EL 6 de octubre se celebra el Día Internacional de la Geodiversidad, entendida tal como la variedad de elementos no vivos de la naturaleza, incluidos sus minerales, rocas, fósiles, suelos, sedimentos, accidentes geográficos, topografía, procesos geológicos y morfogenéticos, y características hidrológicas como ríos y lagos.

La proclamación de un Día Internacional de la Geodiversidad por parte de la UNESCO en su 41ª reunión de la Conferencia General, en 2021, busca ser un recordatorio anual del papel fundamental que la geodiversidad desempeña para el bienestar humano y la gestión sostenible de todo el planeta.

La geodiversidad proporciona los cimientos y hábitats para todos los seres vivos. De ella proceden los materiales con que construimos nuestros pueblos y ciudades; nos proporciona recursos energéticos, incluidas las energías renovables, nos proporciona agua dulce y atenúa nuestra contaminación; nos ayuda a comprender y predecir los peligros naturales, inspira a nuestros artistas y nos proporciona paisajes increíbles, desde las montañas hasta las costas. La geodiversidad nos proporciona pruebas de los cambios climáticos y paisajísticos del pasado y de sus causas, y por tanto nos ayuda a comprender y planificar las consecuencias de futuros cambios medioambientales. La geodiversidad es la base de toda la biodiversidad. Crea las condiciones en las que la vida puede crecer y prosperar, y sustenta todos los entornos y ecosistemas de la tierra.

La elección del 6 de octubre como Día Internacional de la Geodiversidad se basó, entre otros criterios, en la primera aparición del término “geodiversidad” en un informe realizado en octubre de 1993 por el geólogo Chris Sharples, investigador de la Universidad de Tasmania, en el cual se empleaba este concepto en el sentido que es utilizado hoy en día.

Más información en: https://www.unesco.org/es/days/geodiversity