"Coco" cumplió la cuarentena e ingresó al país siguiendo protocolo del Senasa
De manera única y excepcional se estableció el aislamiento y la vacunación del cachorro en Ezeiza, que entre enero y abril registró el ingreso de 3.300 mascotas que acreditaron su documentación correctamente.
Buenos Aires – El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) autorizó hoy el ingreso al país del perro “Coco” que fue entregado a su dueño luego de haber cumplido 10 días de cuarentena sanitaria en el Aeropuerto de Ezeiza, debido a que al arribar a la estación aérea desde Europa no tenía el Certificado Veterinario Internacional (CVI) y se desconocía si era portador de alguna enfermedad que pudiera diseminarse en la Argentina.
El Certificado Veterinario Internacional avala el estado de salud del animal, al no tenerlo o estar incompleto no se le permite el ingreso al país a la mascota para prevenir cualquier evento sanitario del que pueda ser portador y se lo regresa a su origen. En el caso de “Coco”, se atendió una situación excepcional debido a que provenía junto a su dueño de la zona este de Europa, en conflicto bélico, por lo que se gestionó ante la Aduana un espacio en zona primaria del aeropuerto que se acondicionó para que pudiera hacer el aislamiento de 10 días respetando las condiciones del bienestar animal.
"Coco”, arribó el pasado miércoles 25 de mayo al aeropuerto internacional de Ezeiza en Argentina, sin su CVI y con su vacuna antirrábica vencida, por lo que se decidió excepcionalmente, y con la colaboración de Aduana, disponer de un espacio para su cuarentena de 10 días que culminó hoy cuando fue entregado a su dueño.
Durante el aislamiento que debió realizar el can, una veterinaria del Senasa controló y verificó a diario su bienestar, trabajando con recomendaciones de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Organismo. El espacio cedido por Aduana, de 100 M2 y acondicionado para atender la situación climática, le permitió a “Coco” jugar, correr y alimentarse sin inconvenientes. También una persona responsable designada por la familia fue la autorizada a visitarlo diariamente.
En el marco de las medidas sanitarias adoptadas se puso en conocimiento que previo a entregar la mascota a su cuidador responsable se cumplimentó la vacunación antirrábica, la desparasitación interna y externa, y la declaración del domicilio de interdicción donde debe permanecer el canino durante los 21 días posteriores a la vacunación. Cabe aclarar que para el Senasa nunca fue una opción el sacrificio del animal.
Cabe resaltar que dicho ingreso se otorga “bajo intervención en domicilio hasta su titulación”. Es decir que durante este periodo la mascota debe permanecer en el domicilio de su familia sin contacto con otros animales, según lo acordado entre las partes y siendo responsabilidad única y exclusiva de su dueño bajo declaración jurada.
Las medidas adoptadas para este caso, según la normativa vigente, en condición de excepción puntual y única, permitieron alcanzar de manera equivalente las exigencias sanitarias que este animal debió haber cumplido en el país de origen, siempre primando como objetivos del Senasa proteger la salud pública y la sanidad animal.
Con la satisfacción de finalizar en buenos términos la experiencia vivida con el caso de “Coco”, quien está muy bien de salud y ya con su familia, y aprovechando la gran repercusión que tuvo esta situación, el Senasa reitera que todas las mascotas que ingresan a la Argentina deben cumplir con los requisitos sanitarios vigentes disponibles en su página web oficial.
Entre otras exigencias simples, los perros y gatos deben estar vacunados contra la rabia con vacunas autorizadas por la Autoridad Veterinaria del país de procedencia. Esta vacunación debe estar vigente al momento del ingreso del animal a la Argentina. Este es un trámite necesario y habitual, acompañado por la labor de las y los veterinarios y en beneficio de la comunidad en su conjunto.
El trámite para el ingreso y egreso de mascotas fue el más consultado a través de nuestra web y Centro de Atención Ciudadana durante el último año, dentro de los múltiples y diversos servicios y funciones que desarrolla el Senasa para el cuidado de la sanidad animal, la protección vegetal y la garantía de inocuidad y calidad en la producción de los alimentos en todo el territorio argentino.
Entre enero y abril el aeropuerto de Ezeiza ya registró el ingreso de 3.300 mascotas, mientras que en 2021 ingresaron aproximadamente unas 7.000 mascotas entre perros y gatos, que acreditaron el cumplimiento de la documentación oficial por lo que el Senasa autorizó su ingreso con normalidad.
Con el Certificado Veterinario Internacional emitido y firmado por la Autoridad Sanitaria del país exportador y vigente al momento de su arribo a la Argentina, las mascotas no deben realizar cuarentena e ingresan al país sin dificultad alguna. El número de perros y gatos ingresados el año pasado muestra claramente que el cumplimiento de este trámite es parte de la rutina de trabajo de veterinarios y veterinarias, y algo habitual para los viajeros mascoteros.
Responsabilidades en el ingreso y egreso de mascotas
El ingreso al territorio nacional, sin la correspondiente documentación sanitaria oficial del Servicio Veterinario del país de origen, pone en riesgo la salud pública y a la población animal que pudiera tomar contacto con el canino.
Para evitarlo, el Senasa exige que los ingresos de perros y gatos se realicen conforme a los requisitos sanitarios vigentes, en especial aquellos referidos a rabia, que es una enfermedad viral, prevenible, que afecta a los humanos y puede causar la muerte, y se puede propagar a las personas y a las mascotas, si las muerde o rasguña un animal infectado con el virus rábico.
En el caso de “Coco” no se cumplieron los requisitos sanitarios, exigidos por el Senasa y disponibles en la página web oficial del Organismo, para la importación de perros y gatos, que se requieren a todos los arribos desde cualquier país.
El país de origen es el responsable de autorizar el embarque de los animales con la documentación sanitaria exigida por el país de destino. Cabe señalar que Coco fue embarcado en continente europeo y en Colombia sin haber cumplido los controles sanitarios y sin que su condición de salud fuera avalada por entidad oficial alguna, poniendo en riesgo a todas las personas que viajaban en las cabinas de dos aviones y también a aquellos que tomaran contacto en los aeropuertos involucrados y a la población argentina.
En tal sentido el Senasa realizó los reclamos oficiales correspondientes tanto al dueño -quien debió asumir los costos del protocolo acordado por su incumplimiento-, a los Servicios Veterinarios de los países involucrados y a las compañías aéreas por embarcar y desembarcar un animal que no cumplía con las exigencias sanitarias vigentes para su ingreso.