En Tucumán, rediseñan el sistema productivo
El intercultivo de Vicia villosa en lotes de caña de azúcar cosechados permite mejorar la calidad del suelo, la nutrición, el rendimiento y controlar las malezas. Resultados obtenidos a escala experimental, mostraron ventajas del intercultivo caña de azúcar-Vicia villosa, en comparación con el sistema de monocultivo. En la actualidad, especialistas del INTA Famaillá junto con productores cañeros avanzan con las experiencias a escala comercial.
La caña de azúcar es la segunda actividad de mayor importancia económica y social del noroeste argentino. Sin embargo, su monocultivo impacta en la pérdida de servicios ecosistémicos. Como consecuencia, investigadores de INTA Famaillá -Tucumán- desarrollaron un sistema de intercultivo caña de azúcar-Vicia villosa que mostró, a escala experimental, ventajas sobre el sistema de monocultivo. El objetivo: promover tecnologías climáticamente inteligentes.
“El conocimiento de los efectos nocivos del cultivo en el ambiente motivó que, en 2018, iniciáramos las investigaciones sobre el uso de cultivos de servicios ecosistémicos en caña de azúcar”, explicó Luciana Martínez Calsina, investigadora del INTA Famaillá e integrante del Grupo de Cultivos Industriales que se enfoca en el desarrollo de esta tecnología en el marco de los proyectos del Programa Nacional de Cultivos Industriales de INTA.
En tal sentido, la especialista puntualizó que en cosechas de caña de azúcar tempranas –de junio y de julio–, y extra-tempranas –de mayo– existe un período de cuatro a seis meses en los que el cultivo no se desarrolla o bien muestra bajas tasas de crecimiento por efecto de las heladas, las bajas temperaturas y la baja a nula probabilidad de lluvias.
“En ese período es posible asociar el cultivo de Vicia villosa variedad Ascasubi INTA, que es una leguminosa de porte rastrero y de crecimiento otoño-invierno-primaveral, al lote de caña de azúcar cosechado”, indicó Martinez Calsina quien explicó que “esa leguminosa –en simbiosis con Rhizhobium– realiza fijación biológica de nitrógeno lo que permite reducir el uso de fertilizantes y también, al ser rastrera, ayuda al control de malezas por sombreo disminuyendo la necesidad de uso de herbicidas”.
Martinez Calsina destacó que, después de muchos años de experimentos, “podemos afirmar que es posible realizar una siembra directa de Vicia villosa en los lotes cosechados de caña de azúcar, ya que su uso mostró efectos benéficos en el suelo, en el control de malezas y en la nutrición y rendimiento del cultivo, en particular en los años de menor pluviometría”.
“En los últimos seis años, ajustamos densidad de siembra, arreglo espacial y fechas de siembra óptima de Vicia villosa en Viclos, localidad de la llanura deprimida seca-subhúmeda. Los resultados obtenidos fueron tan alentadores que en 2022 iniciamos experiencias conjuntas con productores de la Federación de Cooperativas Cañeras y Agropecuarias de Tucumán, en Esquina y en Los Ralos, y con la Empresa Cevilares, del Grupo CREA Cañaverales”.
“Actualmente estamos avanzando en la validación a escala y en el desarrollo de esta tecnología para otros ambientes de producción de la región”, destacó la especialista y agregó: “A su vez, estamos investigando otros cultivos para utilizarlos como cultivo de servicios ecosistémicos en caña de azúcar en ambientes en los que no es posible realizar una cosecha temprana”.
Finalmente, Luis Erazzú –director del INTA Centro Regional Tucumán-Santiago del Estero–, destacó: “Tenemos la necesidad de seguir desarrollando y promoviendo esta y otras tecnologías climáticamente inteligentes, en particular para caña de azúcar que es un cultivo de gran trascendencia económica y social para Tucumán”.