Buenos Aires es una de las zonas del mundo donde la tucura se convierte en una plaga que trae grandes conflictos a los productores. Los controles se realizan con insecticidas sintéticos en el 100% de los casos y esto conlleva un fuerte impacto ambiental, social y grandes pérdidas económicas. 

Por tal motivo, es de vital importancia adoptar otras alternativas complementarias al control químico, tanto sea en la producción agropecuaria en general como en el combate de la tucura en particular.

En algunas partes del mundo se está empezando a utilizar como "insecticida biológico" el parásito Paranosema Locustae, único como agente de biocontrol en el largo plazo de tucuras y langostas.

Este "insecticida biológico" fue originalmente desarrollado y registrado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y es utilizado en áreas ambientalmente sensibles por productores que buscan disminuir al máximo posible la utilización de químicos. En China producen un concentrado para tratar grandes extensiones en el control distintas especies de tucuras y de la Locusta Migratoria (langosta migratoria).

En Buenos Aires, la iniciativa prevé los siguientes objetivos socioeconómicos: disminuir sustancialmente las aplicaciones recurrentes de insecticidas de síntesis química; mejorar el rendimiento de los productores agropecuarios; proteger la salud humana y el ecosistema para preservar los recursos naturales de la provincia.

El proyecto

La iniciativa  del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología implica un cambio de paradigma que reemplaza el control químico de plagas por el control biológico en la zona endémica de la provincia de Buenos Aires y que podrá ser replicable en otras zonas.

El objetivo general consiste en disminuir en 18 meses un 15% las poblaciones de tucuras, con una proyección de un 85% al llegar a los 5 años. Para esto, se pondrá en marcha el Laboratorio Central de Sanidad Vegetal donde se va a reproducir el patógeno en cantidad suficiente para llegar a escala de producción a campo. Este proceso requiere criar y reproducir tucuras sanas e inocularlas.

Para finalizar el proceso se extraen las esporas de las tucuras enfermas y se almacenan para su posterior aplicación. Una vez aplicadas en los campos, el parásito infecta por vía oral a los insectos mediante cebos alimenticios donde se inoculan sus esporas y de esa manera los lleva a un estado de desnutrición e inactividad, menor tamaño y disminución de las funciones vitales.

Con la dispersión del patógeno en los lotes infestados se estima que a mediano y largo plazo los picos de explosión poblacional de la plaga sean menos intensos y más espaciados disminuyendo su voracidad, y de esa manera evitando los perjuicios a la producción ganadera.

El proyecto titulado "Desarrollo de control biológico para tucuras en la zona endémica bonaerense" es producto de la articulación entre el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT); el Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires a través de la Dirección Provincial de Fiscalización Agropecuaria, Alimentaria y de los Recursos Naturales; la Universidad Nacional de San Martín; y la Fundación Facultad de Ingeniería de La Plata.

Los municipios beneficiados serán Adolfo Alsina, Azul, Bahía Blanca, Benito Juárez, Cnel. Dorrego, Cnel. Pringles, Cnel. Suárez, Daireaux, Gral. Lamadrid, Guaminí, Laprida, Olavarría, Puán, Saavedra, Tornquist, Lobería, Necochea, San Cayetano, González Chaves, Rauch, Ayacucho, Tandil, Coronel Rosales, Sallíquelo, Tres Lomas y Tres Arroyos. De esta manera, se logra cubrir un 20% de superficie de la provincia de Buenos Aires.