza la importancia y visibilidad que merece, por lo que representa como herramienta cultural del país. Por eso hay que seguir trabajando para los derechos, que todavía necesitamos construir, para toda la comunidad de la danza en la Argentina".

Magalí del Hoyo - Compañía Nacional de Danza Contemporánea

Magalí del Hoyo

"Mi vida con y en danza no fue un despertar, ni un destino, ni un amor a primera vista: fue un entramado complejo de circunstancias, de condicionamientos económicos, sociales, culturales y políticos, de instituciones en juego, de avances y retrocesos, de contradicciones y efímeros hallazgos, de aceptaciones y rechazos, de cánones y paradigmas. Un recorrido sinuoso, por supuesto. Pero también fue y sigue siendo el terreno donde enlazo la curiosidad, los cuestionamientos, mi cuerpo siempre cambiante e inasible, la fatiga, el deseo, las preocupaciones y las urgencias; es la base sobre la que construyo migajas de certezas para, luego, verlas desmoronarse hasta volver a empezar, una y otra vez".

"La danza para mí es una constante –mi constante–, un territorio donde pongo a prueba todo aquello que no es danza (o sí), pero se transforma en ella, se hace carne, inexorablemente. Muchas veces también es mi punto de partida, mi ángulo rector. Algo frágil y contundente: terriblemente humano. Creo que, hoy más que nunca, el arte de la danza es un escenario privilegiado e ineludible de resistencia ante tanto cuerpo atomizado, virtualizado, negado. “Bailemos, bailemos, sino estamos perdidos” (Pina Bausch)".

Juan Salvador Farfán- Compañía Nacional de Danza Contemporánea

Juan Salvador Farfán. Foto: Guillermo Mata

"Empecé a bailar de casualidad, tenía casi diecisiete años y fui a una clase de ballet en un centro cultural de mi pueblo. Hubo algo de la relación con mi cuerpo que me cautivó, más allá del estilo. Vine a Buenos Aires sin tener muy claro que estudiar, pero comencé a tomar clases con Helena Medina, una ex bailarina del Teatro Colón con una aproximación muy holística de la técnica clásica. Seguí formándome en espacios institucionales gratuitos como la UNA (Universidad Nacional de las Artes) y el TDC del Teatro San Martín. Recién ahora, veinte años después de haber iniciado este camino, puedo identificar la vocación por la danza. Antes, la pasión y la obsesión estaban muy presentes y no había lugar para hacer algo que no sea perfeccionarse, sobre todo por la idea de 'haber empezado tarde'".

"Tomé conocimiento del accidente del 10 de octubre gracias a mi maestra. Ella me contaba que en esa época el ballet tenía mucha presencia en el resto de las provincias, Norma Fontenla y José Neglia eran estrellas y el Colón, un teatro importantísimo en la carrera de las grandes figuras internacionales de ballet y ópera. Creo que nuestro país tiene una gran sensibilidad y capacidad técnica para el arte en general, esta fecha es una oportunidad de homenajear y también de generar conciencia de la importancia de nuestro trabajo para la sociedad".

Imagen portada: Norma Fontenla y José Neglia. Catamarca actual.

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