Colonia Avigdor fue declarado Lugar Histórico Nacional
En el marco del Programa Poblados Históricos, impulsado desde la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos que actualmente preside Teresa Anchorena, fue declarado Lugar Histórico Nacional el Predio que ocupan la Sinagoga y el “Centro Unión Israelita” de Colonia Avigdor, Provincia de Entre Ríos. El Programa Poblados Históricos dispone un plan de inversión y promoción para la preservación de pueblos con patrimonio valioso y relevante, tal el caso de Avigdor, cuya peculiaridad está relacionada con la no pertenencia a la primera fase de la colonización establecida por el Barón Hirsch, mayormente desarrollada entre finales del Siglo XIX y las primeras décadas del Siglo XX. Testimonio de una segunda fase, Avigdor se fundó para cobijar principalmente a ciudadanos alemanes perseguidos por el régimen nazi, no solamente durante los aciagos años 1935 y 1936.
Bajo el Decreto presidencial N° 1.149 del 19 de diciembre de 2018, y considerando que la Colonia Avigdor se ha destacado de manera sustantiva en orden al desarrollo cultural, social e identitario, así como a los valores de la comunidad, vigentes desde su fundación hasta nuestros días.
El trabajo de recopilación histórica y relevamiento valorativo de las construcciones recientemente declaradas, estuvo a cargo del Arq. Ben Waisman y de la Lic. Cristina González Bordón, integrante de la Comisión Nacional de Monumentos, quienes recibieron el significativo aporte de los Sres. Jefe y Vice Jefe de la Comuna, Ruben Kaiser y Daniel Erhart respectivamente, de la Presidenta del Centro Unión Israelita, Sra. Carmen Rosemblat, y del Sr. Carlos Jaichenco, de la Fundación Judaica.
La Jewish Colonization Association C.A. (empresa fundada por el Baron Hirsch), ya poseía las tierras compradas en 1932 para pastoreo. Ante la necesidad de brindar refugio a los exiliados perseguidos, las tierras fueron loteadas para su colonización.
Es de señalar que, obviamente, muchos de los refugiados alemanes que llegaron a los campos de Entre Ríos jamás habían tomado un arado, ni conocían las actividades rurales propias de la región. Los primeros pobladores pertenecían a veintiún familias, entre ellas los Grünewald, Freudenstein, Mayer, Oppenheimer y Weil, entre otras. Como parte del plan de establecimiento, a estos primitivos pobladores les fueron otorgados lotes de 75 hectáreas. Así fue como rápidamente iniciaron las tareas agrícolas en la zona, y organizaron una cooperativa agrícolo-ganadera en marzo de 1936, que tendría una extensa y fructífera existencia, ya que perduró hasta el año 1999, fecha de la asamblea que supuso su disolución. Durante la Segunda Guerra Mundial, arribaron más familias a la Colonia, totalizando unas ciento doce. La histórica Sinagoga, epicentro religioso de la comunidad, comenzó a construirse en el año 1937, y se encuentra emplazada en un predio que comparte con el “Centro Unión Israelita”. Entre ambas construcciones, se ubica un monolito con placas indicativas y conmemorativas. Las dos manzanas que ocupan en el centro del pueblo, constituyen el corazón espiritual de la comunidad de origen, que hoy convive con practicantes de otras religiones.
Según lo describe una publicación de Shalom Argentina (Pág. 197, op. cit.), “la Sinagoga es pequeña y cuadrada, con paredes de chapa acanalada y techo a cuatro aguas”. El Templo contiene elementos de gran valor histórico, que lo constituyen como una suerte de pequeño museo. Ejemplo de ello son la lámpara de aceite traída de Alemania por la pionera familia Scheiner, el cuadro del Mizraj que siempre mira al Oriente, y la Menorá (candelabro de siete velas) salvada de una sinagoga berlinesa en la noche de los Cristales de 1938 (Shalom Argentina Pág.197).
Las remodelaciones del Templo datan de 1958 y 2000. Esta última, fue iniciativa personal del matrimonio compuesto por Moisés Preizler y Beatriz Schreiner, quienes habían contraído enlace allí en 1953. Posteriormente trasladado a Buenos Aires, el matrimonio regresó a Avigdor en 1996, iniciando tiempo después las acciones que concluyeron con la remodelación mencionada.
La simplicidad de formas y la originalidad que implica ser la única sinagoga del país construida en chapa y madera con piso de granito, la ubican como un testimonio singular, que resistió tanto al paso del tiempo, como al despoblamiento sufrido por la Colonia durante los últimos cuarenta años, hasta casi desaparecer como poblado.
Hoy, la Sinagoga se encuentra en muy buen estado de conservación, y puede ser visitada como el Lugar Histórico Nacional que es, ya de modo oficial. A pocos metros de ella, el edificio del “Centro Unión Israelita”, de aproximadamente 10 metros de ancho por 15 de largo, también persiste orgulloso el transcurso de las décadas. Allí funcionó la primera escuela de la comunidad, cuando arribaron los primitivos colonos alemanes. El espacio continúa funcionando actualmente como centro de encuentro y sociabilidad para la comunidad, llevando a la práctica el valor de mantener las tradiciones y costumbres llegadas de Europa, ya fusionadas con las de las otras comunidades que habitan la Colonia.