¿Conocés el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano?
En el Día de las Antropólogas y los Antropólogos, te invitamos a conocer a las profesionales que forman parte del INAPL y a sus investigaciones en curso, que se ocupan de la protección de nuestro patrimonio nacional como de producir materiales que brindan aportes para la comprensión de procesos sociales.
El 27 de julio de 1972 se fundó el Colegio de Graduados de Antropología y a partir de entonces se fijó esa fecha como el Día de las y los antropólogos, mención que marcó una jerarquización en la actividad profesional e impulsó la protección de sus derechos y la promoción para sus investigaciones. 29 años antes, se creaba el Instituto Nacional de la Tradición, que a lo largo de su existencia cambió de nombre según las distintas funciones que fue cumpliendo en la conformación de la identidad y la cultura nacionales: Instituto Nacional de Folklore, Instituto Nacional de Filología y Folklore, Instituto Nacional de Antropología y, a partir del año 1991, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL).
Victoria Nuviala, Mariana Den Dulk y Malena Vázquez son parte del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), que bajo la dirección de Leonor Acuña promueven investigaciones vinculadas a la arqueología, la antropología socio-cultural, social y urbana, el folclore, la lingüística, las artesanías, entre otros campos. En esta nota, te invitamos a conocerlas.
El INAPL no está solo en esta tarea de dar a conocer sus trabajo, en paralelo funciona el Museo Nacional del Hombre) como un lugar de transferencia de los conocimientos y de educación. Foto: INAPL.
Victoria Nuviala es arqueóloga y se dedica a estudiar la arquitectura en la Antártida. Al finalizar la universidad y transitando sus veintitantos años, Victoria emprendió camino al continente blanco. Pasado un tiempo, se volcó a investigar acerca de las casi cinco mil estructuras que se emplazan sobre ese desierto de hielo, entre bases, campamentos, refugios o instalaciones pequeñas. En la actualidad, junto a un grupo interdisciplinario compuesto por ochos mujeres, se encuentra trabajando en la construcción del Archivo Sur, el primer archivo virtual de arquitectura antártica.
"El sistema del Tratado Antártico dice que cualquiera puede ser parte de ese continente internacional. Hoy en día hay 54 naciones que están de acuerdo, participan y hacen investigaciones, y de estas, unas treinta tienen base. La política actual para el continente antártico dice que quienes no usen esas bases, las deben retirar, entonces el patrimonio arquitectónico, que es arquitectura moderna del siglo XX sobre todo, está desapareciendo. Nosotras trabajamos para que no se pierda ese registro porque hay unas bases increíbles, que dan cuenta de cómo vivía la gente en la década del 30, del 40, del 50 en Antártida. Ahora estamos investigando unas bases japonesas que tiene todo un sistema estructural que funcionan como si estuviesen en Japón, según el armado de los tatamis. Es un continente muy particular", cuenta Victoria.
Hangar Base Marambio. Argentina. Foto:@Santiago Cismondi
Victoria ya lleva más de 16 viajes al continente helado. Pisar ese suelo fue un antes y un después en su vida y en su desarrollo profesional. Antes, sus travesías implicaban hazañas dignas de cuentos de aventura: viajar en el avión Hércules de las Fuerza Aérea Argentina, subirse a helicópteros, bajar en Base Marambio, acampar en islas dentro del continente y quedarse todo el verano investigando. Con el paso del tiempo, los viajes se hicieron un poco menos sacrificados. “Es un lugar que requiere un sacrificio físico, emocional e intelectual muy grande, sobre todo para una mujer que viaja, porque son espacios muy masculinos. Pero al llegar sentís un amor y una atracción enorme por ese lugar, hay tanto por comprender que es imposible no construir curiosidad en torno a lo que uno ve”, relata.
Base Neumayer III. Alemania. Foto:@StefanChristmann
Este equipo de mujeres antárticas está compuesto por profesionales del campo de Arqueología, Urbanismo, Arquitectura, Antropología, Diseño. Ser mujeres y estar trabajando de manera colaborativa sorprende a los hombres del Comité Científico Antártico. Victoria explica que las ven como bichos raros. "No terminan de entender qué hacemos trabajando juntas. Y en realidad, acercarse a un objeto de estudio desde varios lugares es coherente porque te permite una comprensión mucho más compleja. Los límites disciplinares son una construcción cultural, no es algo esencial, que siempre existió, entonces es algo que se puede desarmar”.
La dimensión política de su trabajo, que atraviesa las hostilidades del clima, las horas eternas de observaciones, pensamiento y debates, los avances logrados a fuerza de amor y trabajo, muchas veces ad honorem, quedarán plasmados en sus archivos para proteger nuestra soberanía en el continente.
“El 70% de la reserva de agua dulce de todo el mundo está en la Antártida. No van a pasar muchas décadas hasta que la Antártida sea un espacio extremadamente deseado por naciones poderosas. Hoy contamos con el Tratado Antártico que la convierte en un espacio internacional dedicado a la ciencia y la paz. Argentina tiene la base científica más antigua, que data de 1904. Haber mantenido, continuado su actividad, sostener ese esfuerzo enorme económico y humano de continuar la investigación en Antártida es un punto a favor de Argentina. Dejar un registro material nos recuerda esa parte de la historia que a veces se borra, porque, por lo general, se conoce la historia de quienes tienen más recursos para difundir, pocas veces conocemos los trabajos de nuestros exploradores latinoamericanos. El registro material, en ese sentido, es bastante más justo con la historia”.
Campamento isla Cerro Nevado. Argentina. Foto: @VictoriaNuviala.
Mariana den DulK es antropóloga y se dedica a investigar sobre participación, desarrollo sostenible y economía social. Durante los últimos años, una parte importante de su trabajo se centró en la investigación del patrimonio cultural como proceso de construcción social y territorial, así como en la planificación de su gestión orientada al desarrollo local. Su lugar de trabajo fue junto a la comunidad indígena Cerro Pintao Las Mojarras, en Rincón Chico, Catamarca.
Mediante espacios de reflexión participativa, entrevistas a los actores de la comunidad, talleres en escuelas, entre otras propuestas, lograron un trabajo mancomunado para planificar el manejo de la localidad arqueológica catamarqueña entre la comunidad indígena, las y los vecinos de Santa Maria, la Municipalidad, la Secretaría de Turismo de Catamarca y la Dirección Provincial de Antropología de la provincia. “Lo que los especialistas definimos como localidad arqueológica es parte integrante del territorio de uso de la comunidad. Es donde desarrollan sus prácticas productivas, sociales, culturales, simbólicas, que son fundamentales para su existencia. Para los miembros de la comunidad, Rincón Chico es testimonio de la historia y la lucha de sus ancestros, es su legado cultural y por lo tanto, como nos han expresado durante nuestro trabajo, es un lugar sagrado que se debe salvaguardar”.
Taller y recorrido guiado con estudiantes y Comunidad Indígena Cerro Pintao Las Mojarras - Rincón Chico, Santa María, Catamarca.
Para Mariana el gran desafío es "impulsar la articulación de procesos de reflexión y construcción colectiva de conocimientos que, más allá de las relaciones de poder existentes, promuevan la participación real de los diferentes actores sociales tanto en la definición como en la gestión del patrimonio cultural y lo vinculen con una visión crítica, integral, autocentrada y política del desarrollo”. En esa línea, y en un trabajo interdisciplinario, institucionalizaron, por ejemplo, la figura del cuidador de sitio, en la que fueron elegidos para ese ocupar ese rol tres miembros de la comunidad indígena.
“Estos tres cuidadores han sido claves para poder transitar el periodo de aislamiento por COVID-19 porque los procesos de deterioro que afectan las estructuras del patrimonio arqueológico no frenan. Y esta gimnasia en el trabajo colaborativo y colectivo permitió que los cuidadores de sitio junto a los vecinos de Santa María y los actores institucionales, trabajaran, de manera remota, con especialistas del INAPL en el deterioro provocado por las lluvias, por ejemplo.”
Cuidadores de sitio de la comunidad indígena de Cerro Pintao Las Mojarras trabajando de manera presencial con la Secretaría de Turismo de Santa María, vecinas y vecinos del lugar, con la asistencia técnica remota por videollamada de la Lic. Raffaele del INAPL, aplicando el protocolo de emergencia con motivo de los daños causados por las fuertes lluvias estacionales en 2021.
Mariana sostiene que es importante pensar la redefinición del patrimonio cultural como recurso económico a partir del desarrollo de iniciativas vinculadas a su difusión y uso público. "En este escenario, la patrimonialización suele ser un disparador para la manifestación de disputas, tensiones y conflictos tanto a nivel material como simbólico entre los diferentes actores sociales del territorio respecto de la definición y gestión del patrimonio cultural. De esta manera los procesos de patrimonialización pueden comportar una profundización de la desigualdad y la exclusión social reproduciendo las dinámicas históricas que articulan las relaciones de poder existentes. Por esta razón, y con el objeto de promover procesos de emancipación y transformación social, resulta fundamental trabajar desde una perspectiva integral que problematice los procesos históricos, económicos, sociales, culturales y políticos que atraviesan el territorio y la propuesta de patrimonialización en sí misma".
Mapeo participativo con estudiantes de la Escuela Aurora de un Mundo Nuevo - Santa María, Catamarca.
Malena Vázquez es arqueóloga y trabaja específicamente en el Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones y Objetos Arqueológicos (RENYCOA-INAPL), que se encarga de garantizar la aplicación de las leyes de protección del patrimonio arqueológico. Para ella, la antropología tiene que ver con conocer, con estar junto a un otro otro diferente a uno. "Terminé el colegio secundario a fines de la dictadura cívico-militar y empecé mi carrera universitaria en democracia. Para mí la antropología significaba ver al otro, volver a la solidaridad", cuenta Malena. Desde esas épocas, además, pelea por el reconocimiento de la hermandad entre las disciplinas.
“La arqueología que yo estudié en la UBA estaba muy alejada de la visión antropológica. La arqueología es antropología, pero es una rama de la que muchas veces se dice, a grandes rasgos, que no es antropología porque la antropología trata sobre cómo se constituyen las sociedades humanas y la arqueología trata de los objetos. Pero a las y los arqueólogos nos interesa ver cómo las personas del pasado se relacionaron y, para comprender eso, nos dejaron son los objetos. En ese sentido, el patrimonio arqueológico no está protegido por ser antiguo, por ser del pasado, sino porque forma parte de la memoria de todas y todos los argentinos".
El arqueólogo Julio Ávalos, del equipo del RENYCOA. Foto:I NAPL
Las leyes de protección del patrimonio cultural, arqueológico y paleontológico, como la Ley 25.743, tratan de evitar que los bienes que forman parte de ese patrimonio se pierdan, deterioren o salgan del país de manera ilícita. En esa tarea, el RENYCOA-INAPL tiene una función clave, ya que además de ser el órgano de aplicación de la ley a nivel nacional, sistematiza la información de las colecciones registradas en cada jurisdicción provincial, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Universidades Nacionales y Parque Nacionales.
"El patrimonio es de todos no solo porque sea de dominio público. Los patrimonios son políticos y como sociedad hemos recorrido un largo camino, histórico, de debate, para decidir qué es patrimonio, qué es importante para toda la sociedad y qué es parte de nuestra identidad como argentinos y argentinas. La idea de patrimonio es dinámica y política, y si no la trabajamos se fosiliza. No podemos pensar el patrimonio igual que como hace diez años atrás porque las cosas van cambiando. La identidad también es dinámica, no es un poncho que te ponés y no te podés sacar nunca más en la vida. Hace 50 años, las comunidades originarias no estaban reconocidas, y ese reconocimiento, producto de luchas y resistencias, es algo que se genera. La minería tampoco era un actor tan importante pero hoy sí, y eso tiene que ver con el desarrollo económico, con los debates acerca de cómo hacer para que el desarrollo minero no dañe el patrimonio o el ambiente. El patrimonio arqueológico, como cualquier otro patrimonio cultural es parte de esa generación de identidad, si lo vemos como algo estático, no sería antropológico", concluye Malena.
Reciente acto de devolución del felino bicéfalo, pieza arqueológica que había sido robada del museo Inca Huasi de la ciudad de La Rioja en el año 2004. Estuvieron presentes las autoridades de la Secretaría de Patrimonio del Ministerio de Cultura, la directora del INAPL, miembros del RENYCOA- INAPL, la subsecretaria de Patrimonio y Cultura de la provincia de La Rioja y los representantes de las provincias que participan del proyecto Qhapaq Ñan.