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Audioguía para personas ciegas o con baja visión

El Museo Nacional de Bellas Artes plantea un recorrido a través de un relato compuesto por pistas de audio, que sirven de guía para conocer parte de su acervo.

El Museo Nacional de Bellas Artes, junto a la Fundación Ninawa Daher, presenta un sistema de audioguías, para personas ciegas o con baja visión, que permiten conocer una selección de grandes obras escultóricas realizadas por las culturas prehispánicas, europeas y de la Argentina, que integran el patrimonio de la institución.  

Esta propuesta, a la que se puede acceder a través de la web del MNBA apunta a fortalecer la accesibilidad al patrimonio público reunido en el Museo.

La selección de obras plantea un recorrido en el tiempo entre Europa y Argentina para descubrir los modos en que la escultura manifiesta distintas intenciones, creencias, temas y materiales.

Integran ese recorrido las esculturas: Virgen María con Niño, siglo XIV (Anónimo), Hércules y Caco, siglo XVII (Anónimo), El beso, siglo XIX  (René François Auguste Rodin), Cabeza de niño, ca. 1892-1893 (Medardo Rosso), Heracles, El arquero, 1909 (Émile Antoine Bourdelle), Figura estilizada (suplicante), 200-600 d.C ((Alamito (NOA)), Abel, 1902 (Lucio Correa Morales), Madre del pueblo, ca. 1931 (Agustín Riganelli), Los acróbatas, ca. 1910-1945 (Pablo Curatella Manes), Figura reclinada, formas externas, 1953-1954 (Henry Moore), Continuidad lineal, 1956 (Enio Iommi), El mudo, 1973 (Juan Carlos Distéfano).

El guión educativo se basa en la apreciación del carácter de frontalidad de la escultura, hacia formas recorribles y contorsionadas; diferentes modalidades de describir la figura humana; narraciones de distintas temáticas (religiosa, mitológica, literaria), distintos tratamientos plásticos con diferentes materiales (piedra, madera, bronce, mármol, yeso, resina poliéster), sugerencias plásticas y expresivas de idealización, fidelidad al modelo/naturalismo, deformaciones expresivas, simplificación geometrizada, abstracción y no figuración.

Mabel Mayol, a cargo del área de Extensión Educativa del Museo Nacional de Bellas Artes, coordinadora del proyecto, nos cuenta que motivó la realización de estas guías, cuál es su objetivo y como fueron seleccionas las obras que integran el recorrido. 

-¿Cómo surge la propuesta?

-La propuesta surge a partir del acercamiento de la Fundación Ninawa Daher apoyando la realización de un proyecto destinado a los ciegos  sumado a que yo trabajo, hace mucho tiempo, con las visitas para ciegos en el Museo.

-¿En qué consistía ese proyecto?

-La propuesta era muy amplia. En principio, tenía que ver con lo que se hizo hasta el momento: la audioguía en versión para escuchar en línea y de manera remota, donde no hay referencias espaciales. Recorre doce esculturas que tienen la  intención didáctica de ir, con el concepto de la escultura, trabajando de diferentes formas. Por ejemplo la frontalidad de la edad media y la idea de verla desde todos los puntos de vista con respecto al renacimiento manierismo, recorriendo el desarrollo histórico de la escultura a través del tiempo e incluyendo también la escultura precolombina, mediante un relato general de esa sala, que llega hasta el arte argentino del siglo XX. Esta selección permite un panorama muy amplio de propuestas estéticas y culturales de la escultura.

¿Cuál es el objetivo fundamental?

-El principal objetivo es acercar a las personas con discapacidad visual al museo. Muchas personas no lo viven como una pérdida, lo tienen asumido y pueden acercarse al museo por una cuestión social. El punto está en aquellas personas que están aún en esa situación introspectiva, de quedarse adentro y aquellas personas ciegas que piensan que las artes visuales no son para ellos. Para esas personas el escuchar algo puede despertar la curiosidad. La intención de las audioguías es difundir, por este medio, nuestra colección hacia las personas ciegas o con baja visión y ofrecer la posibilidad de acercarse al Museo.


Foto: Mónica Hasenberg

-¿Qué características se buscaron en las piezas?

-Se buscó, expresamente, que las características o elementos de esas piezas tengan preferencias interesantes para que pudieran acceder. Esto tiene que ver con que la mayor parte de las personas ciegas o con baja visión que nos visitan, y que tienen esta inquietud por las artes plásticas, son personas que han perdido la visión, no que son ciegos de nacimiento. La audioguía está pensada con ese criterio de todo el contexto cultural, como la audiodescripción de la obra, pero dando también todo ese entorno para relacionarse con las cosas que ya conocen.
Para armar los distintos recorridos me moví con muchas restricciones: ver el tamaño de las obras, el material, la altura, saber que hay una diferencia entre las esculturas de madera y las de bronce, las de bronce y mármol son las que se pueden tocar. Elegí por cuestiones didácticas, donde la audiodescripción iba a tener más peso, hecho por una experta en audiodescripción, como es Gladys Benitez, quien hizo un trabajo muy rico, con mucho ida y vuelta.


Medardo Rosso (Italia 1858- 1928). Cabeza de niño. Bronce, 34,3 x 21,2 x 21 cm. Colección Muso Nacional de Bellas Artes

-¿Cómo se realizó la selección de las obras?

-La selección fue arriesgada. Por ejemplo está “El beso” de Rodin que es de yeso y no se puede tocar. Nosotros tenemos varias esculturas de Rodin que se pueden tocar. El Museo Nacional de Bellas Artes es uno de los poquísimos museos donde alguna de las obras que están expuestas, se pueden tocar, no todas, por motivos de conservación. Cabe destacar la generosidad de Mercedes de las Carreras, jefa a cargo de gestión de colecciones, que propone, como criterio, que no trabajemos siempre las mismas obras para que no sean las mismas las que reciben ese tacto. Eso a mi me obliga a cambiar los recorridos.
Es muy valioso que una persona que no puede acceder de otra manera, con sus manos, usando guantes de látex, pueda acceder a tocar esos originales. Eso es algo que lleva implícita una importancia y una emoción enorme para quien lo hace. Cuando a las vistas para ciegos se incorpora público en general no se les permite tocar las obras, solo se permite para aquel que no puede acceder de otra manera.


René Francois Auguste Rodin (Francia, 1917). Yeso 182 x 113 x 112 cm. Colección Museo Nacional de Bellas Artes
   

Juan Carlos Distéfano (Argentina, 1933) . El mudo, 1973. Poliester reforzado y esmalte epoxi, 75 x 80 x 102 cm.  Colección Muso Nacional de Bellas Artes

-¿Por qué el recorrido incluye solamente esculturas?

-Trabajé solamente con esculturas y no pinturas, porque el criterio sería tratar de abordar el contexto cultural que es diferente de cada una de ellas y, además, hay diferencias en cuanto al concepto escultórico. Me quise centrar en que hay un hilo de percepción de un tema.


Agustín Riganelli (Argentina 1890 – 1949). Madre del Pueblo, ca. 1931. Madera de vivaró oscura, 78 x 78 x 43 cm. Colección Muso Nacional de Bellas Artes

-¿Quiénes integraron el equipo de trabajo? 

-Las otras dos personas que trabajaron en el proyecto son las educadoras del área educativa del Museo, Silvana Varela, curadora del arte y Ana Lobeto quien tiene experiencias de trabajo con personas ciegas, con talleres. Me dio mucho gusto compartir este trabajo con ellas. Esta idea de imaginarse que era lo mas importante de esa obra para que le llegue a una persona ciega y pensar, transmitir e intercambiar esa experiencia entre las tres fue algo maravilloso. 

Imagen de portada: Mónica Hasenberg 

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