Diego Dávila: "El gran problema que hoy tiene la Aduana es de clasificación"
El director general de Aduanas habla sobre los planes de modernización para el control en los puertos y puestos fronterizos del país.
Artículo redactado por Andrés Carrizosa en La Nación el 10/05/2018.
A seis meses de haber asumido como director general de Aduanas, Diego Dávila habla con franqueza sobre la actualidad de un sector cuyo desarrollo es imprescindible para la agilidad en el comercio. Luego de la batalla iniciada por su antecesor Juan José Gómez Centurión contra la denominada "mafia de los contenedores", Dávila dice que la inversión en tecnología de modelos predictivos es necesaria para que la discrecionalidad de las decisiones humanas sea lo más baja posible, "protegiendo a su vez a los inspectores y verificadores de Aduana".
P-¿Cuáles han sido los cambios impulsados desde que asumió?
R-Los más significativos tienen que ver con el foco que le estamos poniendo al operador económico autorizado, que es fundamental. Hemos generado una Dirección de Reingeniería de Procesos Aduaneros, lo cual nos va a permitir enfocarnos en la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), otro de los grandes proyectos que tenemos en conjunto con la Secretaría de Comercio del Ministerio de Producción. También hemos creado dentro de esa dirección otro departamento que tiene que ver con simplificación y facilitación de todos los procesos aduaneros y el plan de instalar nuevas tecnologías, con seguimiento de nuevos proyectos, que tienen que ver con facilitación de procesos, cambiando determinadas normativas.
P-La Aduana está articulando esfuerzos con otros ministerios, ¿cómo viene el trabajo con el Ministerio de Seguridad y con el Puerto de Buenos Aires?
R-Con el puerto tenemos una mesa de competitividad portuaria donde vemos temas que también tienden a simplificar procesos, como en la hidrovía: hemos logrado nuevamente que todas las barcazas que bajaban por el río Paraná desde Paraguay, con alrededor de 200.000 contenedores, vuelvan a parar en el Puerto de Buenos Aires, cosa que antes no hacían porque había un nivel de control exhaustivo que no correspondía porque eran barcazas de transbordo hacia buques oceánicos. Por esa razón, esas barcazas iban directo a Montevideo. Con el Ministerio de Seguridad también tenemos varias mesas de frontera para evitar el narcotráfico. Creemos, y hacia allá vamos con la directiva del presidente Macri, que el tema del narcotráfico debe ser controlado por las fuerzas federales, por lo cual estamos desarrollando protocolos para que, en los espacios fronterizos, en aduanas, la fuerza que corresponda -sea Prefectura, Gendarmería, PSA o la Federal- actúe en cualquier hecho de tráfico de drogas, que si bien está contemplado en los artículos 866 y 864 del Código Aduanero, al no existir hoy una policía aduanera es necesario reforzar los protocolos para determinar las responsabilidades competentes a cada parte. Ahí es donde trabajamos con la cartera de la ministra Bullrich.
P-Para todo esto es clave la tecnología. ¿Cuál es el plan para modernizar las aduanas del país?
R-Hoy tenemos un 80% del parque de tecnología de control, los escáneres, que tiene más de diez años, con lo cual ya están amortizados. Muchos de ellos tienen serios problemas de mantenimiento o de repuestos y hace falta conectividad. Nos faltan varias patas. Ahí tenemos terminado un relevamiento de cuál es el elemento de control no intrusivo que necesitamos en cada lugar: tenemos más de 160 pasos fronterizos y 56 aduanas. Además tenemos situaciones de diferente calificación, como el scanner de camión, scanner móvil de camión, scanner de bulto pequeño para los paquetes livianos que entran por encomiendas postales internacionales, escáneres de pallets, de personas. pero no necesariamente están los que deben estar en el lugar correcto. Hay lugares donde no hacen falta o no son necesarios algunos de los que nombré. Eso lo tenemos que readecuar y reemplazar con mucha mayor tecnología que nos permita hacer un bypass entre lo que tenemos hoy y lo nuevo para hacer un control inteligente, esto es, un control que dependa de la tecnología, con sistemas predictivos e interconectados. Un scanner tiene que tener un banco de imágenes, por ejemplo, que hoy no lo tiene.
P-Luego de desbaratar la "mafia de los contenedores", de la que tanto se habló, ¿cómo se controla hoy a los inspectores y verificadores de Aduana?
R-Para lograr un mayor control y más eficiente, apuntamos a eliminar al individuo de la línea de fuego. Esto es, a la persona que está ahí hay que quitarle la discrecionalidad. Si te ponés a ver, también es perverso: uno pretende que quien está ahí adquiera responsabilidades que muchas veces no le deberían ser delegadas, entonces se transforma en un individuo que tiene que decidir sobre un montón de cuestiones bajo su propio criterio, y el criterio tiene que ser único. Ese criterio único tiene que venir dado de acuerdo a procesos totalmente preestablecidos. El gran problema que hoy tiene la Aduana es de clasificación o valoración. Hay un sistema que se está desarrollando, el GC1, que es lo que va a permitir que haya una relación unívoca entre el código del producto y el producto en sí mismo. Es un número que debe corresponderse sí o sí con el producto. Ahora, si la clasificación arancelaria, el código, dice que el producto es una copa, pero en realidad estás trayendo celulares, ahí ya habría un problema. La idea es que la tecnología supla a través de big data e inteligencia artificial modelos predictivos que hacen que los errores sean menos frecuentes. Así, la persona que está allí usará menos la discrecionalidad y, a la vez, estará más protegida.