El sistema de evaluación de peligro y alerta temprana de incendios forestales y rurales surge de la necesidad de poder anticipar situaciones críticas en relación al combate de incendios forestales y de campo.
El 21 de enero de 1994, 25 bomberos voluntarios del cuartel de bomberos de Puerto Madryn, Chubut, murieron combatiendo un incendio rural en las proximidades de dicha localidad. A partir de este hecho, se puso de manifiesto para la comunidad de fuego de nuestro país que es fundamental caracterizar y monitorear los factores que causan el comportamiento extremo del fuego, pudiéndose anticipar así situaciones de peligrosidad.
En el año 1998 comenzó a sumarse el apoyo meteorológico al manejo del fuego. El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), en forma conjunta con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), empezaron a confeccionar los primeros pronósticos especiales para incendios. De esta manera se dio inicio al trabajo conjunto entre ambos organismos para brindar el apoyo meteorológico al manejo del fuego, actividad que continúa hasta la actualidad.