"1983-1989. Imágenes de una democracia en construcción", en la Casa Nacional del Bicentenario
El ciclo propone fotografías y videos que retratan los primeros años de la recuperación democrática, desde 1983 hasta 1989. Obras de Marcos López, Adriana Miranda, RES, Alejandro Kuropatwa y Mónica Hasenberg se exhiben –en distintos momentos– en tres exposiciones de la Casa Nacional del Bicentenario, con entrada libre y gratuita. Al respecto, conversamos con su curadora, Marcela Roberts.
En la Casa Nacional del Bicentenario, comenzó el ciclo de muestras “1983-1989. Imágenes de una democracia en construcción”, con fotografías y videos que retratan los primeros años de la recuperación democrática. En esta nota, conversamos con la exposición que incluye obras de Marcos López, Adriana Miranda, RES, Alejandro Kuropatwa y Mónica Hasenberg.
La Argentina celebra 40 años de democracia ininterrumpida. El 10 de diciembre de 1983 marca un hito en la historia del país. Un punto en el tiempo que significa el comienzo de una etapa. Ese 10 de diciembre se puso la primera piedra de una historia que todavía hoy se sigue construyendo, ya que la democracia también es un proceso que se nutre, crece y se resignifica día a día; se apoya en las instituciones, en las sociedades y en las personas, todos los días.
A partir de esa idea, es que la Casa Nacional del Bicentenario montó el ciclo “1983-1989. Imágenes de una democracia en construcción”, en que se incluyen tres muestras con fotografías y videos que retratan aquellos primeros años de la recuperación democrática. Las tres exposiciones se exhibirán en distintos momentos, en la sala 302 de la Casa Nacional del Bicentenario, con entrada libre y gratuita.
Las fotografías de archivo que se exhiben en estas exposiciones dan cuenta de aspectos centrales en esa construcción que tiene que ver con un cotidiano intangible: la escuela, la cooperadora, los actos escolares, los símbolos patrios, la historia, las movilizaciones, el espacio público, la cultura, el arte, el humor, la libertad.
Al respecto, conversamos con Marcela Roberts, curadora de la muestra y coordinadora general de la Casa Nacional del Bicentenario.
-¿Cómo nació la idea de esta muestra en la Casa Nacional del Bicentenario?
-La idea de este ciclo, compuesto por tres muestras, surgió porque queríamos hacer algo al respecto de los 40 años de democracia y nos parecía interesante tomar el inicio de la democracia, no desde 1983 como si fuera un antes y un después de una fecha. Lo pensamos más como un proceso de muchas cosas que costó desandar la manera en que veníamos viviendo y poder afrontar como un Estado democrático más libre.
Entonces, por eso la muestra son fotos que no son exclusivamente del año en que inicia la democracia, sino que son de cosas que sucedieron en los años posteriores. La idea de este proceso, el comienzo de una etapa de democracia en nuestro país, nos parecía que era algo que se va resignificando como todos los días. Y no queríamos mostrar un punto y aparte del inicio y a partir de ahora se viven las cosas de otra manera, sino esto que mencionaba: es una situación que costó entender y poder vivir en varios aspectos como la cultura, como el arte y como también las manifestaciones y los reclamos sociales que es lo que nosotros estamos ahora tratando de mostrar.
-¿Cuáles son los ejes o tópicos que la recorren?
-Las tres exposiciones son fotografías de archivo, sacadas por fotógrafos, pero también tienen un gran poder como de documento, documental. La primera exposición son las fotos que sacaron Rez, Marcos López y Adriana Miranda de la primera Bienal de Arte Joven que fue en 1989. Nosotros tomamos este momento, que fue algo que se organizó en la ciudad, en el Palais de Glace, en el Centro Cultural Recoleta. Tomamos este momento durante el cual un montón de manifestaciones artísticas pasaron a formar parte de un estadio más institucional: lo que venía del under empezó a mostrarse en lugares más institucionales, como la importancia que tenía en ese momento el Centro Cultura Recoleta y el Palais. Toda esa área de Recoleta que se usó muchísimo, las plazas y todo lo que está alrededor. Las fotos dan cuenta de esto, el registro documental de todos esos días, lo que sucedía tanto a nivel artístico, como danza, teatro, música, todo lo que sucedía, y también lo que pasaba alrededor. Esto de poder volver a apropiarse del espacio público y la cantidad de jóvenes que estaban disfrutando de esos días ahí en los alrededores. Entonces, se muestra también un poco el clima, el vestuario y esas cosas que las imágenes hablan por sí mismas.
La segunda exposición va a ser una de Alejandro Kuropatwa, que es una serie de fotos que él hizo con una familia amiga, un poco parodiando una situación de reclamo de pan y trabajo, que están muy buenas, son muy graciosas. Y un video que quiso mostrar en 1984 y se lo incautaron, no se lo dejaron mostrar porque le dijeron en ese momento que era una falta de respeto a los símbolos nacionales y era pornográfico. Entonces, lo que nosotros queremos mostrar acá es esto de que, a pesar de que ya en esos años ya había democracia, había un montón de cosas que todavía no se podían mostrar. Las libertades todavía no estaban tan asentadas, como tampoco el proceso de poder conquistar espacios artísticos.
Y la tercera muestra es del archivo Hasenberg-Quaretti, que en realidad es de Mónica Hasenberg: una fotógrafa que tiene una serie muy lindas de fotos de los años 80, sobre educación en escuelas públicas. Y también en un proyector pusimos un montón de fotos sobre la Marcha Blanca, que fue una marcha de alcance nacional por la reivindicación de los derechos de los maestros, previa a la Carpa Blanca, para reclamar por los salarios y por la educación pública.
-¿Estas fotos, de alguna manera, reivindican el poder de un Estado en democracia?
-Tal cual. Es poder demostrar un poco en las imágenes, que son muy divinas, el espíritu de lo que es la educación pública, la importancia que tiene, el alcance que tiene, porque son fotos de Capital y también de las provincias. La reivindicación de poder en un Estado democrático, reclamar por los derechos, que eso también cuesta al día de hoy. Pero en estas fotos vemos las primeras manifestaciones de ese tipo, los primeros años de democracia.
-En este ciclo, está también de algún modo la dimensión, complejidad y dificultad que toman los procesos para la construcción de ciertos consensos.
-Totalmente. La dimensión del proceso de algo que cuesta mucho construir. Porque lo que hoy existe, y que para muchos jóvenes es algo que ya está dado, fue un proceso que duró un montón de tiempo, muchos años, que hoy sigue siendo un aprendizaje continuo. Pero los primeros años fueron de construir de a poquito. Eso es lo que a mí me parece importante que se vea en estas imágenes: esa dimensión, así más poética de la imagen, del espíritu que se vivía en ese momento, festivo y de mucha esperanza. Pero también, a veces, medio reticente o de miedo, que no se termina de ir de un día para el otro.
Programación de "1983-1989. Imágenes de una democracia en construcción"
1.ª PARTE: Marcos López + Adriana Miranda + RES
Primera Bienal de Arte Joven, 1989
Disponible hasta el 24 de septiembre
2.ª PARTE: Alejandro Kuropatwa
Pan y Trabajo, c. 1984
Aurora e Himno Nacional Argentino, 1988
Desde el 28 de septiembre al 29 de octubre
3.ª PARTE: Mónica Hasenberg
Escuelas, 1983-1989. Marcha Blanca, 03/1988
Del 2 de noviembre hasta el 3 de diciembre
Sobre los artistas
Marcos López (Santa Fe, 1958)
Comienza tomando fotografías en blanco y negro en 1978. En 1982 se traslada a Buenos Aires tras obtener una beca del Fondo Nacional de las Artes. En 1989 integra la primera promoción de becarios extranjeros de la Escuela Internacional de Cine y TV de Cuba. Luego, comienza a investigar con el color y desarrolla la serie Pop latino durante los 90 y, en los últimos años, la serie Sub-realismo criollo. En 2013 culmina Ramón Ayala su ópera prima en el campo cinematográfico (documental-ficción). Sus fotografías forman parte de las colecciones del Museo Nacional de Arte Reina Sofía de España, de la Daros Latinamerica Collection de Suiza, y la Tate Modern Gallery de Londres, entre otras colecciones públicas y privadas. Sus libros publicados son Retratos (1993, reeditado en 2006), Pop latino (2000), Sub-realismo criollo (2003), El jugador (2007), Pop latino plus (2007), Marcos López (2010), Exceso (2019), Marcos López Intervenido (2022) y Querido Diario (2023).
Adriana Miranda (San Juan, 1969)
Estudia en la Escuela de Cine de Avellaneda. En 1990 conoce a su consejera y mentora, la artista Liliana Maresca, con quien colaboró durante más de 4 años, y a su maestro de fotografía Juan Travnik. Recibe: beca del Fondo Nacional de las Artes (1990), beca Antorchas (1994), beca PROA, taller de Artes visuales(1994), y la beca Fulbright (1996) para estudiar edición fotográfica con Fred Ritchin en la NYU. Reside en New York 10 años. A partir de 1999 intercala estadías en la residencia del espacio La Panadería, México DF., cuando empieza a participar en proyectos de la curadora Michèle Faguet. Instalada en Buenos Aires desde 2007, en 2009 recibe el subsidio de la Fundación Banco Nación por el proyecto “El espacio de acá” y, en 2010, el Premio Nacional arteBA-Petrobras de Artes Visuales. Desde el año 2013 vive y trabaja en San Juan, colabora con la escritora, doctora en historia de las ciencias, Irina Podgorny para distintas publicaciones. Integra las colecciones de: Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Argentina. Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires MALBA, Argentina. Fundación Techint, Buenos Aires, Argentina. Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan, Argentina. The Dilenschneider Group Collection, New York, EE.UU. Bibliothèque nationale de France, Paris, Francia. Museo Castagnino-Macro, Rosario, Argentina. Museo Reina Sofía, España, Museo de Arte Moderno de Medellín, MAMM, Colombia.
RES (Córdoba, 1957)
Destacado fotógrafo vinculado al arte de acción, ha obtenido numerosos premios, becas y distinciones tales como el Premio Konex a las artes visuales (2012), el Premio Nacional de fotografía (2011), la Beca de Intercambio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina – Conaculta de México (2010), la Beca del Fondo Nacional de las Artes y la Beca de la European Graduate School, la Beca de la Fundación Antorchas (2003), el Premio Nacional de Fotografía Fundación OSDE (2005) y el Premio Leonardo del Museo Nacional de Bellas Artes (1998), entre otros. Ha publicado numerosos libros tales como El juicio, lo abyecto y la pata de palo (2009), Intervalos intermitentes (2008), La verdad inútil (2006) y RES la verdad inútil (2003). Su obra ha sido catalogada en importantes publicaciones líderes tanto nacionales e internacionales. Desde 1989, cuando sus obras integraron el envío argentino a la muestra U-ABC, en el Museo Stedelijk de Amsterdam, ha expuesto en forma individual y colectiva en muchos países tales como Argentina, Brasil, Chile, Perú, Colombia, México, Cuba, Estados Unidos, Francia, Italia, España, Holanda y Noruega. Hoy en día, su obra integra colecciones nacionales e internacionales tanto públicas como privadas como el Museo Nacional de Bellas Artes – MNBA (Buenos Aires, Argentina), Museo de Arte Moderno de Buenos Aires – MAMBA (Argentina), Fundación Banco Ciudad (Buenos Aires, Argentina), Fundación OSDE (Buenos Aires, Argentina), Fundación Telefónica (Buenos Aires, Argentina), Chrysler Museum of Art (Virginia, Estados Unidos), entre otros.
Alejandro Kuropatwa (Buenos Aires, 1956-2003)
Tras un breve paso por la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, asistió al taller de Jorge Dermjian y Carmen Rodrigué, y estudió dibujo con Oscar Smoje. En 1979 se instaló en Nueva York para estudiar fotografía en el Fashion Institute of Technology y luego una maestría en Parsons School of Design. En 1985 regresó a Buenos Aires donde estableció su estudio, especializándose en fotografía publicitaria y retratos de artistas. Fue responsable del arte de tapa de discos de Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, Pedro Aznar, Virus, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre otros. exhibió sus obras en espacios significativos del circuito artístico. Entre sus muestras individuales destacan: Fuera de Foco, Estudio Giesso, 1982 y CAYC, 1983; Naturalezas muertas, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 1986; Solo sonrisas, Fotogalería del Teatro San Martín, 1988; Treinta días en la vida de A., Galería Ruth Benzacar, 1990; Marcha Kuro Marcha (1992), ¿Dónde está Joan Collins? (1994) y Mi amor (1995), en el Centro Cultural Rojas; Cóctel, Galería Ruth Benzacar, 1996; Familia, Fotogalería del Centro Cultural Rojas, 1997; Marie Antoinette, Alianza Francesa, 1998; y Mujer, Galería Ruth Benzacar, 2001. En 2002 presentó Manifiesto, una extensa retrospectiva dedicada a su trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes. En 2005, a dos años de su muerte, el MALBA realizó la muestra Kuropatwa en technicolor que recorrió los museos de todo el país, y en 2022 se presentó Cuatro docenas de calas en el Museo Palacio Dionisi, Córdoba. Obras suyas integran las colecciones de The Museum of Modern Art, Nueva York (MoMA), Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, MALBA Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan, Museo Castagnino+MACRO Rosario, Colección Fortabat, Pérez Art Museum Miami, entre otras.
Mónica Hasenberg (Buenos Aires, 1954)
Fotógrafa, egresada de la Primera Escuela de Psicología Social Pichón Riviere. Hija de un fotógrafo alemán a quien, a los 8 años, ayudaba a copiar y revelar murales, en blanco y negro. Comenzó a trabajar como fotógrafa desde muy joven, en el año 1972; desde fines del 76 comenzó a compartir su vida y su profesión con el fotógrafo Brenno Quaretti, con quien tuvo a sus dos hijos Nadia y César.
Durante muchos años se especializó en laboratorio tanto blanco y negro y color. Colaboró con revistas, publicaciones periódicas, y los libros de Manrique Zago recuperando infinidad de retratos de inmigrantes. En Italia trabajó como encargada del sector blanco y negro en un laboratorio para profesionales en la ciudad de Brescia y como reportera gráfica para el diario Cronaca Padana de la provincia de Cremona, cubriendo eventos deportivos y sociales. Junto a su compañero trabajaron para la central de trabajadores la CGIL durante los 5 años que vivieron en Italia. Luego del fallecimiento de Brenno ya de vuelta en Buenos Aires, además de trabajar como fotógrafa sumó la investigación de opinión pública a su currículum estudiando psicología social. También se dedicó a enseñar los primeros pasos de la fotografía tanto con la cámara como en laboratorio blanco y negro, en escuelas primarias municipales, en centros culturales y en la carrera de “Comunicación e imagen” que se dicta en la Fundación Walter Benjamin.
El archivo fotográfico de la familia Hasenberg-Quaretti, cuenta con cuarenta y cinco mil imágenes que reflejan la vida política, social y cultural de la Argentina, entre los años 1979 y 1989. Fue declarado de interés cultural por el Congreso de la Nación y donado por la familia a la Universidad de Buenos Aires. La fotógrafa Mónica Hasenberg ha sido declarada Personalidad Destacada por su lucha por los Derechos Humanos en múltiples ocasiones.
Más información en el sitio web de la CNB.
Fotos: Susi Maresca.