Hoy tenemos el privilegio de celebrar los 200 años de la declaración de nuestra independencia, una celebración federal que nos une como argentinos. 200 años desde que, un grupo de valientes, representantes de pueblos distantes y diversos pero con la vocación común de vivir bajo los valores de Unión y Libertad, tomó la decisión de unirse para construir algo nuevo para este continente.

Venían de grandes distancias, de diferentes sectores sociales, de diversas tradiciones. Pensaban distinto, pero llegaron a un acuerdo y la Argentina que soñamos para nuestros hijos y nietos. Dependemos de nosotros mismos, de nuestros talentos, de nuestros valores y de nuestra participación. Comienzan nuestros próximos 200 años, y está en nuestras manos la posibilidad de ser esa generación que escriba el capítulo más próspero de nuestra historia, donde logremos hacer un país unido, generoso, pujante, que confía en su gente y en sus capacidades, donde todos crecen a la par.

El concepto de independencia depende de cada uno de nosotros. Ser independiente como ciudadano, como comunidad, como Nación es establecer un criterio alejado de cualquier tutelaje. La independencia es la tarea de construir la propia autonomía, y es también el nombre de la libertad.

Hoy la tarea de la independencia sigue con otros contenidos, otras exigencias y otros desafíos, pero es un mismo ideal el que nos impulsa: el de seguir aprendiendo a afianzar y ensanchar nuestra independencia, conquistándola cada día un poco más y aprendiendo a ser mejores argentinos.

Es el espíritu de 1816, el mismo que imaginó el futuro.

¡VIVA LA PATRIA!

Fuente: www.casarosada.gob.ar/bicentenario