“Condolencias”, una obra sobre las familias de la Guerra de Malvinas
En esta entrevista, el actor puntano Roberto Vallejos cuenta sobre el nuevo estreno del Teatro Nacional Cervantes que retrata un tema del que pocos hablan: las secuelas emocionales del conflicto bélico. La pieza escrita por Alicia Muñoz obtuvo el primer premio del certamen "Las Mujeres y Malvinas".
Una madre y un padre que esperan el regreso de su hijo de la Guerra de Malvinas es el puntapié de Condolencias, la nueva obra que estrenó el Teatro Nacional Cervantes sobre el texto de Alicia Muñoz ganador del primer premio del concurso de dramaturgia “Las mujeres y Malvinas”.
“La vuelta al hogar del soldado que fue a la guerra es un tema que atraviesa a la humanidad desde siempre. Aquí, una esquela de defunción con el nombre mal escrito mantiene latente la esperanza de que haya sobrevivido. En ‘Condolencias’ me atrae el juego fantasmático que se despliega entre todos los personajes, en un ida y vuelta en el que los rostros son como un lienzo donde se puede proyectar el del ausente. Todos anhelan el reencuentro. Un parecido físico, un gesto o un rasgo es una tabla de salvación, única, como compensación de un abrazo imposible”, explica Fedra García, la directora de esta conmovedora pieza teatral.
Entre escena y escena, la directora incluye pequeños pasajes de Diario de Malvinas, escrito en 1829 por María Sáez de Vernet, esposa del primer gobernador argentino de las islas, que refuerzan la visión de las mujeres sobre Malvinas al que hace alusión el concurso.
Breve, despojada pero bellamente intensa, en la obra descollan Alejandra Darín y Roberto Vallejos como los padres de este “chico de la guerra” todavía esperado luego de 10 años del fin del conflicto bélico. El elenco lo completan Tincho Lups como el joven veterano, María Zubirí como la noviecita adolescente y Mariano Bassi, un oficial del Ejército que simboliza la institución y el afuera de esa familia.
No solo fue un drama bélico parece marcar todo el tiempo la obra, que desde el amor y la empatía con esa madre esperanzada que compone Alejandra Darín narra un tema poco tratado: cómo vivieron la posguerra las familias de los soldados.
Roberto Vallejos es el encargado de interpretar a un sufrido padre, amoroso y contenedor a la vez. Para el actor puntano, reconocido por sus papeles en cine y televisión, es una obra hecha “con amor y respeto por esas familias”.
Vallejos tiene una larga relación con el Cervantes que se inició en sus tiempos de estudiante en el conservatorio y en las clases de Agustín Alezzo que costeaba con su trabajo de cadete en el Teatro. Años más tarde protagonizó algunos de los éxitos más interesantes de la sala teatral, como Juan Moreira, de Claudio Gallardou (2016) y la multipremiada Miembro de jurado, de Corina Fiorillo (2013, 2014).
—Malvinas es un tema muy traumático para los argentinos ¿Qué fue lo que te atrajo de este texto?
—Fundamentalmente me atrajo la temática porque si bien yo era chico, recuerdo perfectamente esos días, lo que producía en mi familia, en mis allegados. En aquel momento conocí varios chicos que fueron a Malvinas y eso es algo que me quedó grabado.
Además de todo lo que ya sabemos: se trató de una guerra que fue una vergüenza y lo más triste, creo, de una sociedad que después se sintió avergonzada, queriendo tapar debajo de la alfombra lo que pasó. En ficción se contó muy poco sobre el tema. Se han hecho películas sobre épocas muy traumáticas, como la Dictadura o gobiernos de facto, pero casi nada sobre Malvinas y en teatro, menos aún.
Cuando me llegó el material me conmovió especialmente la mirada de la familia que contiene el texto. Lo otro ya sabemos que es una crueldad: no se puede tener 18 años y estar preparado para ir para una guerra. Pero se habló poco sobre el tsunami emocional y social que significó para las familias; las madres, los padres, las novias, los hermanos que quedaron acá. Eso creo que es lo más interesante del texto.
—¿Cómo te preparaste para el papel de padre de un chico de la guerra?
— Fundamentalmente fue poner afuera esas cosas que recuerdo haber vivido, como hace uno generalmente cuando actúa. Cuenta la historia en base a su experiencia, en base a lo que conoce para poder abordarla. Aunque la muerte de un hijo es inabordable, al ser padre puedo entender lo que significa un hijo y su muerte. Y en él están todos, toda una generación de los que vivimos en la Argentina en ese momento.
Es un tema que me moviliza de manera muy directa. Uno de mis mejores amigos es un ex combatiente. Conozco a su familia, su vida, los problemas y las consecuencias de la guerra. Siempre se habla de cuestiones que de por sí son barbarie como un chico mutilado, desaparecido o que no volvió nunca, pero también están los que volvieron con secuelas importantes sin ningún tipo de contención psicológica en aquel momento; con problemas para reincorporarse socialmente. Es un tema que me es cercano -no sé si es la palabra correcta-, pero me conmueve y del que sé mucho.
— La directora, Fedrá García, dice en una entrevista que la puesta fue una construcción colectiva para homenajear a los que murieron en el conflicto. ¿Lo sentís así?
—Sí, totalmente. Hay momentos de la obra con cuestiones que agregamos en base a improvisaciones y con aportes de cada uno de los integrantes. A todos nos resulta cercano. Si bien pasó mucho tiempo, sigue siendo parte de nuestra historia reciente.
—En esta puesta, todos los actores están siempre en escena. Desde lo actoral, ¿esto demanda un esfuerzo extra?
—Es una obra muy corta pero muy intensa. Son escenas breves, pero con mucha profundidad emocional, donde pasan muchas cosas en poco tiempo. Creo que es lo contrario: se agradece no tener que desconectar del todo sino solo dejar de tener un rol central en la situación. Es como correrte a un costado, pero seguir estando, formando parte de esa familia y de ese entorno y desde esa situación que estás viviendo. Creo que desde ese lugar, se agradece no tener que salir y entrar del escenario a cada rato.
—¿Qué repercusión tuvo la obra?
—Recién la estrenamos y apenas tuvimos un ensayo general pero lo que sí podemos decir es que estamos contentos con las repercusiones que hasta el momento ha tenido y que sabemos que estamos haciendo esto con mucho respeto y mucho amor para todos los familiares directos que vivieron esa terrible guerra. Más allá de la ficcionalización de un tema difícil de abordar, es una obra hecha con respeto y mucho amor.
Las Mujeres y Malvinas
Condolencias, de Alicia Muñoz, es la pieza ganadora del Concurso "Mujeres y Malvinas", que el Teatro Nacional Cervantes y la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) organizaron con el objetivo de mantener viva la memoria del pueblo, proponiendo un llamado a la reflexión, al reconocimiento y a la visibilización del rol de las mujeres durante este conflicto bélico. El segundo premio fue para Regimiento 25, de Moira Mares, mientras que La niña sobre el alambre, de Fabián Díaz, obtuvo una mención especial.
Alicia Muñoz es una referente dentro de nuestra dramaturgia. Es autora de más de 30 obras de teatro, entre las que cabe destacar, Ciudad en fuga (1979), El año de la peste (1981), La taberna del cuervo blanco (1982), El pobre Franz (1983), La Coronela (1985), La chalequera(1987), Ay, poeta (1998), Hay que seguir (1999), Supongamos (2001), Un león bajo el agua, Isabel de Guevara (2003), Justo en lo mejor de mi vida (2003), Negociemos (2004), Un tango en 78 (2006), Soñar en Boedo (2008), La pipa de la paz (2009), Mamá decía (2015) y Tenemos visita (2017). Para televisión escribió Todo empezó con Don Pedro (1981/82), Flavia corazón de tiza (1992) y Alta Comedia (1992/95).
"Es muy raro que a esta altura de mi carrera haya escrito esa obra. Porque hace años que me dedico a la comedia, aunque siempre están basadas en un drama. Sin embargo, cuando leí las bases del concurso sobre «Las mujeres y Malvinas», mi memoria se remontó a mis primeros pasos en el teatro. Porque mi segunda obra, «La Taberna del cuervo blanco» se estrenó el 2 de abril de 1982, y quedó ligada para siempre a mis recuerdos de la guerra. Por un lado viví la alegría de ver que el público y la crítica recibían muy bien mi obra, y por otro lado la angustia por la tragedia que vivía el país. Por eso cuando vi la convocatoria sentí la necesidad de escribir sobre ese tema, y aunque no era mi intención enviarla al concurso, cuando estuvo escrita sentí que era un sentido homenaje a aquellas mujeres y valía la pena mandarla", relató Muñoz en el sitio oficial de Argentores al enterarse de la noticia.
En el certamen, los textos fueron seleccionados en primera instancia por un comité de preselección constituido por: Enrique Papatino (Argentores), Zoe Ledesma y Matías Caciabue (UNDEF) y en segunda por un jurado de selección final integrado por: María Soledad Mizerniuk y Lucas Rozenmacher (UNDEF), Susana Torres Molina (Argentores) y en representación del Teatro Nacional Cervantes, Jorge Dubatti.
Condolencias , dirigida por Fedra García, se presenta de jueves a domingo a las 18 h, en el Teatro Nacional Cervantes. Actúan: Mariano Bassi, Alejandra Darín, Tincho Lups, Roberto Vallejos y María Zubiri. El asesoramiento coreográfico es de Diego Rosental; la música, de Miguel Pesce; el diseño de vestuario, de Rosario Díaz; el de iluminación, de Marco Pastorino y el de escenografía, de Micaela Sleigh.
Localidades: Valor: $900. Se pueden adquirir de manera online vía Alternativa Teatral o en la boletería del Teatro, Libertad 815.