Consistió en la instalación de 20 columnas tubulares con brazo pescante, de 11 m de altura, y lámparas de 250 watts, controladas por medio un tablero general con encendido automático mediante fotocontrol o manual para su mantenimiento. Las bases de fundación de las columnas fueron fabricadas en el lugar, con moldes desarmables y reutilizables.

Previamente se había completado la demarcación horizontal del acceso, donde confluyen la RN40 y la RN259, sobre rectas, curvas y cruces, con material termoplástico reflectante aplicado por pulverización y extrusión. Además, se contempló un refuerzo en la señalización vertical y la colocación de tachas reflectivas sobre la calzada.

La obra forma parte de la denominada Malla 113, que abarca los trabajos de repavimentación sobre la RN40, y que contenía la reconstrucción del acceso a Esquel, un sector por donde circulan quienes que se dirigen a la ciudad y quienes continúan viaje hacia las localidades de la comarca andina, como Epuyén, El Hoyo, El Maitén, Lago Puelo y El Bolsón.

Las mejoras en el acceso incrementan la seguridad de más de 1300 vehículos que transitan en este tramo y favorecen la conexión entre las localidades de la comarca andina, para fortalecer el turismo y agilizar el transporte de mercaderías esenciales.